A finales del verano del 2022, el Ejecutivo noruego, liderado por Jonas Gahr Støre, anunció un nuevo impuesto para los productores de salmón. Una tasa que, en principio debería haber entrado en vigor el 1 de enero de este 2023. Sin embargo, el texto no se perfiló y la norma está dando vueltas por el Parlamento del país, aunque se estima que, una vez aprobada la ley, esta tenga carácter retroactivo desde comienzos del actual curso económico.
La idea del Gobierno era gravar los cultivos de salmón y trucha para volúmenes superiores a las 4.000 y 5.000 toneladas respectivamente. Esto supone que el 35% de las productoras del país, los gigantes del sector que cotizan en bolsa se verían perjudicados notablemente frente a sus competidores, según informa El Economista,
Con esta tasa, el Gobierno estimaba recibir unos 3.000 millones de euros por gravar la utilización de los recursos naturales del país, algo que ya se hace con la industria petrolera presente en territorio noruego.
Por el momento, se desconocen los detalles de este impuesto, que falta por aprobarse. La idea primigenia del Ejecutivo era la de imponer una tasa del 40% sobre los beneficios. Sin embargo, tras la fuerte caída en bolsa de las productoras de salmón noruego, el Gobierno se está planteando suavizar la medida. Pero faltan por saber los detalles, ya que esto también afectará a los consumidores del producto, que verán cómo se encarece todavía más en un contexto de inflación.
En el caso de España, los consumidores serán los principales afectados con una subida en los precios del producto, pero todavía se desconoce de cuánto puede ser la subida. Según los datos del Observatorio de Precios, el kilo de salmón se encuentra ahora mismo a 9,65 euros en mercados, aunque ha llegado a estar hasta en 14,33 euros a mediados del 2022.
Gran caída en la bolsa
Una de las principales productoras del país que cotiza en bolsa, Mowi, pasó de cotizar en los 222 dólares (203,9 euros) a los 135 dólares (124 euros) tras la aprobación del tributo. Aunque, desde entonces la compañía se ha recuperado en el terreno bursátil y, de hecho, desde que el Ejecutivo ha anunciado unas medidas más suaves con respecto al impuesto que le han llevado a subir un 8,84% en enero.
En el caso de SalMar, la caída fue todavía más brutal. A comienzos de septiembre cotizaba en los 631 dólares (579 euros) para bajar a los 310 (284 euros) solo un mes y medio después y como consecuencia de la aprobación del impuesto. Ahora, tras esa intención de suavizar la tasa, la compañía se ha revalorizado un 15%.