El banco de inversión estadounidense JP Morgan lanza la voz de alerta. Aunque la crisis inflacionista acumula ya más de un año de incidencia y las subidas de precios se sitúan desde primavera en el entorno del 10%, lo peor está por llegar. De hecho, aunque la Eurozona despidió el mes de julio con el IPC en el 8,9%, para el cierre de 2022 se avanza un repunte del 15%.
Las advertencias del servicio de estudios de la entidad son especialmente relevantes porque anticipan una evolución divergente a uno y otro lado del Atlántico. Así, en el caso de Estados Uniods espera que el aumento de los precios frene su tendencia al alza y empiece a dibujar una cierta senda de normalización a lo largo de la segunda mitad del año.
El siguiente gráfico presenta las distintas estimaciones de JP Morgan, que también incluyen en una línea verde las proyecciones aplicables al grueso de economías emergentes, excluyendo a China y Turquía:
Es importante tener en cuenta que la Reserva Federal ha venido apostando por endurecer la política monetaria con algo más de firmeza que el Banco Central Europeo. Se espera que la FED lleve los tipos de interés al 4% en 2023, mientras que en el BCE solo se alcanzaría el 2% durante el próximo ejercicio. Esta divergencia influiría directamente en la evolución de los precios, de acuerdo con el informe de la entidad.
Se cae la ficción del gobierno
Desde el ministerio de Asuntos Económicos que dirige Nadia Calviño, el problema de la inflación ha pasado de ser ignorado durante meses a ser tratado después como un problema transitorio y, finalmente, convertirse en un asunto serio que ya no es posible eludir. La propia Calviño ha admitido que la inflación para el conjunto de 2022 se situará en el 8%, mientras que sus previsiones para 2023 tampoco son muy halagüeñas.
En la misma línea, las estimaciones de las principales casas de análisis que ha recopilado Funcas apuntan que el IPC no solo no se va a relajar en los próximos meses, sino que va a mantenerse en tasas históricamente elevadas, con el final del verano y el principio del otoño en el 10% y los meses de invierno en el 8%.
Ahora, la previsión de JP Morgan añade consideraciones aún más pesimistas y apunta que la inflación en la Eurozona podría situarse en el 15% a lo largo del último trimestre de 2022. No hay que olvidar que España cerró el mes de julio con el IPC en el 10,8%, frente al 8,9% de la Eurozona, de modo que nuestro dato de fin de ejercicio podría ser aún peor que el 15% anticipado por JP Morgan para el conjunto de la moneda única, puesto que los precios están subiendo en España un 21% por encima que en el resto de la zona monetaria.