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Pedro Pablo Valero

¿Ha estado EEUU a punto de quebrar? Las claves de la polémica

Según el congresista Brendan Boyle, esta es la vez número 104 en la que se ha elevado el techo de deuda desde 1940.

Según el congresista Brendan Boyle, esta es la vez número 104 en la que se ha elevado el techo de deuda desde 1940.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden | Europa Press

Se acabó el suspense y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos han votado un acuerdo para ampliar el "techo de deuda" del país. 314 apoyos (165 demócratas y 149 republicanos) contra 117 en contra y 2 abstenciones, aseguran que la votación en el Senado será un trámite. Según el congresista Brendan Boyle, demócrata que trabaja en el Comité de Presupuestos, esta es la vez número 104 en la que, desde 1940, el techo de deuda se ha elevado.

¿Por qué entonces se apuran tanto las fechas y cada cierto tiempo se alimenta la incertidumbre por un posible desacuerdo? Esto sucede porque en el país, desde 1917, existe un techo de deuda a partir del cual el país no puede emitir más deuda sin un permiso expreso del poder político. Sin él, Estados Unidos entraría este junio en suspensión de pagos, sin poder pagar salarios públicos ni cumplir con los pagos de los bonos del Tesoro que vayan venciendo. Aunque las posibilidades de que el presidente y la Cámara de Representantes fuercen las cosas hasta ese punto son mínimas, esa fatídica consecuencia asusta puesto que sería un evento catastrófico con consecuencias muy negativas a escala global. Ya en 2011 una negociación in extremis, muy similar a la actual, condujo a una rebaja del rating del país, amenaza que también estaba sobre la mesa ahora. Sin este acuerdo se calcula que el 5 de junio el país hubiera empezado a incumplir pagos.

Esto sucede primero por el extraño sistema de poner un techo de deuda en volumen, cuando lo lógico sería que el tope fuera de la ratio deuda/PIB, ya que no es lo mismo deber 100 billones si tu PIB es de 200 o es de 50. Esto es un anacronismo que se debe a que en 1917 nadie se podía imaginar que el fin del "patrón oro" pudiera disparar de este modo la cantidad de dinero, y por tanto de deuda, en circulación.

En Europa sólo Dinamarca tiene un "techo de deuda" similar, pero es tan elevado que no parece que vaya a llegar nunca. Tiene más sentido el sistema de la Unión Europea que se determinó en el Tratado de Maastricht de 1992: un tope para el déficit presupuestario y otro para la ratio deuda/pib. Por desgracia, si a los Estados Unidos se les acusa de poner un techo de deuda que es ciertamente muy flexible, en la UE directamente lo que se ha hecho es no cumplir para nada los criterios que se aprobaron para poder avanzar en la unión monetaria: muchísimos países (y Alemania fue de los primeros) se han saltado estas décadas el límite del 3% de déficit y por supuesto casi ninguno cumple el límite para la ratio deuda/PIB del 60%. De hecho, países como Italia incluso entraron en la Eurozona con una ratio superior al 100%. Es decir, lo ideal sería que el límite fuera como el que tenemos en la UE; pero que se cumpliera, claro.

Y el segundo motivo por el que periódicamente tenemos esta probabilidad de un default de la primera economía del planeta, no es sólo un techo de deuda al que, por pura ampliación de la base monetaria, se volverá a llegar más pronto que tarde, es porque a los políticos les interesa llegar a esta cita para poder disponer de ese poder de negociación, puesto que es necesario el acuerdo entre el Congreso y el presidente que, en muchas ocasiones, no son del mismo partido. El actual acuerdo establece que se volverá a llegar al techo de deuda en dos años, por lo que el siguiente presidente -nadie sabe de qué partido será- tendrá que volver a negociarlo. Como la alternativa es muy negativa, tanto en lo económico como en coste político, se dará por hecha su aprobación, como ha pasado este año, pero si vuelven a apurar fechas, la incertidumbre llegará. En esta ocasión la disidencia contra el acuerdo ha venido de los extremos: el diputado republicano -muy cercano de Trump- Ralph Norman dijo este domingo que lo acordado le parece "una locura" y que no pensaba apoyarlo porque "arruinaría al país". Y la representante de la izquierda demócrata Pramila Jayapal, juzgó "terribles" algunas cesiones de Biden.

Lo responsable sería cambiar el sistema, pero parece que ni a republicanos ni a demócratas les interesa, para seguir con ese poder de negociación. Biden ha intentado presumir de evitar el impago afirmando que "Nadie ha conseguido todo lo que quería, pero esa es la responsabilidad de gobernar", pero lo cierto es que los republicanos, comandados por Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes (sucedió a la polémica Nancy Pelosi), han sido los grandes vencedores al obtener un abultado recorte de gastos, y seguramente ha sido gracias a apurar tanto las fechas, colocando al presidente en una situación límite. Por cierto, McCarthy (hijo de demócratas) no tiene nada que ver con el senador republicano McCarthy, famoso por su "caza de brujas" anticomunista, que en la década de 1950 le llevó a elaborar las polémicas "listas negras" que incluían a personajes de todo tipo -mundo del cine incluido- que él creía estaban infiltrados en el país haciendo campaña a favor de la Unión Soviética.

En resumen, un país endeudadísimo, dentro de un sistema económico global basado en la deuda, que utiliza una norma obsoleta y poco razonable (no por la existencia del techo, sino porque sea una cifra y no un porcentaje sobre el PIB, que sería lo lógico) por puro interés político. Periódicamente se generan tensiones en los mercados y en la economía debido a esto, y aunque nunca nos hemos quemado, lo cierto es que se juega con fuego, y eso es irresponsable. Por supuesto si en lugar de ir pagando la deuda que vence emitiendo deuda nueva, se gestionara el país como una economía familiar normal, donde se intenta gastar menos de lo que se ingresa, esto no pasaría pero eso, que tan razonable suena, ni se les pasa por la cabeza a los gobiernos.

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