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Todos los chiringuitos que quiere crear la izquierda en Madrid

Un Tinder público, recuperar Cajamadrid, crear empresas para competir con Idealista o Glovo, despilfarrar 4.200 millones en empleos verdes...

Un Tinder público, recuperar Cajamadrid, crear empresas para competir con Idealista o Glovo, despilfarrar 4.200 millones en empleos verdes...
García, Jacinto y Lobato | EFE

El debate electoral celebrado el pasado 16 de mayo en Telemadrid permitió contrastar los distintos programas de las cinco formaciones que tienen representación en la Asamblea de Madrid y parten como principales referencias políticas de cara a los comicios autonómicos del próximo 28 de mayo.

Por el flanco de la izquierda, hay algo que está claro: si el gobierno autonómico depende de PSOE, Más Madrid y Podemos, se constituirán numerosos ‘chiringuitos’ financiados por el contribuyente. No en vano, Juan Lobato y, especialmente, Mónica García y Alejandra Jacinto han hecho numerosas propuestas en este sentido.

La propuesta más llamativa de todas es la que sugiere la creación de una suerte de entidad pública dedicada a monitorizar la conducta de los usuarios que usan apps de citas como Tinder. La propuesta parte de Más Madrid, que considera oportuno invertir dinero del presupuesto regional en este servicio de monitorización de las relaciones afectivo-sexuales de los madrileños. No consta, eso sí, memoria económica alguna que detalle el impacto presupuestario de semejante disparate.

Por parte de Podemos, otro de los ‘chiringuitos’ que echarían a andar en caso de que la Comunidad de Madrid quedase en manos de la izquierda sería una empresa pública de reparto. No hay que olvidar que, bajo gobierno de PSOE y Podemos, Correos perdió 270 millones de euros en 2022 y se dejará otros 325 millones. Sin embargo, la formación comunista ve factible erigir una suerte de "Glovo público" en la comunidad madrileña. De nuevo, no se ha presentado ninguna memoria económica que cuantifique el efecto de esta descabellada propuesta.

Otra de las medidas que quiere sacar adelante la izquierda consiste en crear una "empresa pública de cuidados". En este punto parece haber acuerdo entre las distintas formaciones que concurren al 28-M, pero lo que no hay es ningún plan, documento o memoria económica que desglose su impacto. Sabemos, eso sí, que el gobierno de Pedro Sánchez sigue sin cubrir las necesidades de financiación de la Ley de Dependencia y que sus medidas en el ámbito del trabajo han empujado a miles de empleadas del hogar al paro o al mercado negro.

La izquierda también ha puesto encima de la mesa la posibilidad de constituir "una inmobiliaria pública" para competir con portales privados como Idealista, Fotocasa y Servihabitat, entre otros. Parecería, pues, que el problema de la vivienda es la comercialización de la misma y no los graves obstáculos que han levantado PSOE, Más Madrid y Podemos en campos como la seguridad de la propiedad, el desarrollo de obra nueva, etc. No hay que olvidar que la izquierda política madrileña protege a los okupas y ha bloqueado operaciones urbanísticas que habrían desarrollado más de 150.000 nuevos pisos en la región. Por otro lado, la intervención de los precios ha tenido el efecto de hundir cerca de un 20% la oferta de vivienda y disparar casi un 10% los precios del alquiler. ¿Qué sentido, tiene, centrarse en un aspecto del mercado que funciona perfectamente, como es el de la intermediación entre los propietarios y los potenciales compradores o arrendadores, un ámbito donde no hay ningún problema? De nuevo, la lógica intervencionista se impone por encima de todo y, además, la propuesta carece de una memoria económica concreta.

A esto hay que sumarle otros asuntos potencialmente problemáticos, como la propuesta de Mónica García y Más Madrid que pretende crear "50.000 empleos verdes". La medida tendría detrás 4.200 millones de euros de dinero público y se controlaría a través de "polos industriales" que también defiende el socialista Juan Lobato y que, en última instancia, se diseñarían desde el poder político autonómico. El coste por empleo conseguido sería, en el mejor de los casos, de casi 90.000 euros, dos veces más que el desastroso Plan E.

Pero la joya de la corona es la propuesta de constituir un banco público que reedite el modelo de Cajamadrid y se dedique a conceder crédito en la región, "promoviendo su desarrollo económico". La idea, que ya barajó en su día Manuela Carmena cuando ostentó la alcaldía de la capital del Reino, resucita de cara al 28-M... pese a la quiebra de la práctica totalidad de bancos públicos que quedaban en España.

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