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Varapalo al "corredor verde" de Sánchez: hasta los ecologistas creen que es "inviable" y nunca se terminará

La etiqueta "verde" que puso Pedro Sánchez al BarMar, el sustituto del MidCat, no ha convencido a los ecologistas.

La etiqueta "verde" que puso Pedro Sánchez al BarMar, el sustituto del MidCat, no ha convencido a los ecologistas.
Sánchez con Macron en una imagen de archivo | Cordon Press

El BarMar, el gasoducto submarino pactado con Francia y Portugal tras el "no" de Macron al MidCat, fue bautizado por Pedro Sánchez como "corredor verde": el presidente afirmó que sería una infraestructura clave para la "transición energética" y que estaría concebido fundamentalmente para llevar "hidrógeno verde", una tecnología aún muy lejos de estar plenamente desarrollada y ser rentable.

La etiqueta verde, que camuflaba el fracaso frente al presidente francés, no ha convencido sin embargo a los ecologistas, que no se creen el proyecto, no lo ven viable e incluso apuntan que jamás llegará a llevarse a cabo. Cabe recordar que mientras el Midcat podría haber estado operativo en 2023, el BarMar podría tardar en construirse unos diez años.

En un comunicado muy duro contra el Gobierno, WWF, Greenpeace y Ecologistas en Acción y otras cuatro asociaciones dicen que el proyecto es un "lavado verde para la industria gasista" y ponen en duda las promesas de Sánchez y los plazos. Señalan que "la entrada en operación para transporte de hidrógeno será en 2030" y que hasta entonces "transportará gas fósil".

Consideran, en cualquier caso, que "lo más probable es que la propuesta de nuevo corredor submarino tampoco se llevará a término por la inviabilidad del proyecto". Mientras, denuncian, "se perderá tiempo, esfuerzo y dinero público en estudios que podrían destinarse a las verdaderas soluciones".

Los ecologistas señalan algunos de los obstáculos al BarMar. Afirman que se trata de una construcción "muy complicada" al ser submarino y "teóricamente enfocado al transporte de hidrógeno". Recuerdan que el gasoducto tendrá que contar con características especiales, "como la aleación específica de acero, y compresores más potentes y adaptados", en alusión a las particularidades del hidrógeno: una molécula muy pequeña que se fugaría fácilmente en los conductos convencionales.

También hablan de los "muy altos costes" y destacan que hará falta un "estudio técnico del fondo marino e impactos a los ecosistemas marinos". Al respecto, destacan que atravesará el Golfo de León, "una de las zonas con mayor índice de biodiversidad del Mediterráneo", y haría falta evaluar "cómo afectarían las fugas de hidrógeno" en los ecosistemas y en la atmósfera.

Los ecologistas, además, lo ven inviable porque el hidroducto sería "incompatible con la red de gasoductos nacionales" e insisten en que "lo más probable es que lleve gas o gas mezclado con un poco de hidrógeno durante décadas", recordando que Marsella "está rodeado de gasoductos que exportan gas a centros industriales de Francia y de Italia".

Por último los ecologistas también dudan de la propia tecnología, el hidrógeno verde, señalando que "actualmente el proceso de electrólisis", el procedimiento mediante el cual se obtiene hidrógeno del agua mediante electricidad solar o eólica, "tiene una pérdida de eficiencia del 30%". Potenciar el hidrógeno verde, insisten, "provocaría un sobredimensionamiento de la generación renovable y megaproyectos en el Estado español".

Las asociaciones, que también se preguntan si el corredor se financiará con el encarecimiento de la factura energética de los españoles o mediante fondos de recuperación "que generan deudas para generaciones futuras", concluyen anunciando una "campaña para paralizar esta nueva megainfraestructura energética".

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