
La España de 2040-50 ya está aquí. No en todo, por supuesto. Hay muchos factores, desde el crecimiento económico a las cuentas del Estado, de los cambios en la industria a la evolución de los servicios públicos, que podrían cambiar. Dependerán de cómo lo hagamos y de las decisiones que tomemos en las próximas dos décadas.
Sin embargo, hay cuestiones en las que es más sencillo anticipar cómo será ese futuro no tan lejano. Sobre todo, en lo que tiene que ver con la demografía. En primer lugar, porque es un ámbito en el que las tendencias tienen un cierto efecto arrastre: no es normal que los patrones vistos en las últimas dos décadas se modifiquen en unos años. En segundo término, porque los españoles que vivirán a mitad de siglo ya han nacido. No todos, por supuesto, pero sí la mayoría. Así que es algo más sencillo que en otras áreas anticipar cómo será la sociedad de nuestro país dentro de un par de décadas.
Esta semana, la Fundación AFI-Emilio Ontiveros publicaba su estudio "Demografía, vivienda y brechas de riqueza", un detallado informe en el que analiza el estado actual de la sociedad española y cómo puede ser su evolución en el futuro cercano. El documento es muy claro y contiene decenas de gráficos realmente interesantes, de esos que van trazando un mapa preciso de nuestro país en algunos de los temas que serán más importantes para los próximos años, pero también de los que más se está debatiendo en el presente (por ejemplo, la vivienda).
Hoy nos quedamos con la parte demográfica, con cuatro imágenes que explican muy bien las principales tendencias que estamos viendo en la sociedad española desde comienzos de siglo. Y, lo que quizás es todavía más significativo, anticipan lo que está por venir.
1 - Baja natalidad... y cada vez con menos opciones de remontar

Cuando se habla del envejecimiento de la población y de los pocos niños que hay en España, siempre nos agarramos al clásico "eso puede cambiar". Y sí, como posibilidad no vamos a negar que quizás se modifiquen las preferencias de los jóvenes españoles de un día para otro y se pongan a tener niños como hicieron sus abuelos en los años 60-70. Pero es cada día más complicado imaginarlo. ¿Por qué? En primer lugar, porque es una tendencia que dura ya varias décadas y no hay ningún atisbo de que las cifras vayan a moverse en sentido contrario. Pero hay otra cuestión importante: el número de nacimientos depende de dos factores, la tasa de natalidad y el número de mujeres en edad fértil. De hecho, en los años 90 y 2000, en España cayó el número de nacimientos, pero no tanto como podría parecer viendo la estadística de hijos por mujer. La razón es que había muchísimas mujeres jóvenes (las hijas del baby-boom, que llegaban a los 20-25 años en aquel momento): así, aunque cada una tenía pocos hijos, eran tantas que los nacimientos caían, pero no se desplomaban.
Ahora se suman los dos factores: pocos hijos por mujer y pocas mujeres en edad fértil. Por eso, recuperar la cifras de nacimientos será más complicado. Incluso si el número de hijos por mujer crece un poco (y eso habrá que verlo) el total de niños no lo hará, porque hay menos madres potenciales.
2 – Se dispara el porcentaje de nacidos en el extranjero

Otra tendencia que será complicado que cambie. Porque seguimos recibiendo flujos migratorios cada año, pero también porque buena parte de esa población ya está aquí. Los extranjeros residentes son mucho más jóvenes que los españoles. Por lo tanto, lo normal es que desde ahora hasta 2040, la mayoría de los fallecimientos sean de nacidos en España. Si, además, siguen llegando cientos de miles de extranjeros al año (y no hay nada que nos haga pensar que eso va a cambiar) la imagen que nos queda es la que vemos en el gráfico superior. Si no hay sorpresas, lo normal es que de los 53-54 millones de habitantes que habrá a mitad de siglo en nuestro país, 18-19 millones hayan nacido en el extranjero. Hasta el año 98-2000 éramos uno de los países occidentales con menor población extranjera: pocas veces un país ha visto un cambio social tan profundo en tan poco tiempo.
3 – Hogares más pequeños y más soledad

Otra tendencia que ya intuíamos y que, de nuevo, no es fácil imaginar que vaya a cambiar. Los hogares españoles llevan décadas siendo cada vez más pequeños, no en metros cuadrados (que en algunos casos, también) sino en número de integrantes. Las familias de 6-7 miembros, relativamente habituales hace unas décadas, ahora son la excepción. Desde un punto de vista social, lo más preocupante es el incremento de personas que viven solas. Como explican desde AFI, estamos viendo una "continuada reducción del tamaño medio del hogar que se viene produciendo en nuestro país en las últimas décadas: desde 4 personas por hogar en 1970 hasta 2,9 en 2001, para caer posteriormente hasta 2,50 en 2024. Ahora se proyectan 2,32 personas en media por hogar en el horizonte de 2039". Habrá un 42% más de personas que vivan solas (hasta rozar los 8 millones), algo que afectará especialmente a los mayores de 65 años (porque habrá muchos más que vivan solos y porque esa soledad añade más dificultades de todo tipo en esa etapa de la vida).
4 – Más urbanos (y más España vacía)

Sí, la población española va a seguir creciendo (eso sería lo normal, al menos). Pero no parece que esto vaya a suponer un alivio para las zonas de nuestro país que se están despoblando. En este mapa vemos en rojo las zonas que han perdido población en los últimos veinte años y las que lo han ganado. Nada que no imagináramos.

Y esa tendencia se reforzará. Podemos verlo en en este último mapa, en el que se muestra el peso de la población joven por provincias y cómo ha evolucionado en los últimos años. Aparece lo que podríamos esperar: como es lógico, en esas zonas hay muchos más jóvenes (en términos absolutos y como porcentaje de la población) y también más nacimientos. O, lo que es lo mismo, la tendencia de concentración se refuerza por los propios fenómenos demográficos: más gente va a vivir en las provincias más dinámicas y tienen allí hijos, haciendo que esas provincias ganen población y se rejuvenezcan. Mientras, las demás se quedan vacías y más envejecidas. En un lado es un círculo virtuoso de atracción de jóvenes que ayudan a mejorar la pirámide demográfica; en el otro, pasa lo contrario.
Por lo tanto, lo normal es que sigamos viendo crecimiento del número de habitantes en las grandes ciudades (sobre todo Madrid) y en la costa mediterránea. Mientras, la llamada España vaciada... seguirá vaciándose y envejeciendo poco a poco.