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Emilio J. González

El Constitucional como arma arrojadiza

Lo que realmente está en juego es el futuro del PSOE. Si el Gobierno de Mariano Rajoy consigue que empecemos a salir de la crisis, a los socialistas les espera una larguísima temporada en la oposición

Los socialistas han amenazado al Gobierno con llevar la reforma laboral al Tribunal Constitucional si el Ejecutivo no modifica su contenido. ¿Qué es lo que pretende con ello el PSOE? Si a estas alturas de la película uno fuese tan ingenuo como para creer en la bondad y las buenas intenciones de Rubalcaba y los suyos pensaría que lo que pretenden es defender los derechos constitucionales de los trabajadores. Pero cuando se trata de un personaje tan siniestro como éste siempre hay que pensar en segunda derivada para vislumbrar sus verdaderas intenciones, que distan mucho de ser tan angelicales como los socialistas pretenden.

Aquí lo que realmente está en juego es el futuro del PSOE. Si el Gobierno de Mariano Rajoy consigue que empecemos a salir de la crisis, a los socialistas les espera una larguísima temporada en la oposición. Para evitar semejante desastre, por tanto, su estrategia es oponerse con todas sus armas y todo su bagaje a todo cuanto de racional y sensato pueda realizar el Ejecutivo y tratar de cargárselo sin paliativos.

La reforma laboral es imprescindible en este país para frenar la sangría de puestos de trabajo que está produciendo la crisis y para que, cuando cambie el signo de la coyuntura, se pueda empezar a generar empleos antes y más rápidamente. A los socialistas, sin embargo, esto les importa un bledo.

Para ellos lo importante es que la reforma laboral toca temas sensibles para la población, como el coste del despido, y quieren aprovecharlo sin el menor atisbo de pudor para cargar contra el PP y tratar de provocar un estallido social contra el Gobierno. Ellos no piensan en los parados; ellos sólo tienen en mente cómo destruir al adversario para evitar su propia autodestrucción. En su maquiavélica estrategia, vale todo. Todo se puede emplear como arma arrojadiza contra quien trata de poner un poco de orden en la economía española porque lo que les importa es su propia supervivencia, no la solución de la crisis, y para ello están dispuestos a cualquier cosa, como estamos viendo en Valencia y como vemos ahora con eso de llevar la reforma laboral al Constitucional. Simplemente el mero anuncio de que van a acudir a la más alta Magistratura del Estado ya les sirve para tratar de sembrar la idea de que el PP es un partido dispuesto a llevarse de por medio los más elementales derechos de la gente y, aunque eso no es cierto, siempre habrá alguien que acabe por creérselo y actuando en consecuencia. Lo que pretenden es que esos casos sean muchos.

En resumidas cuentas, la supervivencia política de los miembros de este PSOE pasa necesariamente por el fracaso del Gobierno del PP en la solución de la crisis. Y la única forma que tienen para tratar de lograrlo es intentar sacar a los ciudadanos a la calle en contra de las medidas que adopte el Ejecutivo, sobre todo cuando sean tan sensatas y necesarias como la reforma laboral. La cuestión es a qué está esperando el Ejecutivo para articular una auténtica política de comunicación para desbaratar estos
planes.

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