Mientras el gobierno trabaja para hacer permanente el impuesto que grava los "beneficios extraordinarios" de la banca, las entidades financieras reaccionan recortando la financiación a empresas y familias, que ya se ha reducido en 40.125 millones de euros desde que el gobierno de PSOE y Sumar introdujo esta medida en nuestro sistema tributario.
El periodo analizado abarca desde finales de 2022 hasta agosto del presente curso 2024 y se apoya en los datos ofrecidos por el Banco de España. Según estas cifras, el recorte aplicado en el saldo vivo de créditos concedidos al sector privado fue especialmente agudo en el caso de la financiación empresarial, que bajó en 24.800 millones de euros, aunque también se observó una caída de 15.800 millones en las hipotecas.
En total, si se incorpora el crédito al consumo, el saldo vivo de créditos ofrecidos por las entidades financieras a empresas y familias ha pasado de 1,174 billones de euros a cierre de 2022 a 1,134 billones de euros en agosto de 2024. De este modo, el gravamen aplicado por el gobierno de Pedro Sánchez habría pronunciado un descenso superior a 40.000 millones en la financiación que la banca aporta a la economía española.
Ya en 2022, Libre Mercado publicó distintas informaciones en las que las empresas afectadas alertaban de una contracción notable en la concesión de crédito. De hecho, este diario apuntó que, según fuentes del sector, el impuesto a los "beneficios extraordinarios" acabaría con 50.000 millones de euros de financiación al sector privado.
En 2023, el gravamen aplicado a las entidades de crédito trajo consigo unos 1.695 millones de euros de ingresos fiscales. Asumiendo una cifra similar para 2024, el fisco habría obtenido 2.825 millones en 2023 y los ocho primeros meses de 2024, mientras que el crédito se habría reducido en 40.125 millones durante el mismo periodo. Esto significa que, por cada 1 euro recaudado, se perdieron 17 euros de financiación para la economía.