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Crisis económica y política

El PSOE confía en que el miedo alcance Francia para que la UE se movilice

Zapatero admite ante los líderes parlamentarios la incapacidad española para provocar una respuesta europea a los "ataques especulativos".

El equipo de campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba confía en que la tormenta perfecta desatada sobre Italia y España se contagie a Francia y a otras economías menos cuestionadas para atribuir la situación española a la inestable dinámica financiera internacional. Tras asistir con singular mutismo a la vertiginosa escalada de la prima de riesgo, en el PSOE se difunden teorías tales como que los "ataques especulativos" no están dirigidos contra España, sino contra Italia o la de que el mes de agosto resulta especialmente propicio para esta clase de "situaciones transitorias".

Rubalcaba, por el momento, se mantiene al margen y continúa con una campaña basada en hacer tabla rasa, pedir la colaboración ciudadana para redactar el programa económico (con una clamorosa ausencia de referentes académicos, políticos y empresariales) y en plantear el futuro como un nuevo comienzo. La puesta en escena incluye algún arrepentimiento (por haber sostenido la burbuja inmobiliaria) y alguna soflama contra los beneficios de la banca, la fiscalidad de los grandes patrimonios, en la línea de las consignas fetiche del 15-M. Escaso bagaje dialéctico para hacer frente a la situación más complicada por la que atraviesa la economía española al menos desde la implantación del euro.

El equipo de campaña socialista también confía en las nuevas medidas económicas que pueda aprobar el Gobierno de aquí al Consejo de Ministros extraordinario y que deberían constituir un nuevo dique de contención frente al horizonte de un rescate que más de media Europa rechaza por sus inasumibles costes. Se espera además que a principios de septiembre, e incluso antes, se materialice el segundo plan de rescate de Grecia y se ponga en marcha la línea de financiación a la que, según dijo Zapatero hace una semana, España no debía recurrir en principio.

Sin embargo, el propio presidente del Gobierno ha admitido ante los líderes de los principales grupos parlamentarios su incapacidad para movilizar los mecanismos europeos, dada el escaso peso y menor papel de Zapatero y su administración en la Unión Europea. Eso complica la capacidad de maniobra del Gobierno y del partido, en el que ya hay más explicaciones para justificar la previsible derrota electoral que ideas para el programa electoral.

En Libre Mercado

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