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Pedro Pablo Valero

El "inventor" del PIB y todas sus limitaciones

El volumen total del PIB no es lo más importante, sino sus subidas y bajadas, que son traducidas como épocas de expansión y contracción.

El volumen total del PIB no es lo más importante, sino sus subidas y bajadas, que son traducidas como épocas de expansión y contracción.
La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, durante su comparecencia tras la reunión del PSOE | Europa Press

P.I.B. es un acrónimo de Producto Interior Bruto, un indicador que pretende valorar el tamaño de una economía y que ha tenido tanto éxito porque es bastante fácil de calcular, teniendo todos los datos, con una sencilla fórmula que implica tan sólo sumas y restas, ya que es igual al Consumo (de consumidores y empresas) + la Inversión + el Gasto del Gobierno + las Exportaciones netas (exportaciones menos importaciones, si se importa más de lo que se exporta entonces este resultado resta en lugar de sumar). Generalmente, el volumen total del PIB no es lo más importante, sino sus subidas y bajadas, que son traducidas como épocas de expansión y contracción.

Se considera que el "inventor" del PIB fue Simon Kuznets (1901-1985), que nació en lo que hoy es Bielorrusia (entonces parte del Imperio Ruso) y murió en su patria de adopción, Estados Unidos, donde vivió desde 1922 y desarrolló toda su carrera profesional. Creador del sistema estadounidense unificado de contabilidad nacional, fue galardonado con el Nóbel de Economía en 1971 por sus estudios sobre el crecimiento económico, que estaba convencido era el mejor método para reducir la desigualdad.

Él presentó la idea del PIB en un artículo de 1937, aunque incluso él era crítico con su "descubrimiento" y en 1962 en una declaración en el Congreso afirmó: "Hay que tener en cuenta las diferencias entre cantidad y calidad del crecimiento, entre sus costes y sus beneficios y entre el plazo corto y el largo". Puede que tenga que ver con el que popularizó, a partir de la Segunda Guerra Mundial, el PIB como medida habitual para medir las economías de los países: John Maynard Keynes. Está considerado como el "fundador" de la macroeconomía y fue el que incluyó el gasto público como parte del PIB, aunque Simon Kuznets pensaba que el gasto público era un bien intermedio, como el petróleo que genera energía.

No voy a entrar en farragosas discusiones sobe macroeconomía y, sinceramente, no sé quién tiene razón. Lo que sí sé es que, mirando cómo se calcula el PIB, éste mide sobre todo el gasto, algo que puede mantenerse artificialmente gracias a la deuda que no aparece reflejada por ninguna parte.

De este modo muchos gobiernos pueden presumir de crecimiento de PIB simplemente porque han disparado su gasto público (sea con inversiones o con subvenciones que han propiciado un aumento del consumo) gastando más de lo que ingresa (lo que conocemos como déficit presupuestario). Para cubrir el desfase emite deuda que retrasará el crecimiento futuro puesto que esa deuda más sus intereses restarán antes o después. Pero a la mayoría de los gobiernos, como se ha podido comprobar los últimos años, eso les importa menos que ganar elecciones. Así pues, el PIB se hincha, la deuda sigue creciendo en volumen pero, como lleva pasando desde finales de 2020 por ejemplo en España, la ratio deuda/PIB puede bajar, ya que crece más el PIB que la deuda. Y nuestro gobierno, y otros muchos, sacan pecho con esto.

No obstante, como los tipos de interés son más altos, una vez venza la deuda emitida con bajo coste y sea renovada con la nueva a tipos superiores, los intereses de tanto volumen de deuda dispararán ese gasto y analistas independientes como Bloomberg Economics ya han advertido que aunque la ratio deuda/PIB pueda seguir bajando un par o tres de años más, la perspectiva de largo plazo es muy problemática ya que la sitúa por encima del 140% del PIB en España (el máximo hasta ahora fue el 120% de 2020) en unos 15 años. Lo mismo cree que ocurrirá con otras dos grandes economías europeas: Italia y Francia, que volverán a superar los máximos del primer año de la pandemia en la próxima década.

Hay muchos críticos con el PIB por motivos muy diferentes, hay quien cree que es más importante medir la productividad, la igualdad e incluso hay quien defiende una suerte de "PIB de la felicidad", hasta se habla de un 'PIB verde". Mi opinión es que el problema no está en el PIB, como tampoco lo está en el IPC, sino en la falta de cultura general que lleva a que los políticos puedan hablar de estas variables con medias verdades, e incluso mentiras, y que el gran público las tome como ciertas. Igual que muchos compran el discurso de que, al reducirse el IPC interanual, los precios bajan cuando no es así ya que la inflación es acumulativa y los últimos meses sólo se está reduciendo el ritmo de crecimiento de los precios, con el PIB ocurre lo mismo y muchos creen que es un éxito superar los niveles prepandemia en España, al confiar en quien presume de ello.

La verdad es que hemos sido el penúltimo país de nuestro entorno en recuperar ese nivel de PIB y que la mitad o más del crecimiento actual se debe a los fondos europeos. Y debemos más dinero que nunca. Ni siquiera la bajada de la ratio deuda/PIB puede esconder eso, y lo cierto es que la perspectiva es muy negativa puesto que ni con crecimiento económico y récord de recaudación fiscal, se reduce el volumen de deuda, y cada subasta que sale es mucho más cara que la anterior, encareciéndose el renovar la que vence. Ya que, y eso es algo que tampoco se publicita nunca, los estados raramente pagan las deudas, simplemente las refinancian emitiendo nueva.

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