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Juan Velarde

EEUU y China en 2014

Los países europeos han de estar muy atentos a la evolución de las políticas económicas de Norteamérica y China.

Se observa en los principales actores de la economía mundial, y en los signos que muestran la evolución de la coyuntura, lo que se podría denominar pequeños signos positivos. Según se observa en "The Economist poll of forecasters" de diciembre, de los trece países con promedios estimados sobre cuál ha sido la evolución del PIB en 2013, únicamente tres –Italia, Holanda y España– presentan cifras negativas, aunque no muy bajas, pues oscilan entre el -1’8% de Italia y el -1’1% de Holanda. España tiene previsto un -1’3%. En la previsión para 2014, el conjunto analizado de trece países tiene signo positivo. Por supuesto que sin crecimiento muy fuerte. Oscila entre el 2’7% de Australia y Estados Unidos y el 0’3% de Italia. El área del euro, que ofrecía un descenso en el PIB del 0’4%, se espera que tenga un incremento del 1% en 2014.

En cuanto a EEUU, llama la atención en el examen de sus cifras, en primer lugar, un alto desempleo: el 7’3% en el mes de octubre, que va acompañado, ese mismo mes, de un 3’2% de incremento en la producción industrial; pero también, lado negativo, de un déficit por cuenta corriente de 412.400 millones de dólares, a pesar de que la moneda norteamericana mantiene una situación depreciada ligeramente respecto al euro.

En Norteamérica, a pesar de sus altos niveles en el PIB por habitante, hasta constituir lo que se llama una sociedad opulenta desde que en 1955 así la bautizó Galbraith, existe una importante tensión social. Según señala el economista Robert Reich, al que se puede considerar como el portavoz de los puntos de vista de la izquierda norteamericana, hay en el país una fuerte concentración de renta. En sus declaraciones a L’Express del pasado 27 de noviembre, señala que en 1978 un asalariado norteamericano "ganaba de media el equivalente a 48.000 dólares actuales y el ingreso anual del 1% de los más ricos se elevaba a 393.000 dólares. Hoy, el salario medio está por debajo de los 34.000 dólares por año, mientras que los ingresos de los más ricos sobrepasaban los 1.100.000 dólares". Por ello, unos 400 individuos disponen en ese conjunto de un patrimonio igual al de los 150 millones de norteamericanos menos ricos.

Por ello Reich, que es un auténtico activista, con trece libros y numerosas declaraciones periodísticas, a más de estar detrás de la película Inequality for all, y de haber sido secretario de Trabajo con Bill Clinton, considera que en esta coyuntura la democracia peligra, porque ese 1% de los adinerados "ha alimentado las campañas electorales, influido en los medios de comunicación y saboteado reformas favorables para la mayoría". Eso produce un endeudamiento creciente, que se busca por la mayoría de los norteamericanos para mantener el nivel de vida previamente alcanzado.

De ahí que surjan en Estados Unidos movimientos como el Occupy Wall Street, aunque en frente se halla el Tea Party, que por ahora gana la partida, con gran amplitud además. Obama parece ser incapaz de remediar esto, como se ve en el asunto del seguro de enfermedad, y a pesar de que, por ejemplo, con toda su riqueza Estados Unidos va por detrás de España en magnitudes tan importantes como la tasa de mortalidad infantil y la esperanza de vida.

Al mismo tiempo, como Norteamérica pretende regir el mundo, presenta un importante déficit, del orden del 4’1% del PIB en el saldo presupuestario, aparte de problemas regionales serios, como puede ser un cierto grado de estrangulamiento en ese emporio tecnológico que es California, a causa del alto precio de la vivienda.

El otro emporio económico es el que, en estos momentos, a causa de la crisis de Japón, tan bien estudiada por Antonio Torrero –tiene este país un déficit presupuestario del 8’3% del PIB–, lidera en Asia: China. Otro economista, Ramón Tamames, nos ha presentado la realidad económica de China en China, tercer milenio. El dragón omnipotente (Planeta, 2013). El formidable auge que ha tenido la economía china, en parte notable se ha desviado hacia la defensa, hasta el punto de que se habla de la posibilidad de que un portaaviones chino, capaz de asistir además a submarinos nucleares, podría situarse de modo permanente en el Mediterráneo. Desde luego, es una cuestión que nos afecta.

El desarrollo material de la economía china ha de calificarse como muy fuerte. Tamames señala:

El cónclave del Partido Comunista Chino de noviembre de 2013 ha asegurado que se profundizará en las reformas económicas "para garantizar que el mercado juegue un papel decisivo en la asignación de recursos, conservándose, no obstante, la misión fundamental de la propiedad pública". En este sentido, el Gobierno propiciará la libertad de los bancos en cuanto a tipos de interés y se dejará que el mercado guíe los precios de agua, gas, electricidad, petróleo y transporte. Aunque el Gobierno se reserve medidas para garantizar la estabilidad económica con intervenciones, cuando el mercado no lo resuelva todo.

Los países europeos han de estar muy atentos a la evolución de las políticas económicas de Norteamérica y China. Su coyuntura repercutirá, como bien sabemos por lo sucedido desde 2007, en la nuestra.

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