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Domingo Soriano

¿Ciudad de 15 minutos? La izquierda descubre ahora que le gusta lo que lleva años criticando

Lo que más me sorprende es que casi nadie esté señalando lo obvio: si hay un país en Europa de 15 minutos, ¡¡¡ése es España!!!

Lo que más me sorprende es que casi nadie esté señalando lo obvio: si hay un país en Europa de 15 minutos, ¡¡¡ése es España!!!
Las torres de la zona norte de la Castellana son la imagen más icónica del nuevo skyline de Madrid. | EFE

La izquierda española acaba de descubrir que quiere ciudades españolas. Sí, las que no le gustaban hasta anteayer, porque eran feas o masificadas, con demasiados pisos, son ahora su modelo. Es más, dicen que las ciudades hispanas necesitan un cambio de 180 grados, cuando en realidad son lo más parecido que hay en Europa a lo que aseguran que quieren. Tampoco es novedad. Más País, el partido de Íñigo Errejón que abandera esta idea, tiene como propuesta estrella a nivel nacional reducir la jornada laboral, algo que lleva haciéndose en nuestro país de forma continua desde hace al menos 50 años. Pedir lo que ya existe es una forma muy cómoda de redactar el programa electoral. Y con pocas posibilidades de que te acusen de incumplimiento.

En las últimas semanas el tema de moda es el de las ciudades de 15 minutos. Por las protestas en Oxford, la que ha avanzado en este modelo con más ganas, y porque es el asunto alrededor del que girará la próxima campaña municipal en Madrid. Y, como explicaba muy bien mi compañero Jesús Esteban en Libre Mercado, el problema no reside en el titular, esa idea de que tengas todo a 15 minutos, sino en el detalle del coste o las prohibiciones que se esconden tras el mismo.

A mí lo que más me llama la atención, sin embargo, no es la medida: apesta a invent sin sustancia, una excusa (otra) para montar unos cuántos observatorios nuevos en los que colocar a los amigos para cuando pierdan las elecciones (por cierto, otra propuesta famosa de Errejón). Lo que me sorprende es que casi nadie esté señalando lo obvio: si hay un país de 15 minutos, ¡¡¡ése es España!!! Y ninguna gran capital europea (me refiero a las de más de 4-5 millones de habitantes en el área metropolitana) es más vivible que Madrid.

No conozco todas las ciudades españolas. Pero, de entre las que yo he visitado, no hay ninguna que incumpla la norma. Esa idea de tenerlo todo a menos de 15 minutos andando o en bicicleta de tu casa. Sí, sé que al decir "todo" exageramos. Y que habrá excepciones: un barrio al que le falta un polideportivo o unas calles a trasmano que quedan fuera de ese radio. Pero si uno mira el paisaje urbano español con la mirada del cuarto de hora, lo que sorprende es lo cerca que estamos de lograrlo. En Madrid, por ejemplo, ¿qué barrio de dentro de la M-40 incumple el objetivo declarado de Rita Maestre? ¿En cuál no existen todos los servicios que uno necesita de forma recurrente? Yo he estado haciendo la búsqueda en Google Maps por centros de salud, que por sus propias características (no puedes tener uno cada 200 metros) intuía que podía ser el tipo de servicio que más complicado lo tiene para alcanzar el requisito... y apenas hay zonas que no lo cumplan. De hecho, la propia búsqueda te da una idea de que la excepción es la mejor prueba de que la regla ya se cumple: para encontrar alguna zona muerta en el mapa te tienes que poner casi con regla, escuadra y cartabón, a medir distancias para ver si en vez de 15-20 son 22 minutos andando.

En este punto, la pregunta sería qué es lo que debemos tener a menos de 15 minutos. En la web de Más Madrid no dan muchos detalles. La propuesta que llevaron a la Asamblea de Madrid decía sólo lo siguiente:

El concepto de Ciudad de 15 minutos hace referencia al diseño de ciudades de proximidad, donde las personas puedan acceder en 15 minutos a pie o en bicicleta a lo necesario para una buena calidad de vida. En palabras de Carlos Moreno, acuñador del término, se trata de pasar de la planificación urbanística a la planificación de la vida urbana donde se proporcione acceso a seis necesidades básicas: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender y descansar.

A partir de aquí, las dudas:

  • Dejando al margen la parte del trabajo, a la que volveremos en un momento, reiteramos la pregunta inicial de este artículo, ¿qué barrios de Madrid no cumplen lo que piden Maestre o Errejón?
  • ¿Esto es un objetivo o una obligación? Porque la polémica gira en torno a si habrá restricciones a la movilidad, no porque un alcalde quiera una campaña de marketing llamativa.
  • ¿Por qué decimos que las ciudades españolas son ya ciudades de quince minutos? Pues en parte por algo que la izquierda ha criticado a menudo en las últimas décadas: densidad de población y construcción en altura. Ahora, con las redes sociales, hay muchos expertos hablando de casi cualquier rareza. A mí me gustó este tipo, al que encontré en Twitter el otro día: el hombre se había puesto a medir dónde están los kilómetros cuadrados con más población residente de Europa. ¡¡De los 40 primeros, 29 eran españoles!! Barcelona es la que más aparece con mucha diferencia, pero también Madrid, Zaragoza, Bilbao...
  • ¿Esto es bueno o malo? Ni una cosa ni otra. A mí no me gusta demasiado, preferiría ciudades más extensas y con más casas unifamiliares. La conformación de la típica ciudad española es la consecuencia de una regulación del suelo absurda. Dicho esto, es obvio que la construcción en altura tiene ventajas (proximidad entre lugares y economías de escala en la provisión de servicios). También cosas que nos suelen gustar menos (casas más pequeñas, menos espacios verdes, estética). Ni siquiera piensen en ciudades clásicas: desde el punto de vista ambiental-sostenibilidad, el mejor lugar de veraneo del continente es Benidorm. Pues bien, España es la colmena de Europa: el país que tiene un porcentaje más elevado de su población viviendo en pisos. Por eso ya somos ciudades de 15 minutos.
  • ¿Y no hay zonas de "no quince minutos en Madrid"? Alguna hay. Pero, curiosamente, están entre las más caras y demandadas. Si uno piensa en barrios no paseables o en los que la proximidad no da para todo, dos imágenes vienen a la cabeza: Aravaca (zona de chalets, colindante con Pozuelo); o algún punto en el centro (El Viso, Castellana) en el que la proliferación de oficinas o viviendas muy caras puede haber desplazado un poco esos otros servicios. En ambos casos, son dos de los barrios más caros de España. Los madrileños que se mudan a Aravaca, Pozuelo, Las Rozas o Majadahonda lo hacen ¡¡porque no quieren vivir en ciudades de quince minutos!! Quieren el adosado con jardincito y barbacoa. ¿Sueño pequeño burgués o pereza de urba viejuna? Eso que cada uno lo decida por su cuenta. Pero no nos engañemos: lo que la izquierda propone es lo contrario a lo que han buscado los que tenían más capacidad económica (también sus votantes) desde hace años.

Dicho esto, vayamos con la principal pega o argumento. Porque lo primero que me responden mis amigos cuando digo que las ciudades española ya son de 15 minutos es que todos conocemos gente en Madrid o Barcelona que tarda una hora en llegar al trabajo cada día. Y que eso no es vida. Por eso decíamos antes que la cuestión del trabajo queda al margen: es imposible que todos trabajemos a menos de 15 minutos de nuestra empresa. De hecho, en el momento en el que lo piensas un poco, te das cuenta de que no sólo es imposible, también es absurdo. Y probablemente indeseable:

  • Si en una familia el padre y la madre trabajan: ¿deben hacerlo en la misma empresa? Porque si uno tiene la sede en Leganés y el otro en Pozuelo, ¿cómo van a evitar que uno de los desplazamientos sea a varios kilómetros? ¿Proponemos los divorcios por distancia al trabajo? ¿Sólo se pueden casar los que trabajen cerca?
  • Y si una persona que ya vive a 5 minutos de su empresa, ve que ésta cambia de sede... ¿qué hace? ¿Prohibimos que las empresas se muden? ¿Sólo podrán hacerlo en el mismo barrio? ¿Y si cambio de trabajo: me tengo que cambiar también de residencia? ¿Hacemos que las búsquedas en infojobs incluyan de forma obligatoria un criterio de cercanía a la vivienda?
  • He leído que la propuesta incluye las mini-oficinas: que sería algo así como animar (¿obligar?) a las grandes empresas a que se olviden de las megasedes y distribuyan sus centros por la ciudad. Otra de esas ideas que sólo suena bien en los tres primeros segundos tras escucharla por primera vez. ¿Qué empresas pueden hacer eso? Sí, una Telefónica o un BBVA, ¿y alguno más? ¿Vas a dividir un centro de trabajo de 100 trabajadores en 5 sitios? E incluso en el caso de las más grandes: ¿habría más o menos desplazamientos? Porque parte de la lógica de las megasedes (de la Ciudad Financiera del Santander en Boadilla a las de BBVA o Telefónica en Las Tablas) gira en torno a la idea de que los trabajadores no tengan que recorrerse la ciudad para verse con otros empleados de su misma empresa.

Miren, no le den más vueltas. Las ciudades son la expresión de uno de los grandes logros del ser humano. A mí me encanta cómo lo cuenta Edward Glaeser en El triunfo de las ciudades. Son centros de innovación y puesta en común de ideas. Disparan la productividad y el crecimiento. Eso sí, como en todo, no es gratis: aquí también hay costes (contaminación, coste del suelo, rentas asociadas a la propiedad de ese suelo, distancias...) Los que se agrupan en las grandes urbes sienten que les sale rentable. Que lo que pierden (esa hora diaria en llegar al trabajo para algunos) lo compensan con ingresos más elevados o más servicios o más posibilidades de futuro para ellos y para su familia. Otros muchos creen que no merece la pena. Y te dicen que la calidad de vida de una ciudad pequeña es inigualable. Ahora la izquierda cuqui ha decidido que va a usar como eslogan la idea de que puedas vivir con esa calidad de vida pero en una ciudad de 5 millones de habitantes. Pues bien, no se puede. ¿Madrid es más vivible y más cómoda ahora que hace 30 años? Desde luego, incluso con el crecimiento de población. ¿Se puede vivir en Madrid como en Cáceres o Pontevedra? No, ni con carriles-bici ni con campañas eco-feministas en los carteles de las marquesinas. ¿Pueden destrozar estos tipos nuestras ciudades mientras juegan con ellas a ser los más eco-chupis? Por supuesto, miren lo que están haciendo con Barcelona. Mientras tanto, por lo menos, que no nos den la murga y que reconozcan lo obvio: ¿ciudades de 15 minutos? Sí, las tienen ahí delante y no les gustaban nada.

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