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Jorge Valín

Peligro, el Gobierno nos quiere ayudar

Las medidas de Solbes, además de no ser precisamente escasas, nada tienen que ver con la reactivación económica que supuestamente es lo que pretenden propulsar los socialistas.

Ahora que ya se han dado a conocer las medidas que tomará el Gobierno para salvarnos de la crisis que sufrimos, me han sorprendido las declaraciones de algunos expertos económicos al decir que las iniciativas son escasas. ¿Es que los políticos han de intervenir más aún en el sector privado rescatando empresas deficitarias que han sido incapaces de valorar sus riesgos? ¿Desde cuándo los gobiernos resuelven las crisis?

Las medidas de Solbes, además de no ser precisamente escasas, nada tienen que ver con la reactivación económica que supuestamente es lo que pretenden propulsar los socialistas. Los famosos 400 euros, que en realidad no lo serán porque hasta que los recibamos íntegramente se les tiene que descontar la imparable inflación, no son más que migajas comparado con la expropiación forzosa que realiza el Gobierno a nuestra capacidad productiva. El Gobierno nos arrebata cada mes la mitad de lo que producimos. Si usted cobra 20.000 euros brutos, que en realidad son más de 26.000 pero que no verá jamás en la nómina, el Estado se queda con más del 50% de todo el desembolso que la empresa realiza por su trabajo, en nuestro caso, más de 12.200 euros. Si quiere saber qué cantidad de dinero le expropia el Estado haga las pruebas en la web ¿Cuántos impuestos pago?

Otras medidas como la de alargar el plazo de las hipotecas gratuitamente, pueden convertirse en un severo riesgo para el deudor. ¿No han pensado que esto generará un plus de intereses para el deudor que, a la larga, lo puede dejar ahogado si siguen aflorando riesgos como la inflación? ¿Qué tipo de solución es esta cuando el Euribor está en máximos y hay muchas probabilidades de que Banco Central Europeo suba los tipos? A propósito, ¿recuerdan cuando el Gobierno dijo que el Euribor había alcanzado sus máximos? Otra mentira electoralista.

¿Qué nos hace pensar que el Gobierno será juicioso y justo cuando lo único que hace siempre es satisfacer sus propios intereses y jamás responde de sus negligencias? Por ejemplo, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) acaba de anunciar que regalará 60 millones de euros a otros países. ¿Va hacer esto que lleguemos más desahogados a final de mes? Esto no paga nuestras facturas. La inútil institución, que pertenece Ministro de Asuntos Exteriores, tenía un presupuesto de 270 millones de euros en 2002 que ahora, en 2008, supera ya los 942 millones. Muy probablemente, usted ni sabía de la existencia de esta agencia gubernamental que, lejos de ayudarle en sus cuentas domésticas, le está empobreciendo, porque es usted quien paga ese dinero.

Lo realmente preocupante es que organizaciones absurdas como la AECI, que no han ayudado a mejorar la vida de nadie excepto de los burócratas que trabajan en ella, las hay a toneladas. Por ejemplo, la Generalitat de Cataluña, que en esto de saquear al ciudadano también son auténticos profesionales, se gastó medio millón de euros en una web que, según los políticos catalanes, "impulsará la lectura". ¿Es realmente necesario que en plena crisis se gasten el dinero del ciudadano en algo así? En este país han fomentado más la lectura las revistas del corazón, los diarios deportivos y los periódicos gratuitos, que son privados, que cualquier biblioteca o iniciativa pública, por más cibernética que pretenda ser.

Nuestra economía no necesita más ayudas del Gobierno. Todo lo contrario. Lo que necesita es expulsar a los políticos de nuestras vidas. La economía española sufre de un exceso de regulación empresarial tal y como demuestran los datos de diferentes organizaciones internacionales. Tenemos un mercado laboral que es la desgracia de Europa. Estamos entre los países de la UE con mayor desempleo juvenil, a la cola de Europa en productividad y a la cabeza en absentismo laboral, lo que supone un gasto del 1,22% del PIB. La única forma de salir rápido de la crisis es otorgar a particulares y empresas más libertad de comercio. Que la sociedad civil pueda innovar por ella misma, invertir y crear riqueza con sus ideas y bajo su riesgo. Sólo la libre iniciativa de la sociedad civil crea riqueza, prosperidad, diversidad e innovación. El Estado es el único freno a nuestro bienestar.

En Libre Mercado

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