Pedro Sánchez está encantado de haberse conocido, y Nadia Calviño, encantada de servir en el Ejecutivo de un prócer como Sánchez, o al menos así nos lo han hecho saber esta semana pasada en la que ambos acudieron al conocido Foro de Davos (World Economic Forum) y en el que presumieron de ser la envidia de Europa con charlas en salas casi vacías.
La ministra de Economía y vicepresidenta primera, Nadia Calviño, presumía precisamente de presidente del Gobierno y señalaba que era un "orgullo" tener un presidente que hablaba en inglés.
Pero, ¿tienen motivo para sacar pecho? Lo cierto es que la delegación española en Davos no podía estar más exultante. En uno de los debates en los que participó el premier español, el presidente del foro, el noruego Borge Brende preguntó a Sánchez cuál era la clave del éxito del reinicio de la economía española. "El paro está bajando, crecen las inversiones y también ha habido nuevas reformas. Muchos economistas dicen que no se pueden hacer reformas laborales de pensiones y que haya crecimiento. Ustedes lo han conseguido. ¿Pueden otros países aprender de su ejemplo?", decían, para regocijo de Sánchez.
El noruego, del partido liberal conservador, se convertía en protagonista en redes sociales porque la izquierda se encargó de hacer viral la concesión a la maestría económica del Ejecutivo español. Lo que desconocemos es si en esa pregunta estaba implícita la idea de que crecer un poco después de protagonizar el mayor desplome económico del mundo desarrollado con el covid no constituye más que la historia de un fracaso. No olvidemos que el Gobierno de Sánchez vendió la idea de una "recuperación en V" desde el mismo momento en que nos encerró a todos en casa. Desde entonces, lleva retrasando el momento de la recuperación. Ahora, a 2023.
¿Estamos mejor o peor?
Pero postureos a parte, los números permiten, lamentablemente, hacer balance de cómo estamos los españoles después de cuatro años de sanchismo en comparación con nuestros vecinos europeos y, por añadidura, nuestros homólogos en el mundo desarrollado: nos hemos convertido en ciudadanos de segunda.
Estos cuatro últimos años nos han costado cerca de un 15% en renta per cápita. Es decir, somos en términos cuantitativos un 15% más pobres de lo que éramos hace cuatro años al pasar de 30.374 euros de renta per cápita en 2018 a 25.460 euros a cierre de 2021.
En términos cualitativos, somos aun más pobres ya que la pérdida de poder adquisitivo durante este último año es el peor de la historia debido al efecto de la inflación.
Desde agosto del año pasado, batimos todos los récords de pérdida de salarios reales en España. A continuación, una relación de la caída de salarios reales que enfrenta las tasas de IPC consolidado de los últimos meses en relación con la subida pactada de salarios en convenios colectivos.
- Agosto 2022: 1,6%
- Septiembre 2021: 2,3%
- Octubre 2021: 3,7%
- Noviembre 2021: 3,8%
- Diciembre 2021: 4,8%
- Enero 2022: 3,7%
- Febrero 2022: 5,2%
- Marzo 2022: 7,4%
- Abril 2022: 6%
Si a estos datos añadimos que la ganancia de poder adquisitivo acumulada desde 2019 ha sido del 3,7%, la mejora en la retribución de los trabajadores desde que gobierna Pedro Sánchez se esfumó a finales del año pasado y pierde poder adquisitivo mes a mes. ¿Y en qué se traduce esto? Pues en que en 2022 cada hogar español perderá de media 2.650 euros de poder adquisitivo.
Sólo Reino Unido mantiene tasas de inflación mayores a las de España en el viejo continente entre países avanzados. Polonia, Ucrania o Rumanía también presentan subidas de precios mayores a las de nuestra economía.
Campeones en paro
Desde marzo de 2013, cuando España presentaba un pico de paro de más del 26%, justo después de haber estado al borde de la quiebra soberana en 2012, nuestra economía entró en un fuerte ciclo de creación de empleo que duró hasta 2019. En 2018, cuando Sánchez se hace con el poder en España tras la moción de censura a Mariano Rajoy, la tasa de paro en nuestro país era del 14,5%. Ahora, en 2022, tenemos una tasa de paro del 13,5%, después de la mayor destrucción de empleo de la historia durante la pandemia y manteniendo a buena parte de los trabajadores en paro en ERTE o considerados empleados fijos mediante la nueva modalidad de contratos fijos discontinuos.
En cualquier caso, España es el país con una mayor tasa de paro de la UE con el 13,5%. Incluso más que Grecia que presenta una tasa de paro del 12,2%.
Campeones en deuda
Otro de los dramas de nuestra economía es el de la deuda pública. La hemos multiplicado a un ritmo frenético, pasando de 1,2 billones de euros en 2018, el 100% del PIB y un reparto de deuda por ciudadano de 25.755 euros, a 1,427 billones de euros en 2021, un 118% del PIB y un reparto de 30.157 euros per cápita.
Es decir, que en estos últimos cuatro años no sólo somos mucho más pobres de lo que éramos en 2018, sino que además soportamos mayor carga de deuda pública. En concreto hemos visto cómo se ha incrementado ésta en 230.000 millones de euros. Dicho de otro modo, en cuatro años ha incrementado la deuda pública en más de un 16%.
Campeones en impuestos
Por si todo esto fuera poco, España fue el país de OCDE donde más subió la presión fiscal en 2020. Durante la pandemia, Sánchez se ha resistido a bajar los impuestos, pese a ser la medida estrella para reactivar la economía en otros países.
En España no sólo existen figuras tributarias que no encontramos en otros países de Europa como el impuesto de Patrimonio, sucesiones y donaciones. También, las grandes figuras tributarias tienen una clara vocación recaudatoria y ahogan la actividad económica. La brecha fiscal (diferencia entre coste empresarial y salario neto) en España es del 39,3%, frente al 34,6% de media en la OCDE, al 32,3% de Irlanda, al 30,8% de Reino Unido o al 28,3% de Estados Unidos. Además, En todos estos países se ha reducido esta brecha fiscal en 2020 (año de pandemia), mientras que en España se ha mantenido constante.
Pero no sólo eso. El Gobierno somete a las empresas españolas a una presión fiscal normativa un 27% superior a la media comunitarias. Ocupamos el puesto 32 de 37 países analizados por el Instituto de Estudios Económicos. En términos de tipos nominales, de los 37 países de la OCDE: 12 tienes tipos superiores al nuestro, 3 tienen el 25% como nosotros y 21 tienen un tipo inferior, con una media del 23%, como recordaba en Libre Mercado el analista Daniel Rodríguez Asensio.
Por tanto, tras cuatro años de sanchismo, somos mucho más pobres, estamos mucho más endeudados, tenemos un mercado laboral gripado y, encima, pagamos más impuestos que el resto de Europa en relación con nuestro poder adquisitivo. ¿De qué presumía entonces Sánchez en Bruselas?