Entender lo que sucede en el mercado de la vivienda es mucho más sencillo de lo que quiere hacernos entender la izquierda política y mediática, cuyas explicaciones y teorías sobre esta cuestión giran en torno a todo tipo de teorías de la conspiración que vinculan cualquier aumento de precios a las SOCIMI, las plataformas de alquiler turístico o los grandes propietarios.
En realidad, si repasamos los datos de la última década, lo primero que vemos es que los precios de compra-venta y alquiler se han mantenido más o menos constantes en buena parte de las provincias de nuestro país. De hecho, las cifras que publica el Instituto Nacional de Estadística muestran que los precios aún están, en promedio, veinte puntos por debajo del pico alcanzado en la burbuja inmobiliaria.
Por tanto, las informaciones periodísticas que apuntan a una fuerte subida de los precios de compra-venta y alquiler se refieren solamente a una serie de mercados capitalinos en los que sí se ha dado un encarecimiento, caso de Madrid y Barcelona, de Málaga y Valencia y de los archipiélagos de Baleares y Canarias.
Partiendo de esa base, hay una forma segura de frenar este encarecimiento: a saber, propiciar un aumento de la oferta en relación con la demanda, para aumentar el poder de negociación de compradores y arrendatarios, reduciendo a su vez la capacidad de subir precios que ostentan vendedores y arrendadores. Sin embargo, la cruda realidad es que España tiene el mayor déficit de vivienda de toda Europa, fruto de una década de parón constructivo que ha derivado en un grave problema de escasez de obra nueva.
Desequilibrio entre compradores y vendedores
Así las cosas, el nuevo informe del portal inmobiliario Fotocasa ha arrojado más luz sobre la situación del mercado inmobiliario con un informe en el que compara el número de personas que emplean sus servicios para comprar con el total de usuarios que hace lo propio con ánimo de vender.
Este ejercicio revela un dato clave: a saber, que hay cuatro españoles interesados en hacerse con una vivienda por cada propietario que busca desprenderse de su domicilio. Un evidente desequilibrio que incide más aún en el desajuste de precios que experimentan los mercados mencionados anteriormente.
Para ser precisos, Fotocasa encuentra que el 16% de los españoles han comprado o intentado comprar vivienda durante el último año, mientras que solo hay un 4% que ha vendido o procurado vender su domicilio. Un desequilibrio más que solo contribuye a apuntalar las tensiones que apuntan a un escenario de precios más altos.