Holanda ha tomado una drástica decisión para cumplir con la normativa medioambiental impulsada desde Bruselas. Y es que, el Gobierno neerlandés ha anunciado que comprará y cerrará 3.000 explotaciones agrícolas que se encuentren situadas en zonas "sensibles" desde el punto de vista medioambiental.
El cierre de estas explotaciones se efectuará mediante expropiaciones a los agricultores y ganaderos. Según el plan del gobierno holandés, "a los agricultores se les propondrá una oferta muy superior" al valor de la explotación para compensarles por el cierre. Según The Telegraph, el valor filtrado por el ejecutivo es de un 120% en comparación al valor de la explotación.
Christianne van der Wal, ministra del gobierno holandés, aseguró en el Congreso que: "No hay ninguna oferta mejor que la del gobierno". Al mismo tiempo que afirmó que las compras obligatorias se harían con "todo el dolor en el corazón", si fuera necesario.
La normativa europea
Esta drástica decisión de cerrar 3.000 explotaciones tiene que ver con la petición de la Unión Europea a los Países Bajos para reducir sus emisiones y cumplir con las normas comunitarias medioambientes. Y es que, casi la mitad del nitrógeno que emite Holanda proviene de la agricultura. Algo que no debería extrañar ya que el sector primario tiene un peso importante en la economía del país.
Protestas masivas
Aunque las medidas están siendo efectuadas por las peticiones de Bruselas, los agricultores del país se han manifestado contra el Ejecutivo holandés. Así, cientos de trabajadores han cortado carreteras, quemado decenas de paquetes de paja y esparcido estiércol por numerosas vías holandesas. Y es que, los agricultores neerlandeses aseguran que estas medidas que les van a hacer perder sus explotaciones no se están aplicando contra otros sectores contaminantes como el aeronáutico.
Sin embargo, la penalización a las emisiones de nitrógeno no son algo nuevo en territorio holandés. En 2019, una resolución del Consejo de Estado holandés sentenció que toda nueva actividad que emita nitrógeno, incluidas la agricultura y la construcción, necesitaba un permiso.