El Índice de Precios al Consumo (IPC) recoge mes a mes el aumento que están experimentando los costes de los principales bienes y servicios adquiridos con regularidad por las familias españolas. Sin embargo, para entender la crisis inflacionista en su totalidad, es preciso establecer otras mediciones complementarias que nos ayuden a poner en perspectiva todo lo que está pasando, sobre todo porque la ausencia de austeridad está enquistando el problema.
Tomemos, por ejemplo, el caso de las empresas. Sabemos que, a cierre de 2021, las compañías de pequeño, mediano y gran tamaño que operan en nuestro país contaban con 314.000 millones de euros en concepto de saldos de efectivo y depósitos. Esta cifra es muy relevante, porque representa el "colchón" financiero del que pueden echar mano los empleadores para lidiar con una crisis como la actual.
Pues bien, el Consejo General de Economistas ha estimado que las empresas y familias españolas sufrirán una pérdida de poder adquisitivo que sumará un 23% a lo largo del trienio 2022-2024, a raíz de la subida de precios que vienen enfrentando desde hace ya más de un año. No es esta una estimación descabellada, puesto que la subida acumulada ya ronda el 14%.
Y, cuando ponemos esta cifra en relación con los 314.000 millones que poseía el empresariado nacional en concepto de saldos de efectivo y depósitos, encontramos que el impacto de la crisis se traducirá en una merma de 72.000 millones de euros en el poder de compra de las compañías.
Tal estimación pone de manifiesto el esfuerzo que están haciendo las empresas para seguir operando en un contexto como el actual. El CGE considera que la inflación promedio de 2022 se situará un 9% por encima de los datos de 2021, si bien las empresas solo habrán trasladado 4 de esos 9 puntos de incremento a los precios finales que abonan los consumidores.
Las familias, contra las cuerdas
¿Y qué hay de las familias? Los datos de cierre de 2021 apuntaron que los hogares españoles acumulan cerca de 1 millón de euros en depósitos bancarios. De nuevo, estamos ante un indicador relevante, porque viene a ser sinónimo del "colchón" financiero con el que cuentan las familias a la hora de hacer frente a un escenario económico complejo.
Pues bien, tomando nuevamente como referencia la inflación acumulada que estima el Consejo General de Economistas para el trienio 2022-2024 (del 23%), puede estimarse que el coste de la crisis actual en términos de pérdida de poder adquisitivo sufrido por los hogares será de unos 230.000 millones de euros al final del periodo analizado.
En términos relativos, esto significa que la empresa media perderá 22.800 euros de poder adquisitivo debido a la crisis inflacionista, mientras que el hogar medio se dejará 12.000 euros de poder de compra a raíz de la subida reiterada de los precios. Dos cifras que ponen de manifiesto el gravísimo empobrecimiento que está sufriendo España bajo gobierno de Pedro Sánchez.