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Las cajas nacionalizadas no podrán conceder crédito al 'ladrillo'

Accionistas y titulares de preferentes y deuda subordinada sufrirán pérdidas de 10.000 millones.

El comisario de Competencia de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, ha anunciado este miércoles los planes de restructuración de los cuatro bancos nacionalizados: Bankia, Catalunya Caixa, Banco de Valencia y Novagalicia. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) dio su visto bueno ayer, y con la decisión de hoy Bruselas ha dado luz verde al saneamiento del sector.

Según ha anunciado Almunia, reducir a la mitad su red de oficinas será una de las condiciones para que la banca española reciba los 37.000 millones de euros del fondo de rescate de la UE con el fin de garantizar su viabilidad. De la cuantía destinada a las nacionalizadas, la mayor parte será para Bankia, que recibirá 18.000 millones de euros, seguida de Catalunya Caixa, con 9.000 millones, Novagalicia con 5.500 y Banco de Valencia con 4.500. Asimismo, otros 2.500 millones irán destinados al 'banco malo' (Sareb).

"Con estos planes de restructuración estos bancos volverán a ser viables a medio y largo plazo sin volver a necesitar apoyo público", ha asegurado Almunia. Para cumplir con las condiciones impuestas por Bruselas, los bancos dispondrán de un plazo de cinco años. Almunia ha anunciado algunas de las exigencias que tendrán que cumplir los bancos nacionalizados de aquí a 2017:

  • Reducir en torno a un 60% su balance, incluyendo la transferencia de activos al banco malo.
  • Reducir a la mitad su red de oficinas con respecto a la existente en 2010.
  • Su modelo de negocio tendrá que centrarse en la banca minorista y al concesión de créditos a pymes en sus regiones de implantación histórica.
  • No podrán conceder crédito a promotores ni actividades inmobiliarias.
  • La relación entre créditos y depósitos deberá ser del 100%, es decir, por cada euro que presten, las entidades tendrán que captar otro euro en depósitos..
  • Vender y liquidar sus filiales y participaciones industriales.
  • No podrán hacer publicidad de su respaldo público ni realizar adquisiciones.
  • Tampoco podrán utilizar el dinero de la ayuda para fines comerciales.
  • Aplicarán límites a la remuneración de sus directivos .

No podrán prestar dinero al 'ladrillo'

Y todo ello, porque Bruselas ya no se fía de los gestores de las entidades. Precisamente por eso, tampoco podrán ofrecer líneas de crédito a favor de promociones inmobiliarias. "La historia pasada ha demostrado que no son capaces de operar de manera eficiente en actividades de riesgo", ha argumentado Almunia. Ahí radica también la limitación geográfica a la que obliga Bruselas al circunscribir su actividad a las regiones "históricas", es decir, donde operaban las cajas en sus comienzos. "La experiencia demuestra que la expansión de estas entidades, [...] acostumbradas al territorio conocido, ha conllevado altos riesgos".

Estas exigencias, según Almunia, contribuirán "a reforzar su capital y sus niveles de liquidez y reducir su dependencia de la financiación en el mercado mayorista". El comisario también ha señalado que los culpables de la reestructuración son los antiguos gestores de estas entidades: "Los responsables son los que gestionaron mal estas entidades. A partir de ahí, nuestra responsabilidad es vigilar de que todas las fases de aplicación del plan se aplican según el plan aprobado hoy".

En cuanto a la reducción de plantillas, la CE subraya que corresponde a las entidades determinar el número de despidos y la cuantía de las indemnizaciones a aplicar. Almunia ha dicho que "sin duda, habrá ajustes de plantilla" en el proceso de reestructuración de BFA-Bankia, NCG, Catalunya Banc y Banco de Valencia, pero ha evitado hacer ningún cálculo sobre el número de despidos que pueden derivarse del cierre de la mitad de la red de oficinas. Para el comisario de Competencia, el volumen de despidos "es una pregunta que deben responder las autoridades y cada una de las entidades".

También ha señalado que está en manos de los propios bancos establecer las indemnizaciones por despido, al tiempo que ha subrayado que Bruselas no exige a las entidades aplicar la compensación prevista en la última reforma laboral española de 20 días por año trabajado. "(Las indemnizaciones) dependen de quienes gestionan los planes de reestructuración en cada caso y no de la Comisión Europea", ha apuntado.

Catalunya y Novagalicia tendrán que venderse

En todo caso, Almunia ha reconocido que su "trabajo aún no ha concluido". Antes de Navidad, la CE tendrá que aprobar los planes de otros bancos españoles que necesitan fondos públicos, es decir, los bancos encuadrados en el grupo 2, que son los que necesitan fondos públicos: Ceiss (Caja España-Caja Duero), Mare Nostrum, Liberbank y Caja3). La intención de Bruselas es adoptar las respectivas decisiones el 20 de diciembre.

Por otro lado, Bruselas autoriza la venta de Banco de Valencia a Caixabank. Por lo que se refiere a Catalunya Caixa y Novagalicia Banco, el Gobierno español tendrá que venderlas antes de 2017. En caso de que la venta no sea posible, las autoridades españolas deberán presentar un plan de liquidación ordenada.

Según los planes de reestructuración aprobados por el Ejecutivo comunitario, los accionistas y titulares de preferentes y deuda subordinada deberán contribuir también al saneamiento de las entidades. Su aportación reducirá la ayuda estatal necesaria en alrededor de 10.000 millones de euros, según los cálculos de Bruselas. Sin embargo, Almunia ha rehusado especificar cuánto en concreto perderán bonistas y accionistas de la banca rescatada.

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