La denominada República Cooperativa de Guyana es uno de los países menos conocidos de América Latina. Limita al norte con el Atlántico, al este con Surinam, al oeste con Venezuela y Brasil y al sur con Brasil. Entre 1831 y 1966, esta demarcación fue gestionada por el Imperio Británico como un territorio colonial de ultramar. Antes del estallido de la pandemia, alrededor del 30% de sus habitantes vivían por debajo del umbral de la pobreza (ingreso diario inferior a los 5 dólares).
Sin embargo, la situación económica de Guyana ha cambiado de la noche a la mañana merced a la llegada de un consorcio inversor comandado por la petrolera Exxon. El desembarco del grupo de empresas se produjo hace más de un lustro, con ánimo de completar una serie de prospecciones y exploraciones en torno a las reservas de crudo del pequeño país.
Los trabajos se concluyeron de manera satisfactoria y en 2019 empezaron a extraerse los primeros barriles de petróleo. Desde entonces, la producción de oro negro no ha parado de crecer, como vemos en el siguiente gráfico de Reuters:
El PIB de Guyana se está expandiendo de manera salvaje como resultado del boom petrolero. El ministro de Finanzas, Ashni Singh, ha señalado que la economía nacional se expandirá a una tasa anual del 25% durante el periodo 2023-2027. "Hemos conseguido un crecimiento económico muy fuerte. En 2022, el aumento del PIB fue del 62%. De hecho, el tamaño de la economía se ha triplicado a lo largo del último trienio", explicó recientemente en un foro para inversores.
El pujante sector petrolero de Guyana puede llegar a superar el umbral del millón de barriles diarios en el año 2027. En paralelo, el gobierno está tomando medidas para incentivar la inversión privada en otros ámbitos, como la minería de oro. De igual manera, el Ejecutivo está reinvirtiendo en proyectos de infraestructuras cerca de 1.000 de los 1.600 millones de dólares de ingresos fiscales que genera el boom petrolero, mientras que el resto del dinero se está dedicando a financiar un fondo de estabilización macroeconómica que pronto tendrá una dotación de 5.000 millones.
Mientras se consolida el boom petrolero de los últimos años, articulado en torno a cuatro campos petroleros, el consorcio liderado por Exxon se prepara para invertir otros 12.700 millones de dólares en la consolidación de una quinta reserva de crudo que podría duplicar el ritmo de crecimiento del sector, propiciando la extracción de hasta 1,3 millones de barriles diarios.