Impuestos a las eléctricas, a la banca, descalificativos a los presidentes de las cadenas de supermercados y de las entidades financieras, ataques a las compañías que osan marcharse del país como Ferrovial... Parece evidente que el Gobierno ha recrudecido su guerra a la gran empresa, aunque también cabe preguntarse qué está pasando con los negocios más pequeños: los de los autónomos.
El 2022 ha supuesto un annus horribilis para el colectivo de empleados por cuenta propia, que está disminuyendo. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el pasado año cerró con 3.086.800 autónomos, lo que supone 34.700 autónomos menos que en el tercer trimestre del año y 111.200 menos que en 2021.
Y es que, a la trágica pandemia del coronavirus y a la tormenta inflacionista que azota España hay que sumarle la fiscalidad asfixiante que soporta este colectivo y que se ha agravado desde que el Ejecutivo de PSOE y Podemos llegara al gobierno.
La asfixia del Gobierno a los autónomos
Fue en el año 2018 cuando el Gobierno de Pedro Sánchez decidió aprobar un Real Decreto-ley de "medidas urgentes en materia social, laboral y de empleo" que incluía una subida progresiva de los tipos de cotización de los autónomos a cambio de aumentar su protección en el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores Autónomos (RETA). Así, el Gobierno haría caja incorporando de modo obligatorio en 2019 la totalidad de las contingencias que hasta el momento tenían carácter voluntario, como la protección por cese de actividad o las contingencias profesionales. A más prestaciones "por el bien de los autónomos", claro, más impuestos. Esa era la idea.
Sin embargo, el giro de 180 grados a las cotizaciones de los autónomos ha llegado en 2023. Desde el 1 de enero, el Gobierno de Sánchez —con José Luis Escrivá a la cabeza— ha obligado a los más de 3 millones de trabajadores por cuenta propia a cotizar por sus ingresos reales arrebatándoles buena parte de su autonomía. Hasta ahora, el autónomo decidía también la base en la que quería tributar y casi el 80% de los físicos elegía hacerlo por la mínima. En la naturaleza del autónomo estaba la libertad de gestionarse su propio dinero, horarios, clientes, pero también la de elegir base, que va unida a la cantidad de coberturas que quiere que le cubra el Estado.
Más de 700 euros en cuotas
Ahora, con el nuevo cambio, los autónomos deberán cotizar en función de los rendimientos que obtengan durante los ejercicios 2023, 2024 y 2025. Además, el nuevo sistema de cotización introduce una serie de tramos en los que, según el ingreso esperado, se escogerá una cuota dependiendo de la base de cotización deseada. Como ya hemos explicado en Libre Mercado, los autónomos que ingresen más de 1.700 euros al mes pagarán más que ahora y los que ingresen menos, se quedarán igual o pagarán menos.
Pero esto no es todo. También el 1 de enero de este año el Gobierno ha elevado un 0,6% las cotizaciones de todos los trabajadores dados de alta en la Seguridad Social (ya sean autónomos, independientemente de lo que ganen, o empleados) para recaudar casi 3.000 millones de euros al año a través del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Lo que recaude este mecanismo irá destinado a la hucha de las pensiones, con la que el Ejecutivo que pretende afrontar la oleada de jubilaciones de los baby boomers. No será suficiente.
700 euros más al año en cuotas
Para evaluar el impacto económico de todos estos cambios en el bolsillo de los autónomos, el Consejo de Gestores Administrativos ha elaborado para Libre Mercado un simulacro del caso de un autónomo de menos de 47 años que inicia su actividad en 2018 (antes de la llegada al gobierno de Sánchez ) con unos ingresos netos, nada exuberantes, de 30.000 euros anuales y que cotiza sobre la base mínima. ¿Cuánto estaba pagando antes y cuánto tiene que pagar ahora? En la siguiente tabla se refleja la subida de impuestos.
En nuestro ejemplo anterior, el trabajador autónomo ha visto aumentada su cuota en 50,37 euros mensuales este año (pasando de pagar 293,88 euros en 2022 a pagar 336,47 euros en 2023, un 14,9% más) y en 58,53 euros respecto a 2018 (pasando de pagar 277,94 euros al mes cuando Sánchez llegó al gobierno a pagar 336,47 euros ahora, un 21,05% más). Esto supone 604,44 euros anules de diferencia respecto a 2022 y 702,36 euros más que en 2018. En la siguiente tabla se observa también la subida (todavía mayor) de las bases máximas.
En esas cifras está incluida también la subida del MEI. Por ejemplo, de los 604,44 euros que el autónomo pagará de más este año respecto a 2022, 77,52 euros corresponden a esta nueva subida fiscal. La asfixia continúa.