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Daniel Rodríguez Asensio

Estados Unidos, el país más afectado por el coronavirus: así avanza hacia la ansiada recuperación en V

España, en el caso del número de infectados por cada millón de habitantes, triplica la cifra estadounidense.

España, en el caso del número de infectados por cada millón de habitantes, triplica la cifra estadounidense.
La Estatua de la Libertad de Nueva York | Pixabay/CC/Ronile

Estados Unidos ya es el país más afectado por el coronavirus. Ya concentra a más de 432.000 personas infectadas y acumula un 30% de los casos a nivel mundial. SI bien es cierto que los más de 327 millones de personas que pueblan el país relativizan todas estas cifras, no deja de ser ilustrativo que un país que tiene menos del 4% de la población mundial acumule tantos casos diagnosticados.

Las cifras, en cualquier caso, hay que ponerlas en contexto. El peso de Norteamérica en el contexto mundial es tan elevado porque hay muchos países del mundo sin detección de esta enfermedad. Estados Unidos no es ni tan siquiera el país con más contagiados ni con más muertes por cada millón de habitantes. Estos ranking, desafortunadamente, están liderados por España y, en el caso del número de infectados por cada millón de habitantes, triplica la cifra estadounidense.

La primera potencia mundial está amenazada por la peor pandemia de las últimas décadas, y su economía también se resiente. Los indicadores adelantados que vamos conociendo son, cuanto menos, preocupantes:

  • Las peticiones de desempleo durante la última semana ascendieron a 6,6 millones de personas. Otro nuevo récord, que deja atrás las peticiones durante las dos últimas semanas. Desde la aparición del Covid19 en Estados Unidos este indicador acumula casi 17 millones de personas engordando las listas del paro.
  • Los indicadores adelantados de actividad económica anticipan una recesión que podría oscilar en torno al 4% del PIB en este trimestre, donde el sector servicios está siendo el más afectado, aunque el sector manufacturero tampoco es inmune.
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Dos indicadores sin duda preocupantes, que debemos poner en contexto. La tasa de paro de Estados Unidos era ligeramente superior al 3% antes de que el coronavirus hiciese acto de presencia. Esto significa más de 155 millones de personas trabajando, y, por lo tanto, un incremento en el número de desempleados considerable en términos absolutos, aunque asumible desde el punto de vista del conjunto de la economía. La tasa de paro en Estados Unidos durante el primer año de una crisis económica que será peor que la de 2008 será, probablemente, inferior a la de España tras varios años de crecimiento económico prolongado.

Desde el punto de vista económico, la economía norteamericana va a sufrir un impacto significativo sin duda. Sin embargo, es muy probable que Estados Unidos sea uno de los países que antes se recupere de este primer impacto.

La política monetaria y fiscal que están llevando a cabo desde la Casa Blanca y desde la FED. preocupa de cara a la estabilidad económica mundial durante los próximos años.

El gobierno de Estados Unidos ha aprobado un plan de 2,2 billones de dólares, el 10% del PIB estadounidense. Una cantidad que triplica la aprobada en 2009, y cuyos destinos serán los siguientes:

  • 500.000 millones destinados a créditos y avales para grandes compañías, incluyendo 62.000 para el sector aeronáutico.
  • 250.000 millones, que se reservará para efectuar pagos directos de 1.200 dólares a individuos y familias con una renta menor de 75.000 dólares al año, más 500 dólares por cada menor de 17 años.
  • 350.000 millones en préstamos para pequeñas empresas
  • 250.000 millones para ampliar los beneficios por seguro de desempleo.
  • 150.000 millones de dólares para apoyar las autoridades locales y estatales.
  • 130.000 millones para reforzar el sistema sanitario.

Un programa apoyado desde la FED, que no sólo ha bajado los tipos de interés al 0% y ha puesto en marcha el mayor programa de estímulo monetario desde el año 2008, sino que también ha aprobado el apoyo del programa fiscal del gobierno de Estados Unidos con un plan de liquidez de 2,3 billones de dólares inyectados en la economía, entre los que se incluyen medidas sin precedentes en nuestra historia económica mundial:

  • 500.000 millones de dólares dedicados a la compra directa de bonos de deuda pública de estados y de municipios que cumplan una serie de requisitos de población.
  • 600.000 millones de euros complementarios a lo anunciado por parte del gobierno de Estados Unidos inyectados directamente en las PyMEs norteamericanas. Este dinero estará reservado para empresas con hasta 10.000 empleados o ingresos de menos de 2.500 millones de dólares, y sujeto a condicionalidad: restricciones a la entrega de dividendos y recompra de acciones y a la reducción de salarios de los ejecutivos.
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Dicho de otra manera, la FED ha ido un paso más allá y ha soportado las acciones del gobierno de Estados Unidos garantizando la liquidez a las empresas que se comporten de forma responsable.

Estados Unidos fue uno de los países que antes salió de la crisis de 2008 por llevar a cabo una política económica decidida, poco intrusiva y sin desincentivos a la actividad privada. Ahora, todo indica que ha adquirido el mismo camino y, además, la propia naturaleza de la crisis podría favorecer una recuperación en V. En torno al 85% del PIB es independiente de los mercados exteriores y, por lo tanto, la evolución del país depende en mucha menor medida de la de la economía global que la de, por ejemplo, China o Alemania.

El hándicap del país estará en un déficit público que ha sido incapaz de controlar y en un tejido productivo excesivamente endeudado, y sobre el que pesan sospechas de existir producto financieros derivados similares a las hipotecas subprime con deuda corporativa (los llamados CLOs), unos productos que se han duplicado en los últimos años y alcanzan los 600.000 millones de dólares y suponen un riesgo para la estabilidad financiera internacional.

Esto, sin embargo, sólo podría ser un shock transitorio en los mercados financieros, pues Estados Unidos es mucho menos dependiente de Europa del sector bancario. Aproximadamente un 15% de la financiación en Norteamérica transcurre a través de la banca tradicional, y eso supone una mayor capacidad de adaptación en situaciones tan cambiantes como la que vivimos.

Mientras que en Europa, y especialmente en los países del sur, seguimos viendo la manera de regatear nuestra responsabilidad individual y diluirla en la UE bajo una solidaridad vacía de contenido en los términos expresados, Estados Unidos está llevando a cabo el mayor plan de choque de su historia, con medidas coordinadas entre la FED y el Gobierno Federal, para lograr la recuperación en V. Esto, junto con la medida más estable del mundo y con una moneda que, de facto, es un activo refugio cada vez más demandado, suponen elementos estructurales con los que Estados Unidos cuenta para librar esta batalla y el resto del mundo no. Serán suficientes, y demostrarán que en Europa no hemos aprendido la lección de 2008.

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