España viene de una ola de incendios. El campo ha bramado por el abandono de los bosques y el crecimiento descontrolado de la masa forestal que ha permitido una expansión brutal del fuego. Y la siguiente decisión del Gobierno ha sido anunciar a los ganaderos que los días del pastoreo como sistema de control de la masa vegetal en suelos leñosos están contados. Asaja ha puesto el grito en el cielo por una política ecologista ultra que amenaza cada día más el campo como medio de vida.
El suelo constituye un almacén de agua y nutrientes para los cultivos. Esta capacidad de almacenar agua y nutrientes varía en función de sus características físicas y químicas, pero también se convierte en el sustento natural de las prácticas agrícolas. Los ecologistas ultra no han tardado en considerar a la ganadería un potencial enemigo, cuando la realidad es que siempre ha sido y puede seguir siendo el mayor amigo de la conservación del campo y el bosque. Pero el Gobierno ha comprado las tesis ultra y no lo ve así. Resultado: Pedro Sánchez y Luis Planas, ministro de Agricultura, quieren aún más limitaciones a la ganadería bajo el argumento de que arruinan ese suelo.
Asaja Córdoba ha disparado las alarmas ante la última iniciativa del Gobierno. Y es que entre las explicaciones lanzadas por el Ministerio de Agricultura con respecto a la nueva PAC, figura un avance de un nuevo golpe al pastoreo: el Ministerio ha publicado recientemente un documento de preguntas y respuestas sobre los eco-regímenes donde, "más que aclarar dudas, ha incrementado la incertidumbre existente en el sector", señalan desde Asaja.
La organización agraria explica que en el documento se afirma que "no está permitido el control de la cubierta vegetal en leñosos mediante ganado". Traducido: fin al pastoreo en suelos leñosos. "Eso supone una auténtica barbaridad", señalan desde Asaja. Y ponen un ejemplo rotundo: "En explotaciones de olivar de sierra muy presentes en Córdoba, donde, debido a la pendiente, es muy costoso y en ocasiones imposible manejar la cubierta con maquinaria; siendo además mucho más 'sostenible y ecológico' manejar las cubiertas vegetales con el propio ganado de la explotación", quitar el ganado es "sencillamente una barbaridad".
Prohibición de fitosanitarios
Otras de "las barbaridades" que introducen los eco-regímenes para el cultivo del olivar es la prohibición de "la aplicación de fitosanitarios de manera radical en las cubiertas vegetales y la prohibición de labrar esa tierra o levantarla en verano, algo que hasta la fecha sí estaba permitido en las ayudas agroambientales, las más respetuosas con el medio ambiente", señalan desde Asaja Córdoba. Además, las tierras de bujeos, "muy comunes en la campiña cordobesa, se agrietan en verano y necesitan esa labor, por lo que el Ministerio debería aplicar algún tipo de excepcionalidad para poder realizar una labor, levantando en este caso la cubierta", añaden desde la organización agraria.
En referencia a la rotación en tierras de cultivo, Asaja considera que se debe incrementar el tanto por ciento que puede representar el barbecho sobre la superficie de la explotación, pasando del 20% al 40% para cualquier tipo de comarca, independientemente de la pluviometría, ya que, en caso contrario, todas las zonas agroganaderas de Andalucía como los Pedroches o el Guadiato no podrían acogerse a esta práctica. Y es que todas esas zonas, por ejemplo, dejan mayores porcentajes de barbechos en sus planes de siembra anuales para la alimentación del ganado propio y para dejar descansar las tierras, normalmente de peor calidad que las campiñas.