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EDITORIAL

Aznar nos sube los impuestos

En economía nada sale gratis –"no hay un almuerzo gratuito", solía decir Milton Friedman– y soportar a la pandilla de incompetentes que se reúne en torno a Zapatero nos está saliendo carísimo a los españoles.

Fue el circunspecto Pedro Solbes, a quien muchos añoran ahora como un gran ministro de Economía ante la incompetencia de Salgado, quien el 26 septiembre de 2007, nada más estallar la crisis financiera de las subprime, acusó al Gobierno de Aznar de haber "dejado la despensa vacía". Sorprendentes declaraciones en un ministro que en 1995 no es que dejara al futuro Ejecutivo del Partido Popular con la despensa vacía, sino que los dejó sin despensa.

Fue el comienzo de la típica estrategia tan del gusto de todos los políticos consistente en atribuir a la Administración anterior todos los errores de la propia: el inmaduro "y tu más" que pone más esfuerzos en la propaganda denigratoria del adversario que en la reflexión para evitar repetir fracasos.

Justo dos años después, mientras hemos atravesado una de las crisis económicas más duras de la historia que el PSOE ha podido combatir sin ataduras y empleando todo el despilfarro de corte keynesiano que creyera necesario, los socialistas resucitan las acusaciones contra Aznar. Dijo ayer José Blanco –ministro de uno de los departamentos con más presupuesto del Gabinete– que Aznar dejó la economía con mucho colesterol. Afirmación que se produce apenas un día después de que el PSOE aprobara la mayor subida de impuestos de nuestra democracia por su muy torpe gestión de la crisis.

Parece que de alguna manera hay que justificar los atropellos que los socialistas están perpetrando con altanería a los españoles y sus patrimonios, por mucho que ello suponga incurrir, una vez más, en una evidente contradicción con el discurso que se venía manteniendo en los últimos meses.

Recordemos que según Zapatero, la crisis que sufre España es simplemente una manifestación de la crisis internacional de las hipotecas subprime gestada por la Administración neocon de George Bush. España sería así sólo una víctima más de una recesión mucho más amplia, sin que la severidad de nuestra situación actual tenga nada que ver con la concurrencia de nuestra propia crisis interna.

Pues resulta que, según Blanco, en España sí hemos tenido nuestra propia burbuja inmobiliaria que ahora mismo está estallando, pero que para descargo del PSOE fue producto de los gobiernos de Aznar. El vicesecretario general de los socialistas sólo se olvida de que entre la predatoria subida de impuestos del sábado y la presidencia de Aznar ya han transcurrido más de cinco años; tiempo suficiente como para que el recetario progresista que pregona Blanco hubiese dado algún fruto en forma de freno de la especulación –que no hizo sino dispararse con Zapatero– y de reconducción de la economía hacia derroteros supuestamente más "sostenibles".

Por supuesto no hicieron ni lo uno ni lo otro, porque la única política que conoce la izquierda es gastar a manos llenas el dinero presente y futuro de los ciudadanos. La subida de impuestos del sábado es sólo la expresión de un fiasco socialista sin paliativos: incrementaron el gasto y la deuda pública con la vana esperanza de reactivar la economía y ahora se topan de bruces con que han de pagar los platos rotos. En economía nada sale gratis –"no hay un almuerzo gratuito", solía decir Milton Friedman– y soportar a la pandilla de incompetentes que se reúne en torno a Zapatero nos está saliendo carísimo a los españoles.

Y mientras tanto, parece que el corazón de Europa está girando con la fracasada Merkel y el fracasado Westerwelle hacia posiciones más liberales y apostando por las reducciones de impuestos. Justo lo que necesita la economía mundial y todo lo contrario de lo que nos está proporcionando Zapatero. Pero sí, Aznar es y seguirá siendo el culpable de todo.

En Libre Mercado

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