El de 2022 iba a ser el primer verano sin restricciones por la pandemia, pero resulta que otras limitaciones han llegado a la ciudadanía, o mejor dicho, a su bolsillo. La tormenta inflacionista que azota España ha disparado el coste de las vacaciones de los hogares de nuestro país hasta niveles prohibitivos. La lista de bienes y servicios que ahora son más caros que hace un año es infinita y el mejor ejemplo de ello es el indicador del IPC.
Según se observa en los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se disparó en junio hasta el insólito 10,2%, su nivel más alto desde abril de 1985. Así, los españoles se enfrentan al inicio de la temporada estival con unos precios 7,5 puntos por encima del 2,7% del IPC en junio de 2021. Así, aunque el Gobierno haya estado un año quitándole importancia a la inflación, a los españoles se les presenta un amargo verano.
Aunque el dato de inflación de junio ya es suficientemente alarmante, si tenemos en cuenta que la inflación subyacente sigue al alza y sin freno (que es la variable que excluye a los alimentos no elaborados y la parte energética, es decir, los componentes más volátiles del IPC) vemos que el incremento generalizado de los precios en todas las actividades económicas del país se ha disparado respecto al 2021. Así, si en junio del año pasado la inflación subyacente estaba en el 0,2%, el pasado mes de junio escaló al 5,5%, lo que supone multiplicar casi por 28 el dato de un año antes.
Bares y cesta de la compra
Ante esta dramática situación, las familias españolas se están viendo obligadas a restringir el gasto de sus merecidos días de descanso al máximo. Algunas, no se pueden permitir ni acudir a una terraza a comer o tomar un refresco, aunque lo llamativo es el enfoque de reportajes como el que le da La Sexta a los casos de estas personas a las que llega a calificar como "magos del ahorro".
Y es que, el 70% de los restaurantes en España ha subido los precios de sus cartas debido al incremento de la inflación para este verano, según se desprende de la encuesta realizada por la app de reservas TheFork. En este sentido, y según los datos del INE, los precios de la hostelería se han incrementado un 7,2% desde junio del año pasado, su récord en tres décadas.
Aunque las familias limiten el ocio este verano y eviten salir a restaurantes, donde menos margen de ahorro tendrán es en la cesta de la compra, una categoría que se ha disparado por encima de la inflación, según el último informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Tal y como ha publicado la OCU, la cesta de la compra ha subido de media en el último año un 15,2%, un incremento de precios que provocará un sobrecoste de más de 830 euros al año para una familia media.
Los productos que más han subido son el aceite de girasol (118%) las magdalenas (75,4%) la margarina (75,2%), los plátanos (63,6%), la pasta (59,9%), el aceite de oliva suave (52,6%), la harina de trigo (49,7%), los huevos (45,9%) y la mayonesa (42,9%).
En productos frescos concretos, las frutas y verduras se encarecieron un 12,4%, los pescados un 13,3% y las carnes un 14%. En las carnes se aprecia un comportamiento diferenciado entre el pollo, con un 16,1%; el vacuno, con un 17,8%; el cordero, con un 18% y el cerdo, con un 7,3%. Además, según la OCU, "nada hace pensar que la situación vaya a cambiar en el corto plazo y es probable que todavía suban aún más los precios de algunos productos en los próximos meses".
La gasolina supera los 2 euros
En plena temporada de vacaciones de verano, trasladarse una ciudad a otra es la tónica habitual, aunque los precios del transporte se han disparado un 19,2%, según el INE.
Y en concreto, los viajes en coche son ahora más caros que nunca, con el litro de gasolina y gasoil holgadamente por encima de los 2 euros. En los últimos 12 meses, el gasóleo ha subido un 42,7% y la gasolina, un 34,4%. Tampoco hay que olvidarnos de la electricidad que está por encima de los 300 euros el megavatio hora esta semana y cerró junio un 33,4% más cara que hace un año.