La izquierda radical madrileña, aglutinada en torno a la figura de Rita Maestre, insiste en la supuesta necesidad de regular los precios del alquiler en la capital española. Sin embargo, más allá de la abrumadora evidencia internacional que desaconseja este tipo de medidas, también llama la atención la flagrante manipulación de datos en la que incurren quienes mantienen este discurso.
Tomemos el caso de los pisos turísticos. Recientemente, el suplemento Gran Madrid publicado por el diario El Mundo publicó un mapa de las 13.251 viviendas que tendrían este uso y, por lo tanto, estarían reduciendo la oferta de alquiler disponible para quienes residen de forma habitual en la Villa y Corte. Este dato es importante, porque se convierte en el banderín de enganche a partir del cual se construye el discurso de la izquierda radical sobre esta cuestión.
Así, partiendo de esas 13.251 viviendas como referencia, políticos como la propia Maestre o quien fuera número dos de Manuela Carmena, Marta Higueras, insisten en comparar esta cifra con el número de viviendas que hay disponibles para alquiler residencial en el portal especializado Idealista, donde se pueden consultar un total de 8.323 pisos.
En palabras de la propia Higueras, que sigue siendo concejal independiente en el Ayuntamiento de Madrid tras haberse distanciado de Rita Maestre, "frente a 13.251 de viviendas turísticas anunciadas en Airbnb, 8.233 en alquiler residencial (…). Hablamos de la relación entre un tipo de vivienda y otra. La proporción es insoportable para la convivencia y para los precios".
Pero hay un problema esencial en la manera en que Higueras interpreta los datos: a saber, que su torticera interpretación de los datos no toma en consideración los cientos de miles de viviendas que sí están disponibles para arrendar y, de hecho, están alquiladas. En este sentido, un informe encargado en 2019 por el gobierno de la propia Manuela Carmena nos habla de más de 300.000 pisos dedicados al arriendo.
No solo eso: aunque la izquierda radical habla de la propiedad como algo inaccesible, lo cierto es que el 70% de los hogares madrileños vive en una casa de su propiedad. En total, son 865.000 pisos y, de esa cifra, casi el 80% no tiene que pagar ninguna cuota hipotecaria a fin de mes, puesto que un 66% ya ha terminado de sufragar la compra y otro 12% ha heredado el activo inmobiliario.
De modo que Rita Maestre, Marta Higueras y sus correligionarios de la izquierda radical madrileña insisten en poner el foco en un segmento de mercado (los pisos turísticos) que apenas suponen el 4,4% del total de viviendas en alquiler o el 1,1% del total de domicilios existentes en la Villa y Corte. En cambio, nada dicen del bloqueo al desarrollo de nuevas viviendas perpetrado por la gestión de Manuela Carmena, que paralizó la construcción y salida al mercado de más de 163.000 pisos con el aplauso de Rita Maestre y Marta Higueras.