En ocasiones se pone encima de la mesa la importancia de "engordar" el tamaño de las empresas españolas. El último informe sobre Oportunidades y Satisfacción en el Empleo publicado por Adecco aporta nuevos datos a favor de esta tesis.
De acuerdo con dicho estudio, el salario medio de las grandes empresas asciende, de media, a 2.007 euros mensuales. La cifra para estas sociedades que cuentan más de 200 trabajadores se coloca muy por encima de los 1.357 euros que nos encontramos en las pequeñas empresas españolas (aquellas que cuentan con menos de 50 empleados).
En el plano político, económico y periodístico, es habitual escuchar que "el grueso del empleo lo generan las pequeñas empresas". También aparece a menudo el lamento sobre los "bajos sueldos que cobran los españoles". Como muestran las cifras anteriores, lo primero va de la mano con lo segundo: precisamente porque las pymes tienen un peso mayor en España que en el resto del Viejo Continente, los sueldos de nuestros trabajadores también son más bajos.
Productividad, otra asignatura pendiente
Otra cuestión que aparece de manera recurrente a la hora de analizar la estructura salarial de la economía española es la de la productividad. A menudo, los grandes titulares sobre la remuneración de los trabajadores suelen obviar este indicador. Sin embargo, basta con poner en relación los sueldos medios y la productividad por hora trabajada para comprobar cómo ambas variables están íntimamente relacionadas.
Así, como vemos en la siguiente gráfica elaborada por Juan Ramón Rallo, el salario medio (barra azul) y la productividad por hora trabajada (línea verde) guardan una estrecha correlación en la gran mayoría de países europeos. Por tanto, si bien es cierto que los españoles cobran menos que británicos, alemanes, franceses u holandeses, también es cierto que su productividad es más baja.
Menos impuestos para enriquecer al trabajador
A la falta de grandes empresas y la moderada productividad de nuestras empresas se une un tercer factor que empobrece los salarios de los españoles. Se trata de la elevada carga fiscal que soportan los trabajadores, vía impuestos, cotizaciones sociales y otras tasas.
Como explicó Libre Mercado, "un sueldo de apenas 17.000 euros anuales acarrea un coste laboral superior a los 30.000 euros. Si lo medimos en términos mensuales (14 pagas) estaríamos hablando de casi 2.200 euros que se convierten en menos de 1.300 euros".
Y es que, solamente contando el IRPF y las Cotizaciones Sociales, nos encontramos con una fiscalidad efectiva del 41% que deja a España a la altura de Finlandia y Suecia. Por comparación, esta tasa es de apenas el 31% en Reino Unido.