Nuevo timo del Gobierno. Ahora en la bajada del precio del gas natural para las calderas de vecinos. Y con un daño evidente y generalizado para los supuestos beneficiados. Hace poco más de una semana que el Ejecutivo de Pedro Sánchez decidió ampliar los sistemas de ayuda en el precio del gas a estas comunidades de vecinos, que habían sido excluidas inicialmente de una forma inexplicable… O muy explicable. Y es que el tiempo ganado por el Gobierno ha hecho que las comunidades hayan cerrado, en medio de ese periodo de tiempo, la mayoría de los contratos de aprovisionamiento de este combustible para el invierno. Y, como se trata de precios y contratos cerrados previamente a la regulación de las nuevas ayudas, las subvenciones ya no tendrán efecto. Traducido: que la medida, anunciada a bombo y platillo por el Gobierno, dejará a la mayoría de las comunidades sin beneficiarse.
El Gobierno aprobaba hace poco más de una semana su enésimo Plan de Contingencia energética. Lo hacía con unas semanas de retraso con respecto a la fecha anunciada -finales de septiembre- pese a la evidencia de la urgencia de la materia. En total veían la luz 73 medidas, entre las que se encontraban la obligación de las grandes empresas de presentar planes de contribución al ahorro energético "basándose en los resultados de las auditorias energéticas que ya debían realizar desde 2016"; más de 6.000 millones de euros, para tratar de reducir el consumo del gas entre un 5,1% y un 13,5%; y un plan de rescate para los edificios con "caldera comunitaria" para rebajar la factura de "más de un millón y medio de hogares", según los cálculos del Gobierno. El Ejecutivo también anunció un plan para ampliar la cobertura para el bono térmico y eléctrico y el destino de 1.000 millones adicionales al PERTE de las energías renovables para favorecer el hidrógeno verde. Y la lluvia de millones, aparentes, no tenía fin: se completaba con otros 500 millones de euros para poner tejados solares en las viviendas.
Pues bien, una de las medidas estrella parece haber nacido estrellada. "La mayoría de las comunidades de vecinos ya han cerrado los contratos de compra de gas para el invierno", destaca un directivo del mercado del gas. "Las fechas son decisivas en estas compras y se cierran mayoritariamente antes de llegar a octubre", añade la misma fuente.
Hay que recordar que las comunidades de vecinos con calderas de gas alertaron del serio problema de tener una facturación industrial del gas natural antes del mes de julio. Y hasta octubre no han visto respondida su reclamación. Ese tipo de facturación -provocada por sus elevados consumos conjuntos- dispara su precio y deja a las comunidades fuera del sistema de intervención oficial del precio del gas, tal y como publicó Libertad Digital en su momento.
El problema, de hecho, se debatió en la preparación de la última reforma energética del Gobierno socialista-comunista al inicio del verano. Y socialistas y comunistas decidieron al unísono hacer oídos sordos a una reclamación histórica que ahora se ha convertido en dramática ante la brutal escalada del precio del gas. Resultado: no hubo ni media solución para las comunidades de vecinos con esas calderas comunitarias de gas en aquel momento.
Pero el colmo llegó en septiembre, cuando una parte del Gobierno decidió añadir una página incalificable a esta situación dramática para muchas familias. Y es que Podemos, tras impulsar la reforma sin abordar ese problema, trasladó consultas en el Congreso para que fueran elevadas por su propio Gobierno, preguntando el motivo de no haber solventado este problema.
El problema se conoce desde hace tanto tiempo como el que tiene el esquema regulatorio de estas calderas. Y, encima, Podemos, pretendió dar la sensación de que la última reforma energética no tenía nada que ver con ellos: una reforma que salió de su Gobierno de coalición y con sus votos en el Congreso de los Diputados.
Ahora la reforma llega. Y lo hace tan tarde que la mayoría de las comunidades no se beneficiarán de ella.