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Exitazo de la última excentricidad ecologista en torno al gas: el biogás aporta el 0,0% en plena crisis energética

Mientras que el Gobierno fracasa en la reducción del consumo de gas, la alternativa ecológica ha mostrado ser un más que dudoso salvavidas.

Mientras que el Gobierno fracasa en la reducción del consumo de gas, la alternativa ecológica ha mostrado ser un más que dudoso salvavidas.
Planta de biogás del Parque Tecnológico de Valdemingómez, en Madrid. | Europa Press

Pedro Sánchez y Teresa Ribera no han dejado de impulsar proyectos teóricamente ecologistas en torno a la energía. Uno de los que fue elogiado por la tropa verde fue el del biogás. Según los defensores de esta fuente de energía, se basaba en el aprovechamiento de los residuos, cumplía con los requisitos ecológicos y podía proporcionar un importante aporte de recursos energéticos en el momento necesario. Pues bien, ese momento ha llegado: una crisis energética provocada por el ataque de Rusia a Ucrania y, principalmente, por las prohibiciones y límites impuestos a la explotación de energías como la nuclear. Y la aportación, según los datos oficiales, es un glorioso 0,0%. Todo un éxito de la última excentricidad ecologista del mundo de la energía.

Los datos del gestor técnico del gas revelan la aportación real del biogás nacional. 12 GWh en el mes de septiembre. Literalmente un 0,0%. Y es que habría que estirar la cifra de decimales para encontrar una presencia efectiva de este tipo de energía en el mercado de aprovisionamiento español.

Mientras, Argelia aporta cada mes 7.962 GWh en gas a través de los gasoductos -y eso que se ha recortado a la mitad el envío por culpa del enfrentamiento con Marruecos y España-. Francia, 2.617 GWh también en importación de gas natural. Angola, 2.062 GWh. Estados Unidos, 6.012 GWh de gas extraído por el mismo fracking que el Gobierno mantiene prohibido en España. Y, así, hasta conformar un largo listado de proveedores. Cada uno con su peso en el aporte total de gas a España en plena crisis energética. Un largo listado que acaba, efectivamente, en el 0,0% del biogás.

Y, todo ello, en plena era de cortes de gas de Rusia —que sí afectan ya a España en cuestión de precio porque, bajo el mando de Sánchez, nuestro mercado ha pasado a depender en un 15,2% del combustible de Putin—. Y en plena exigencia de búsqueda de gas por parte de la UE para evitar problemas de abastecimiento. Y en plena exigencia de ahorro a la población por el riesgo de falta de fuentes de energía. Y, en ese momento, el biogás ha mostrado un potencial del 0,0%.

Los datos oficiales avalan, de hecho, que España necesita más gas a buen precio: no sólo no se está ahorrando combustible desde que se iniciaron los decretos del Gobierno de restricción energética, sino que se ha subido el consumo interanual un 4,2%. Y España, además, no exporta al resto de Europa para ayudar. Para colmo, los precios no han dejado de subir.

Sánchez fracasa en el plan de ahorro

Los datos son oficiales y sacados del gestor técnico del gas. Y muestran el fracaso de todos los objetivos del Gobierno. La realidad es que el mes de agosto ha cerrado con un aumento del consumo del 4,2%.

La causa es sencilla. Efectivamente, las pymes fueron forzadas a tener un menor consumo energético. Y así se refleja con una caída del 18,6% en agosto. Lo cierto es que el alto precio del gas pudo ser el factor determinante para bajar el consumo, ni siquiera el decreto del Gobierno de Sánchez. Cuando no se puede pagar, es difícil consumir.

También el consumo industrial, metido en una evidente crisis económica que también niega el Gobierno, ha bajado: nada menos que un 39%. Y el de las cisternas, un 37,5%. Todo ello medido con respecto a agosto de 2021.

Pero, claro, fruto del mix energético español, muy apoyado en solar, eólica y gas, y del sistema de limitación oficial del precio del gas inventado por Sánchez en aquellas mismas fechas, la generación de electricidad rápidamente se desequilibró en favor de un mayor consumo del gas natural con el que paliar las carencias de la energía solar y eólica. Y el resultado ha quedado claramente plasmado en los datos oficiales con un aumento del consumo de gas de nada menos que un 97% en el sistema eléctrico.

Resultado: suspenso rotundo del Gobierno en su plan de ahorro de gas natural. No baja el consumo sino que sube un 4,2%.

Y en medio de todo ello, sus soluciones ecológicas como el biogás han mostrado ser un más que dudoso salvavidas: 0,0% de aportación al gas natural consumido.

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