El campo no puede más. La tortura del ecologismo ultra sigue bombardeando su margen de beneficios y ahora el Gobierno de Pedro Sánchez acaba de inventarse el diario de la vaca. Y de la oveja. Y de la cabra. Y del cerdo.
Pretenden que los ganaderos registren en un diario cada entrada y salida de los animales de cada parcela de suelo que compone los pastos. Y los costes por hacer de notarios de las vacas los cubrirán, por supuesto, los ganaderos.
La organización agraria Asaja Córdoba ha puesto el grito en el cielo ante el último "disparate absurdo" lanzado por el Gobierno socialista comunista. Pero un disparate que puede tener consecuencias letales: para cumplirlo, los ganaderos tendrán que pagar sistemas de seguimiento de lo animales en cada uno de sus movimientos dentro de los pastos.
Desde Asaja recuerdan que no es el único y reciente disparate. De hecho, la asociación de profesionales del campo ha recopilado todas las barbaridades incluidas en la reforma de la PAC que ha impuesto el ministro de Agricultura, Luis Planas, con normativas que "rozan el ridículo y complican el trabajo de los agricultores y ganaderos".
Otro de los disparates, "es el ecorégimen de las cubiertas vegetales en olivar". El Ministerio ha precisado que no está permitido el control de la cubierta mediante ganado -el pastoreo para evitar incendios forestales-, lo que "es una auténtica barbaridad, sobre todo en explotaciones de olivar, porque, debido a la orografía, es muy costoso y, en ocasiones, imposible manejar la cubierta con maquinaria, siendo además mucho más sostenible y ecológico manejar las cubiertas vegetales con el propio ganado de la explotación que con medios mecánicos", aclara Asaja. Traducido: las conocidas como "ovejas bombero" van al paro por decisión de los ecologistas y su gobierno favorito: no podrán realizar su histórica función de eliminar vegetación que puede convertirse en puro combustible de incendios forestales.
Pero un nuevo disparate ha hecho acto de presencia en el borrador del real decreto. En ese texto se dice literalmente que los beneficiarios de ayudas de la PAC "deberán incluir en la solicitud única la relación de las parcelas agrícolas de pasto que son aprovechadas por los animales de cada explotación ganadera (...). Además, deberán registrar en el cuaderno digital de explotación agrícola (..), las fechas de entrada y salida de los animales a cada parcela agrícola de pasto. Dicha anotación, deberá realizarse, a más tardar, en los 15 días posteriores a la fecha de finalización del período de pastoreo".
Es decir, que acaba de nacer el diario de la vaca, del cerdo, de la cabra o de la oveja. Porque los ganaderos deberán tomar nota en el cuaderno digital de explotación agrícola de las fechas de entrada y salida de los animales a cada parcela agrícola.
En resumen: que las ovejas bombero dejan de serlo y los ganaderos pasan a ser los notarios de los movimientos de las vacas. Y, si no cumplen, se juegan las ayudas de la PAC, porque todo se ha regulado como condicionantes de ese sistema de apoyo al campo.
La conclusión es letal: el campo depende de la PAC porque no le dejan trabajar con libertad, pero si decide, dentro del escaso margen que tiene, actuar con productividad, también pierde las ayudas de la PAC.
Una perfecta muerte segura para sus explotaciones.
Ante todo ello, Asaja afirma que, "en explotaciones de ganadería extensiva como las de Andalucía, puede que haya vacas u ovejas que pasten en varias parcelas diferentes en el mismo día dentro de una misma cerca, por lo que el ganadero deberá estar sin moverse y dando vueltas por su finca para poder cumplir con ello, o poner un GPS a cada animal. En un mismo día, el animal puede estar en varias parcelas y hay que comunicar todos esos movimientos. Igualmente ocurre con el porcino de montanera, que aprovecha la bellota de forma rotacional por toda la finca. Ello, sin duda, supone otro gran disparate".
Asimismo, "para el cumplimiento del ecorégimen de pastoreo, se exige una carga ganadera máxima 1,2 UGMs. Cualquiera que conozca una zona ganadera como los Pedroches, sabrá que es claramente insuficiente en explotaciones que tienen vacuno, ovino y porcino extensivo en la misma explotación. Este problema se puede acentuar aún más en las dehesas que son tierra arable y siembran parte de ella". Los animales pastan en las parcelas sembradas una vez cosechado el cultivo y esta superficie se queda fuera de la superficie útil para calcular la carga ganadera. Con la reforma "se penaliza de forma gravísima la renta de estas zonas, que son desfavorecidas, lo que aumentaría el problema de la despoblación y llevará al abandono de explotaciones por falta de sostenibilidad económica", concluye Asaja.