Donald Trump sigue dando bandazos en la deriva arancelaria a la que ha sumido a las economías mundiales. El presidente de EEUU ha vuelto a ejecutar un cambio de guion en el incomprensible plan que está llevando a cabo.
Ahora, Donald Trump ha abierto sus brazos a dos de los que la semana pasada eran sus enemigos. Se trata del presidente de la Fed, Jerome Powell, y lo que es más llamativo... China.
Descrédito del plan de Trump
Desde que declarara el fatídico "Día de la Liberación" a principios de abril, el presidente estadounidense había ido recrudeciendo su ofensiva comercial contra el país de Xi Jinping. Tras su bombardeo arancelario inicial, Trump pausó 90 días los aranceles contra buena parte de los países que aparecían en sus polémicas tablas. Sin embargo, China era la excepción.
Una de las razones que estarían detrás de la recogida de cable de Trump con el resto de países, sería el encarecimiento del bono americano, que evidenció una huida generalizada de los inversores de la deuda de EEUU.
Antes de esa pausa, el rendimiento del bono americano subió de forma drástica, lo que supuso una prueba fehaciente de la desconfianza del mercado en el país.
Además, este efecto también puso de manifiesto que los resultados que Trump estaba obteniendo con su guerra arancelaria serían justo los contrarios de los buscados: que el Tesoro de EEUU se financiara más barato. Tras la tregua de Trump, el precio del bono disminuyó, aunque días después volvió a subir. El descrédito es total.
Recogida de cable con China
Eso sí, durante todos estos bandazos, Trump recrudeció su órdago a China elevando los aranceles al 145%, e incluso, hablando del 245%. Sin embargo, también contra Pekín, el republicano vuelve a desdecirse.
Esta semana, Trump ha asegurado que estos desproporcionados aranceles a las importaciones chinas "se reducirán sustancialmente". En una rueda de prensa en el Despacho Oval, el presidente de EEUU volvió a dar otro golpe de timón en relación a China: "Vamos a ser muy amables, ellos también lo serán, y veremos qué sucede" aseguró. Sobre el arancel del 145% insistió en que "no será tan alto, no será tan alto".
Intento frustrado de asalto a la Fed
A esta moderación de sus relaciones con el país de Xi Jinping, a Trump se le suma su rectificación con Jerome Powell. La semana pasada, el presidente de EEUU cruzó todos los límites y pidió la cabeza del presidente de la Reserva Federal (Fed).
En unas incendiarias declaraciones, Trump tildó de "desastres" los informes de Powell, tiempo que le reclamó un recorte de los tipos de interés y le calificó como "Mr tardón" por no hacerlo. "¡Su despido no puede esperar!" clamó en su red social una especie de intento de asaltar la Fed.
También esta semana, Trump ha vuelto a rectificar en su ataque al máximo mandatario del Tesoro americano y ha asegurado que "no tiene ninguna intención de despedir" a Powell. Tras estas declaraciones, el bono americano a 10 años volvió a bajar.
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