La producción de leche en España ha descendido a niveles de hace cuatro años y su precio ha subido a niveles récord. El aumento incesante de los costes de producción y la incertidumbre que generan las exigentes políticas medioambientales europeas han provocado que muchos ganaderos se hayan visto obligados a llevar al matadero a sus vacas lecheras porque sale más rentable destinarlas al sector cárnico que a la producción de leche.
Según el Ministerio de Agricultura, hasta el mes de septiembre de este año se han producido 571.661 toneladas de leche, lo que supone un descenso del 4,1% en relación con las cifras alcanzadas en el mismo periodo de 2021.
"La producción de leche está siendo algo menor que en 2021, un año en el que se alcanzó el récord histórico en la producción de leche en España. Ahora está a niveles de 2018 – 2019", ha señalado el presidente de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FENIL), Luis Calabozo.
El principal motivo, señala Calabozo, es la subida de los costes de producción, con una escalada constante a lo largo de 2021 y que "no se trasladó al resto de la cadena". El aumento del precio de los piensos ha supuesto "una alimentación más pobre para las vacas, lo que ha hecho que den menos leche". Incluso la sequía ha jugado en contra de los ganaderos, que vieron cómo desparecían los pastos.
Sacrificar vacas para no perder dinero
Según explica Calabozo, "muchas ganaderías no han podido soportar esa crisis de tesorería y han tenido que sacrificar a las vacas de mayor edad porque el mercado cárnico retribuye mucho. Por eso ha caído la cabaña productora de leche, aunque no el de novillas, que son las vacas que en un futuro darán leche."
Según los datos del Ministerio de Agricultura, el censo de vacuno lechero es de 789.042 vacas, lo que supone un descenso del 3,4% con respecto al año pasado y una caída del 0,2% en tan solo un mes. En cuanto a la distribución por comunidades autónomas, la que alberga mayor censo de vacas lecheras mayores de 24 meses es Galicia que cuenta con 320.279 animales, un 41% del total de censo de vacas lecheras, seguida de Castilla y León con 91.794 animales (12%) y Cataluña en tercer lugar con 75.723 animales (10%).
La consecuencia es evidente. El precio de la leche cruda ha subido a niveles récord. En septiembre de 2022, el último mes del que hay registro, los 100 kilos de leche cruda han alcanzado los 48,04 euros (datos INFOLAC), que es un 44,8% superior al precio del mismo mes del año pasado y un 4,0% mayor con respecto al mes anterior. No es algo puntual, porque el precio actual de la leche cruda está un 45,5% por encima de la media registrada en septiembre durante los últimos cinco años.
¿Importamos o exportamos?
En lo que respecta al comercio exterior de productos lácteos, el balance siempre ha sido negativo debido al sistema de cuotas. Desde que las cuotas se suspendieron en 2015, la balanza se ha ido equilibrando, pero seguimos importando más productos lácteos de los que exportamos.
Sin embargo, con el descenso de la producción de leche de los últimos meses, hemos pasado a depender más del exterior. De septiembre de 2021 a agosto de este año se exportaron 80.765 toneladas de leche (-15%) pero se importaron 99.910 (+20%). Teniendo en cuenta el total de productos lácteos (queso, mantequilla, nata...), las exportaciones han supuesto casi 1,5 millones de toneladas (-6,1%), mientras que las importaciones han subido hasta las 3,4 millones de toneladas (+17%).
Si hay un producto lácteo cuya importación ha crecido de manera preocupante en los últimos meses es el queso. "Un 42% del queso que se consume en nuestro país procede de la importaciones, que han aumentado en más de un 25% en los últimos meses del año porque el consumo se ha trasladado a quesos más baratos y menos diferenciados", destaca Calabozo.
Las consecuencias pueden ser desastrosas para los ganaderos españoles y desde FENIL ya alertan de que se está destruyendo tejido empresarial debido a los costes de producción y a condicionantes como el modelo de producción y gestión medioambiental impuesto desde la UE, un modelo mucho más caro y que requiere inversiones que no todos los ganaderos pueden realizar: "Nos preocupa porque implica depender, ya no como sector sino como sociedad, de los productos lácteos de otros países, lo que nos convierte en vulnerables".