La iniciática ha sido presentada por la formación de Yolanda Díaz. Surge mientras se confirma que la falta de cuidado de las cuencas hidrográficas, la inexistente atención a barrancos como el del Poyo y la paralización de obras como la presa de Cheste han incrementado la letalidad de las inundaciones en Valencia. Pero Sumar, pese a todo ello, pide literalmente "renaturalizar" los ríos. En concreto el Jarama. Porque considera que hay que eliminar las infraestructuras que alteran el curso natural del río.
El texto ha sido trasladado como proposición no de ley al Congreso de los Diputados. Su autor es el "Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar". Y el objetivo, "renaturalizar" el río Jarama, "cuyo deterioro supone un peligro para la seguridad ciudadana en caso de lluvias torrenciales, como las registradas recientemente en Valencia".
Tras esa explicación del enunciado, alguien podría pensar que, precisamente por ello, Sumar estaría pensando en asumir la utilidad de las presas y embalses. Pues no: justo lo contrario. Defiende que los ríos priman sobre las ciudades.
Según explica el partido de Yolanda Díaz, el río Jarama, a lo largo de su curso, ha sufrido y sigue sufriendo intervenciones humanas que alteran su estado natural y afectan a la biodiversidad y calidad del agua. Entre estas actuaciones citan las infraestructuras que modifican las dinámicas fluviales, construcciones ilegales en dominio público hidráulico y contaminación por vertidos industriales, urbanos y de escombros. Pero, por supuesto, las infraestructuras que alteran el curso natural.
La gran explicación de Sumar
Y, por ello, los comunistas han elaborado un plan de renaturalización para recuperar la dinámica fluvial y la biodiversidad del Jarama. Dicho plan incluye la eliminación de infraestructuras que alteren el curso natural del río, la restauración de la vegetación de ribera y la limpieza de los vertidos contaminantes y escombros, junto a la creación de zonas de protección, en las áreas de mayor valor ecológico. Por supuesto, nada de limpiar el río para que aumente el cauce y no provoque riadas.
La gran explicación de Sumar pasa por afirmar que, con ello, mejoraría la calidad del agua y el estado de diversas especies amenazadas de animales y plantas, en particular peces, anfibios y aves acuáticas como el avetorillo o la garza imperial. Es más, que gracias a su plan, se crearían espacios naturales de gran valor paisajístico.
Por supuesto, aparece el argumento del cambio climático: el partido de Yolanda Díaz afirma que renaturalizar el Jarama contribuiría a la adaptación al cambio climático, ya que los ríos naturales "son más resilientes a fenómenos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones cada vez más frecuentes y severos por el calentamiento global, y evitaría posibles daños a la población y a la economía, como los de la última DANA".
Todo ello mientras sigue la polémica por la aplicación de principios parecidos en la cuenca del Júcar y, en concreto, en el Barranco del Poyo: uno de los factores del aumento de letalidad en las inundaciones de Valencia.