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Daniel Rodríguez Asensio

El ejercicio de funambulismo económico que tendrá que hacer Sanchez en 2023

El Gobierno afirma que el paro ha vuelto a bajar, pero la partida destinada a pagar "Prestaciones a los Desempleados" que registra el Servicio de Empleo Público Estatal se ha incrementado.

El Gobierno afirma que el paro ha vuelto a bajar, pero la partida destinada a pagar "Prestaciones a los Desempleados" que registra el Servicio de Empleo Público Estatal se ha incrementado.
El presidente del Gobierno, Pedro Sáchez, en la capilla ardiente del histórico sindicalista Nicolás Redondo Urbieta | EFE

Queridos amigos, lectores de Libre Mercado, arrancamos el año con una buena noticia: El indicador adelantado de actividad económica del sector servicios (67% del valor agregado bruto nacional) lleva 2 meses mejorando y por encima de la barrera de que delimita la recesión.

Se trata de una mejoría leve, aunque contrasta con lo que estamos viendo en Europa. También es la primera noticia positiva en términos económicos en los últimos 6 meses.

Como no podía ser de otra manera, los satélites gubernamentales están aprovechando esta publicación para hacerla hito y demostrarnos a los "agoreros de derechas" que somos locomotora europea, que vamos a evitar la recesión y que gracias a las medidas del Gobierno la economía española es best practice internacional. Según ellos, el equipo económico de Moncloa poco menos que merece entrar en los libros de historia por lo que está consiguiendo.

Se les olvida que dos hojas después de esta noticia aparece el mismo índice abarcando la actividad económica total (índice IHS Markit compuesto) que… ¿quién lo iba a imaginar? Continúa registrando valores compatibles con la contracción económica. O, dicho de otra manera: El incremento en la actividad del sector servicios, según esta consultora, no compensa la caída en la actividad en el sector industrial. Con el dato de diciembre ya van 4 meses con indicadores de actividad económica adelantados en recesión.

Es lo que tiene hacer una norma de lo que es una anécdota: Que siempre hay otra que te destroza el castillo de naipes.

Sánchez y sus satélites mediáticos han acabado el 2022 con una ofensiva notable para tratar de manipular el sentimiento económico nacional. Se les ha olvidado, como no puede ser de otra manera, una serie de variables que no son menores. ¿Cuál es la situación de la economía española?

  • Somos la única economía europea que no ha recuperado los niveles de riqueza previos a la crisis.
  • Seguimos teniendo la mayor tasa de paro de Europa y de la OCDE.
  • En 2020 fuimos campeones europeos en déficit público y en 2021 estuvimos también en el Top 5. Como consecuencia de lo anterior, somos el país de toda Europa que más ha incrementado su endeudamiento desde que estalló el Covid19.
  • La riqueza por habitante (pib per cápita) ha retrocedido a niveles de 2017.
  • Fuimos uno de los primeros países europeos en los que la inflación hizo acto de presencia, y la debilidad económica ha impedido la revalorización de los salarios. Como consecuencia de lo anterior, somos el país que más poder adquisitivo ha perdido de toda Europa.
  • La inversión extranjera se ha desplomado a la mitad desde que Sánchez es presidente. Y no es una situación excepcional (Covid19, recuperación, etc.), es una constante desde que en 2019 comenzáramos a lanzar globos sonda y a atacar sistemáticamente al sector productivo nacional.
  • Y somos uno de los pocos países que está recibiendo apoyo del Banco Central Europeo en el segundo semestre de 2022, a pesar del intento de este organismo de retirar los estímulos monetarios de la Eurozona para contener la inflación (lean).

Es cierto que España no está al borde de la suspensión de pagos. También es cierto que, debido a que somos uno de los países menos afectados por la invasión de Ucrania y que somos el único país que estamos rebotando (y no creciendo), podemos esquivar la recesión en 2023. Ale, los voceros oficiales del régimen ya tienen su argumentario. Ahora bien, ¿en qué mejora exactamente esto la vida de todos esos españoles que con el mayor tamaño del sector público de la historia están viendo empeorar sus condiciones de vida a pasos agigantados? Respuesta: En nada.

Porque, además de lo anterior, es importante señalar algunos asuntos de vital importancia que despiertan sospechas en cualquier analista mínimamente serio de nuestro país.

La situación de la inflación, y el aire triunfalista del gobierno, ya han sido comentadas en esta columna. Este artículo de noviembre, en el que analizábamos la influencia del tope del gas sobre la factura de la luz, continúa vigente, y ahora que la inflación registra una cifra más baja que la subyacente tiene más vigencia que nunca.

Por otra parte, las dudas que acechan al mercado laboral son mayores cada vez que vamos conociendo nuevos datos. Veamos:

Tal y como denuncia el sindicato USO, los contratos firmados en noviembre tuvieron una duración media de 45 días. Esto supone 1 semana menos que en noviembre de 2021. Además, según los datos de afiliación a la Seguridad Social, en 2022 se ha incrementado el número de personas en ERTE.

¿Más prestaciones por desempleo con el paro bajando?

Y, por último, la prueba del algodón. El Gobierno afirma que el paro ha vuelto a bajar, registra la menor cifra desde 2007 y esta cifra ha descendido en 325.000 en los últimos 3 años, desde que estalló la pandemia.

¿Seguro? Alguien debería preguntar a las Vicepresidentas Díaz o Calviño, o incluso al Presidente del Gobierno, la razón por la cual la partida destinada a pagar "Prestaciones a los Desempleados" que registra el Servicio de Empleo Público Estatal se ha incrementado en 2.000 millones de euros en los últimos 3 años. Concretamente, hasta noviembre de 2022, el desembolso en prestaciones por desempleo asciende a 19.000 millones de euros, mientras que en 2019 era de 17.100 millones, según los datos de ejecución presupuestaria que da el propio SEPE.

Porque lo que no cuadra es una reducción tan intensa del desempleo a la vez que un aumento tan notable de las prestaciones por desempleo. Las tablas que les expongo a continuación pueden ser consultadas en la web del SEPE.

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Y, por último, no debemos dejar de lado la situación del tejido productivo en nuestro país. Según la Seguridad Social, en el último año el número de autónomos registrados se ha incrementado en 5 (sí, se cuentan con los dedos de la mano) y se han destruido 20.000 pequeños comercios. De hecho, el número de cuentas código de cotización ha disminuido en 60.000 personas si hacemos la comparativa con respecto a la situación prepandemia.

España necesita menos palmaditas en la espalda, menos dosis de optimismo cuyo único propósito es seguir esquilmando al ciudadano medio, y especialmente al empresario, hasta esquilmarlo. Estamos inmersos en una espiral de gasto público que solamente favorece al Estado y a un poder político cada vez más autoritario, que actúa a favor de sus intereses y no de los de los ciudadanos.

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Sánchez lo sabe y el Gobierno también. Por eso activaron el segundo tramo del rescate europeo "curiosamente" (nótese la ironía) 5 días después de que el BCE hiciera pública su decisión de política monetaria para 2023. Concretamente, el 15 de diciembre afirmó que iba a retirar estímulos por valor de 15.000 millones de euros mensuales durante el segundo semestre de 2023, y el día 20 Calviño estaba firmando la adenda para solicitar 84.000 millones de euros en préstamos a bajo coste (lean). Y por eso activaron también una nueva moratoria a los créditos ICO cuando estaban quebrando 70 empresas cada día cuando la última tocó a su fin, también en diciembre.

Lo que vamos a ver durante 2023 es un ejercicio de funambulismo económico sin precedentes en la historia de nuestra democracia. Vamos a tapar agujeros como sea, aunque eso implique mayores ajustes en el futuro.

Yo sigo pensando que España va a pasar por una recesión saludable. Pero las cifras económicas, en una situación tan atípica como la actual, son irrelevantes. España lleva de facto en estanflación durante todo este año, y el crecimiento, en caso de producirse, va a ser muy débil. Las consecuencias sobre el mercado laboral y la solvencia de nuestras finanzas públicas ya las veremos… si nos lo permiten, claro.

En cualquier caso, necesitamos menos triunfalismo y más arrimar el hombro para reavivar a una economía productiva que está en encefalograma plano.

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