Por mucho que el Gobierno y las patronales de trabajadores autónomos estén celebrando a bombo y platillo el acuerdo al que han llegado para establecer las nuevas cotizaciones a la Seguridad Social por los "ingresos reales" de los trabajadores por cuenta propia, un grueso importante de ellos va a pagar más de lo que desembolsa ahora.
En concreto, estamos hablando de que los autónomos que ganen más de 1.700 euros al mes pagarán una cuota más alta que los 294 euros al mes habituales. Esto es así, porque el 84% del los afiliados al RETA cotiza por la base mínima gane lo que gane, según el Ministerio de Seguridad Social.
Así, las nuevas cotizaciones de José Luis Escrivá establecen para 2023 una cuota de 230 euros al mes (apenas siete euros menos que en la última propuesta del ministro) para los autónomos con rendimientos inferiores a 670 euros netos y se elevan hasta los 500 euros mensuales para el tramo máximo, en el que se encuentran aquellos trabajadores por cuenta propia con ingresos netos mensuales superiores a 6.000 euros.
Las cuotas se irán ajustando en 2024 y 2025. Las menores bajarán hasta los 225 euros en 2024 y se reducirán a los 200 euros en 2025. Sin embargo, para aquellos autónomos con ingresos netos por encima de los 1.700 euros e inferiores o iguales a 1.850 euros, la cuota inicial será de 310 euros, subirá a 320 euros en 2024 y ascenderá a 350 euros en 2025. Y así, cada vez cuotas mayores hasta alcanzar la friolera de 590 euros en 2025 a los que ganen más de 6.000 euros al mes.
Tal y como se observa en la tabla anterior, 9 de los 15 tramos establecidos por el Gobierno pagarán más impuestos, aunque el Ejecutivo prefiere aferrarse a que, con su nueva fórmula, "tres de cada cuatro autónomos van a estar en una situación igual o pueden cotizar menos que ahora".
Entonces, ¿ha creado esta medida el Ejecutivo para perder recaudación en la Seguridad Social (algo improbable) o es que pretende compensar los ingresos del RETA con ese 24% de los 3,4 millones de autónomos que sí pagará más? Es una incógnita. Según explican fuentes del Ministerio de Seguridad Social a LM, el efecto sobre la recaudación del sistema "va a ser neutral". Es decir, lo que se recaudará extra por unos autónomos a los que se les subirá la cuota se compensará con lo que se recaudará menos por los que tendrán cuotas más bajas.
En este sentido, el ministerio de Seguridad Social también ha asestado un nuevo golpe a los autónomos: encarecer la tarifa plana un 33%. Esta tarifa consiste en que en los primeros 2 años en los que una persona se hace autónoma tiene un descuento para que le sea más fácil empezar su negocio. Con la nueva medida, esta tarifa pasará de los 60 euros actuales a 80 euros a partir del año que viene.
El papel clave de Hacienda
¿Pero cómo se calcularán esos "ingresos reales" de los autónomos? La respuesta está en Hacienda, que tendrá un papel protagonista para determinar la cantidad de impuestos que tendrán que pagar estos contribuyentes a la Seguridad Social, que ya no podrán elegir cotizar por lo mínimo (aunque los 200 euros sean menores que los actuales 294) sino que pagarán respecto a lo que ingresen.
El mecanismo de control del autónomo consistirá en que Hacienda cruzará datos con la Seguridad Social. Habrá un "acceso compartido a determinada información para evaluar la coherencia de la cotización y los rendimientos económicos" señala el departamento de Escrivá. "Vincular la cotización por ingresos reales es abordable hoy gracias al avance de la digitalización de las administraciones públicas y la mayor disponibilidad de aplicaciones que facilitan la interacción electrónica de los usuarios y la Seguridad Social" celebran.
"El Gobierno comprobará automáticamente lo que gana el autónomo gracias a su declaración de la renta, que tienen que hacer casi todos ellos, y cuando finalice el ejercicio, determinará si el autónomo ha pagado de más o de menos con una regularización" explican a Libre Mercado fuentes cercanas a la negociación.
Previamente, el autónomo establecerá una base de cotización provisional en función de los rendimientos netos que cree que va a obtener durante el año. El autónomo podrá cambiar cada 2 meses la cuota que paga y hasta 6 veces año para ajustarla a los rendimientos que vaya obteniendo.
"En función de los datos rendimientos netos anuales proporcionados por la Agencia Tributaria y las Haciendas forales cuando están disponibles, la Seguridad Social procederá a regularizar las cuotas si los rendimientos netos anuales están por encima o por debajo de los tramos a los que se haya cotizado" explica Seguridad Social.
Los rendimientos netos se calcularán "deduciendo de los ingresos todos los gastos producidos en ejercicio de la actividad y necesarios para la obtención de ingresos" explican. Sobre esa cantidad, se aplica adicionalmente una deducción por gastos genéricos del 7% de los rendimientos netos (3% para los autónomos societarios). Este punto amenaza con abrir un nuevo cisma con Hacienda, ya que de sobra son conocidas las dificultades que el fisco le pone a los autónomos para deducirse sus gastos, como las dietas, la luz o el vehículo de empresa.