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Emilio J. González

Un Gobierno mirando a Europa

Rajoy parece demostrar que tiene prisa por empezar a tomar medidas cuanto antes, por lo cual ha optado por dos personas que venían trabajando desde hace semanas en las decisiones que tiene que empezar a adoptar cuanto antes el nuevo Ejecutivo.

La primera lectura sobre el significado del equipo económico que ha formado Mariano Rajoy para su primer Ejecutivo deja patentes algunas cosas fundamentales acerca de la estrategia económica del nuevo presidente del Gobierno. En primer lugar, la separación de Economía y Hacienda y la desaparición del Ministerio de Industria, que se integrará en Economía, deja bien claro que para Rajoy la crisis tiene que combatirse desde dos frentes distintos: el presupuestario, por un lado, y el de los sectores económicos, incluido el financiero, por otro. La tarea de reducir el déficit público se antoja tan importante que el político gallego ha optado porque Cristóbal Montoro se centre exclusivamente en este asunto de tanta enjundia y Luis De Guindos en los relacionados con la crisis del sistema financiero y del sector inmobiliario para que ambos no se concentren en una sola persona y acaben por desbordarle o por ralentizar el ritmo de toma de decisiones.

Rajoy, además, parece demostrar que tiene prisa por empezar a tomar medidas cuanto antes, por lo cual ha optado por dos personas que venían trabajando desde hace semanas en las decisiones que tiene que empezar a adoptar cuanto antes el nuevo Ejecutivo. En este mismo sentido también cabe decir que el nuevo presidente apuesta por la experiencia en las tareas de Gobierno: Montoro ya fue titular de Hacienda durante toda la segunda legislatura de Aznar y De Guindos secretario de Estado de Economía. Son, por tanto, dos personas que conocen el funcionamiento interno de sus respectivos departamentos y que, por tanto, no van a perder tiempo en familiarizarse con los asuntos ministeriales. Lo mismo cabe decir en relación con la designación de Miguel Arias Cañete para el Ministerio de Agricultura, teniendo en cuenta que se necesita alguien con experiencia en el tema que sea capaz de defender los intereses españoles en la reforma de la política agrícola común que se está negociando estos meses. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, sin embargo, no tiene experiencia de Gobierno pero sí venía trabajando desde hace tiempo en los temas laborales, tanto en el Congreso de los Diputados como en el partido. La excepción, en este sentido, sería el nombramiento de José Manuel Soria como titular de Energía y Turismo, sobre todo por lo que a energía se refiere y teniendo en cuenta que su departamento tendrá que tomar decisiones muy importantes para el presente y el futuro como las relacionadas con la tarifa eléctrica, las centrales nucleares, las subvenciones a las renovables y la elevadísima dependencia energética del exterior.

Por último, la conformación del primer Gobierno Rajoy demuestra la importancia que el presidente otorga en estos momentos a las relaciones con la Unión Europea, no sólo por el perfil y la experiencia de Montoro, De Guindos o Cañete en este ámbito, sino por la elección para la cartera de Exteriores de un hombre como el eurodiputado José Manuel García Margallo, que ocupa desde 1999 la vicepresidencia de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, que está totalmente relacionada con los grandes debates de hoy en torno a la unión monetaria europea, su presente y su futuro.

En resumen, los nombramientos efectuados por Rajoy han venido condicionados por las circunstancias económicas actuales y ahora habrá que ver cómo responde cada uno de ellos. ¿El punto negro? Que había prometido reducir a diez el número de ministerios y nos encontramos con trece sin saber muy bien por qué.

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