Menú

¿Por qué Ferrovial se va a Holanda? Así es su fiscalidad

Mientras el Gobierno español muestra su rabia por la decisión de Ferrovial, son varios los motivos que han precipitado la salida de la multinacional.

Mientras el Gobierno español muestra su rabia por la decisión de Ferrovial, son varios los motivos que han precipitado la salida de la multinacional.
Bandera holandesa ondea frente al puente Erasmo, en Róterdam. | Alamy

La constructora Ferrovial sorprendía esta semana con la noticia de que trasladará su sede fiscal de España a Países Bajos. El motivo que la multinacional española ha esgrimido es que la mayoría de sus operaciones se llevan a cabo fuera de nuestro país, por lo que tiene más sentido que su domicilio fiscal se establezca fuera de nuestras fronteras. Concretamente, el 28% de los ingresos de la compañía se producen fuera de España.

Sin embargo, lo cierto es que, con este movimiento, además de potenciar su internacionalización, Ferrovial consigue regirse por un clima fiscal y regulatorio más favorable. En este sentido, la propia multinacional alega que ha elegido a Países Bajos como sede debido a que el país europeo cuenta con una calificación crediticia triple A (AAA) así como con un marco jurídico "estable".

Además, tal y como la compañía ha recordado a Libre Mercado, la reforma fiscal introducida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez no permite la plena deductibilidad de los beneficios obtenidos en territorio extranjero, lo que está generando un recargo impositivo del 5%.

Países Bajos, además de no contar con esta doble imposición, dispone también de un sistema fiscal menos confiscatorio. Así, aunque en términos generales España y Holanda cuentan con un nivel de presión fiscal similar –en torno al 40% del PIB –existen notables diferencias a nivel impositivo entre ambos países. Lo que en ningún caso puede argüirse es que el país neerlandés sea un paraíso fiscal. Más bien, lo que ocurre es que España se acerca peligrosamente a un infierno fiscal.

Competitividad fiscal y libertad económica

En esta línea, el informe de Competitividad Fiscal 2022 del Instituto de Estudios Económicos –en base a datos de la Tax Foundation –coloca a España como el 5º país con el sistema fiscal menos competitivo de los 38 analizados. Mientras, Países Bajos obtiene una mejor posición al situarse como la 14º nación con mejor competitividad fiscal. La diferencia se explica por la mejor puntuación en todos los impuestos estudiados (sociedades, IRPF, indirectos, impuestos patrimoniales y tributación de rentas internaciones). Además, es este último aspecto en el que el país neerlandés obtiene una calificación más elevada, y el que puede haber influido mayormente en la decisión de Ferrovial y de otras muchas multinacionales para establecer su sede fiscal en Holanda.

En el caso concreto del impuesto de Sociedades, pese a que el tipo general se sitúa en torno al 25% en ambos países, los primeros 395.000 euros de ingresos tributan tan solo al 15% en Holanda. En España, en cambio, esta misma rebaja solo se aplica a sociedades de nueva creación y durante un máximo de 2 años. De esta forma, una pequeña empresa que ingrese 390.000 euros y tenga un margen promedio del 10% generará unos beneficios antes de impuestos de 78.000 euros. Aplicando el tributo sobre ganancias, la compañía pagaría en Holanda 11.700 euros, frente a los 19.500 que debería abonar al fisco español. Un 67% más de impuestos.

Por otro lado, el tratamiento fiscal a los dividendos es menos agresivo en el caso de la Hacienda holandesa, mientras que la repatriación de los mismos está completamente exenta.

Además, en caso de las grandes empresas contribuyentes, la administración tributaria holandesa está abierta a llegar a acuerdos fiscales privados que, en última instancia, rebajan la presión fiscal aplicable. Ventaja que se suma a la posibilidad, por parte de las compañías, de reconducir parte de sus bases imponibles a las Antillas Holandesas con un tratamiento fiscal más favorable.

Sin embargo, la fiscalidad no es, ni mucho menos, el único ni el mayor atractivo del país neerlandés. Este se trata, más bien, de su grado de libertad económica. Así, Países Bajos se sitúa como el país número 8 dentro del ranking de Libertad Económica de Heritage: los elementos mejor valorados son su respeto a los derechos de propiedad, su efectividad judicial, la salud de sus cuentas públicas o su libertad de inversión. Para encontrar a España –que viene rebajando su puntuación tras el 2020–, debemos descender hasta el puesto 51º.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios