La marcha de Ferrovial de España ha incendiado al Gobierno de PSOE y Podemos. Desde que se conociera la decisión empresarial de la compañía de Rafael del Pino de mudar su sede social a Países Bajos, los ministros del Ejecutivo han salido en tromba a atacar a la empresa de infraestructuras.
"Inaceptable", "eso no es ser española", "le deben todo a España"... han sido algunas de las valoraciones que han hecho Nadia Calviño o Yolanda Díaz sobre el asunto que más titulares económicos está acaparando en los últimos días. Al enterarse de la fuga, el golpe de realidad fue tal, que hasta Calviño se puso en contacto con el presidente de la compañía para pedirle explicaciones. Pero ya era demasiado tarde.
¡Qué mala consejera es la codicia!
No ha sido hasta este jueves cuando el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha dado su opinión sobre el tema de la semana, y sus palabras han sorprendido sobremanera por la radicalidad de su discurso.
En unas declaraciones más propias de algún miembro de sus socios de Podemos, Escrivá ha llegado a achacar a la "codicia" la fuga de Ferrovial del país. "Lo que me suscita así, de repente, es decir ¡qué mala consejera es la codicia a veces!", ha declarado Escrivá sonriendo.
El ministro de Seguridad Social ha comparado la marcha de Ferrovial con la crisis financiera de 2008, que se saldó con un milmillonario rescate masivo a las cajas de ahorros y que poco tiene que ver con los hechos que acaecen en la compañía constructora. "Esto me recuerda cuando, antes de la crisis financiera, entidades financieras de distinto tipo tomaron mucho riesgo porque estaba esa codicia por tener bonus más grandes, beneficios más grandes y eso era cortoplacismo, que llevó a las entidades financieras a tener resultados negativos" ha dicho el socialista.
Escrivá ha continuado asegurando que en Ferrovial "hay una motivación cortoplacista de arbitraje fiscal por un poco de diferencial". Al ministro le da "la sensación de que este tipo de comportamientos, que desgraciadamente ocurren raramente, pero que ocurren a veces, suelen ser contraproducentes desde una perspectiva de medio plazo".
Sin embargo, Escrivá debería recordar que la fuga de empresas de territorios que son poco atractivos para su actividad es la tónica habitual de los mercados libres. El mejor ejemplo fue la estampida empresarial que se produjo en Cataluña en 2017 y que se saldó con una desbandada de más de 4.000 empresas que se instalaron en Madrid o Valencia para no volver.
Los ataques antiempresa de Podemos
Bancos, eléctricas, supermercados, inmobiliarias... En los últimos meses, en Podemos han recrudecido su guerra contra las empresas españolas difundiendo todo tipo de calificativos e insultos sobre diferentes sectores de la economía a los que ahora también parece que suma Escrivá con la alusión a la "codicia" de Ferrovial.
Cabe recordar cuando el pasado mes de enero, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, llamó "capitalista despiadado" al presidente de Mercadona, Juan Roig. En la misma línea fue Belarra en febrero, cuando calificó de "usureros", "codiciosos" y "avariciosos" a los presidentes de BBVA y Banco Santander. Vemos que los ataques no cesan.