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El nuevo hito de Sánchez: su impuesto a las eléctricas recaerá en el pago de los consumidores por el gas

Los sobrecostes del gas se cargan en dos recibos: en el del mismo gas para calefacción por pura fijación del precio, y en el de la luz.

Los sobrecostes del gas se cargan en dos recibos: en el del mismo gas para calefacción por pura fijación del precio, y en el de la luz.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante su intervención durante la segunda jornada del debate sobre el Estado de la Nación este miércoles e | EFE

El nuevo impuesto a las eléctricas de Pedro Sánchez empieza a coger forma. Quiere extraer 2.000 millones más en dos años de las empresas afectadas. Pero no será sólo un impuesto a las eléctricas: lo será a todas las energéticas. Las principales eléctricas han visto bajar sus beneficios en España en el ultimo año, con lo que el impuesto se irá prioritariamente al resto de energéticas, especialmente al gas. Y los sobrecostes del gas se cargan en dos recibos: en el del mismo gas para calefacción por pura fijación del precio, y en el de la luz, por el pago que hacen los consumidores a través de la compensación a las gasistas por la fijación del tope oficial al precio del gas usado en centrales eléctricas.

Pedro Sánchez no pasará a la historia como un genio fiscal. Sí recaudador, eso sí, pero no fiscal. Y es que, si hasta ahora ya ha conseguido que todas las subidas de impuestos impulsadas por los socialistas hayan acabo elevando aún más la inflación, el nuevo impuesto a la electricidad no será una excepción.

El Gobierno, o no conoce las cifras de las eléctricas españolas, o disimula con tal de sacar adelante una medida demagógica que sabe que acabarán pagando los consumidores. El buque insignia de las eléctricas españolas es Iberdrola. Y es verdad que su resultado global consolidado crece, pero no por España: la parte de los resultados de Iberdrola que pagan impuestos en España no sólo no ha teñido beneficios extraordinarios en el último ejercicio, sino que, fruto de la crisis económica en España —netamente superior a la del resto de grandes economías— ha descendido un 29%.

La suma internacional de resultados sobre un 3%, pero lo hace por el avance de un 33% de la norteamericana Avangrid y por la subida del 20% de la brasileña Neoenergia. De hecho, EEUU y Brasil aportan conjuntamente ya el 64% de la inversión de la compañía global.

El nuevo impuesto de Pedro Sánchez, según sus palabras, recaerá en los resultados extraordinarios por el alza de los precios. Y eso no le ha pasado ni a Iberdrola ni al sector eléctrico en España. Le ha pasado donde las empresas crecen con más fuerza, pero no en España.

Resultado: el nuevo golpe fiscal se irá a otras energéticas, principalmente, a las gasistas. Pero ahí, de nuevo, surge otro problema para Sánchez. Y es que las gasistas, en estos momentos, trasladan sus costes a dos recibos distintos: al de la calefacción o calderas, como siempre ha ocurrido. Y al de la luz, porque las gasistas cobran una compensación en el recibo de la luz por la diferencia entre el precio de mercado del combustible y el precio fijado oficialmente por el Gobierno para el gas que se usa en las centrales eléctricas de ciclo combinado. Y son los ciudadanos quienes pagan ese recibo de la luz, y, por lo tanto, esa compensación.

Resultado: el nuevo invento fiscal de Pedro Sánchez no lo pagarán de forma prioritaria las eléctricas, irá al gas, acabará en el recibo de la luz y gas, y lo terminarán pagando los consumidores. Todo ello, por cierto, tras incrementar aún más la inflación al sumarse al precio actual. Todo un chollo de medida.

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