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Seis gráficos del BCE que demuestran por qué la inflación es el impuesto a los pobres

Los hogares más ricos consumen variedades más caras dentro de la misma categoría de bienes, lo que les permite sustituirlos cuando hay inflación.

Los hogares más ricos consumen variedades más caras dentro de la misma categoría de bienes, lo que les permite sustituirlos cuando hay inflación.
Carnicería en el Mercado Municipal de Pacífico, en Madrid | Europa Press

Los ahorradores y las clases medias y bajas son los colectivos que más están sufriendo la inflación crónica que azota España y que tanto ha tardado el Gobierno de Pedro Sánchez en reconocer. "La inflación no me preocupa a corto plazo" porque "no es exorbitante", declaraba la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en septiembre de 2021, cuando el IPC cerraba en el 4%. La subida de la inflación responde a un "fenómeno transitorio" aseguraba Calviño un mes después, cuando el IPC terminaba octubre en el insólito 5,5%.

No hay que olvidar que nuestro país cerró el año 2021 con un IPC del 6,5%, el nivel más alto en 29 años, pero no fue hasta febrero de 2022, con la invasión a Ucrania, cuando el Gobierno encontró en Putin el chivo expiatorio ideal al que cargarle toda la responsabilidad del alza de precios.

Ahora, cuando la inflación ha llegado a romper la barrera de los dos dígitos (en octubre cerró en el 7,3%, pero ha llegado a superar el 10%), es imposible negar un drama que, aunque agravado por la guerra, comenzó mucho antes del relato oficial. Tanto es así, que en Libre Mercado ya advertíamos en 2020 de que el llamado impuesto a los pobres había vuelto.

El informe del BCE

Esta semana, el Banco Central Europeo (BCE) ha publicado un interesante informe en el que demuestra por qué las clases medias y bajas son los colectivos que más sufren los estragos de la inflación.

La clave de cómo afecta la escalada de precios a los hogares de ingresos bajos y a los altos está en los diferentes "patrones de gasto y en su capacidad para amortiguar los aumentos del coste de la vida a través de ahorros o préstamos". Además, "los hogares de bajos ingresos consumen una mayor proporción de sus ingresos, ahorran menos y tienen más restricciones de liquidez que los hogares de altos ingresos; por lo tanto, tienen menos espacio para amortiguar aumentos bruscos en su coste de vida a través del ahorro" señala el BCE.

Así, "los hogares de bajos ingresos gastan proporcionalmente más en artículos esenciales", como pueden ser alimentos, electricidad, gas y calefacción, y una menor proporción en transporte, ocio, o restaurantes en comparación con los hogares de altos ingresos. Así se observa en el siguiente gráfico. Las barras están ordenadas por quintil de ingresos, con el quintil más bajo a la izquierda.

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El apartado de "otros esenciales" incluye gastos en salud, comunicaciones, educación o servicios relacionados con la vivienda. El de "discrecional" incluye ropa, calzado, mantenimiento ordinario del hogar o restaurantes.

La diferencia entre la tasa de inflación efectiva en los quintiles de ingresos más bajos y más altos se encuentra en máximos. Esta brecha de inflación entre los hogares más pobres y los más ricos se debe principalmente a los precios de la energía y los alimentos, que son las categorías que más están subiendo.

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Hay que tener en cuenta además, que "los hogares más ricos tienden a consumir variedades más caras de artículos dentro de la misma categoría de bienes (por ejemplo, comprar productos de marca en lugar de productos de marca blanca más baratos). Estos diferentes comportamientos de compra también facilitan que los hogares de altos ingresos tengan otra vía disponible para reducir sus gastos, al sustituir productos costosos con alternativas más baratas, mientras que los hogares de bajos ingresos tienden a comprar variedades más baratas y, por lo tanto, tienen menos capacidad para amortiguar el impacto de la inflación a través de la sustitución" explica el BCE.

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Menos capacidad de ahorro

"Los hogares de bajos ingresos también tienen menos espacio para amortiguar los fuertes aumentos en su coste de vida a través del ahorro. Tienden a consumir una mayor parte de sus ingresos, ahorran menos y enfrentan restricciones de liquidez con más frecuencia que los hogares de altos ingresos" señala el organismo. "Los hogares de bajos ingresos tienen una menor capacidad para absorber los aumentos drásticos del coste de la vida provocados por la inflación" insiste.

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Los activos financieros líquidos del gráfico anterior incluyen depósitos, bonos o acciones cotizadas en bolsa y cuentas administradas.

La mayor incidencia de las restricciones de liquidez experimentadas por los hogares más pobres se refleja en el aumento de familias que esperan retrasarse en los pagos de sus facturas. El BCE indica también que, para el mismo aumento del gasto energético, la reducción del ahorro de los hogares del quintil de ingresos más bajos es más de cinco o seis veces mayor que la de los hogares del quintil de ingresos más altos. En el gráfico siguiente se destaca la proporción de consumidores que esperan retrasarse en el pago de sus facturas. "Esto podría significar que la estabilidad financiera de los hogares de bajos ingresos se vea aún más amenazada dadas las presiones inflacionarias sobre los precios de la energía y los alimentos" dice el BCE.

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Por todo ello, los hogares de bajos ingresos perciben las diferentes medidas de los gobiernos europeos destinadas a aliviar el impacto de la subida de precios como menos efectivas que los hogares de altos ingresos.

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