Un nuevo impuesto amenaza a los ciudadanos europeos. La Unión Europea ha recibido duras críticas debido a que los sectores intensivos en energía del Viejo Continente tienen que pagar por cada tonelada de CO2 que expulsan a la atmósfera (a través de los derechos de emisiones), lo que supone una desventaja sobre las industrias extranjeras que no tienen que asumir ese coste climático.
Finalmente, la UE ha decidido acabar con esa discriminación. ¿Bajando la fiscalidad a las industrias europeas para que puedan competir en igualdad de condiciones? Nada más lejos de la realidad. El remedio que han encontrado en Europa es gravar también a las de fuera.
Fue el 13 de diciembre de 2022 cuando el Consejo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo político provisional para crear el Mecanismo de Ajuste en Frontera al Carbono (CBAM). Se trata de una penalización que grava los productos importados en función de sus emisiones, nivelando el terreno de juego entre productores locales y terceros que exportan a la UE. El Consejo Europeo adoptó formalmente este nuevo gravamen el pasado mes de abril. Entonces, la Comisión Europea publicó una infografía en la que admitían que los países "con políticas climáticas menos estrictas", como China, pueden vender a los Europeos productos más baratos, por lo que pensaban encarecer esos productos también.
Este nuevo golpe a la industria extranjera comenzará su fase de transición el próximo 1 de octubre y finalizará en 2026. El Mecanismo de Ajuste en Frontera al Carbono tendrá un funcionamiento similar al mercado de los derechos de emisión de CO2 europeo y obligará a los países extranjeros a comprar también certificados de emisión si quieren importar productos dentro de nuestras fronteras.
En este sistema, los productores europeos cuentan con un techo compartido de emisiones y deben tener los suficientes derechos para cubrir sus emisiones de CO2. Si una planta de energía o fábrica emite menos gases de lo permitido, puede vender sus derechos de emisión sobrantes a otras.
La primera fase de su implantación abarcará "sectores con altas emisiones de carbono y alto riesgo de fuga de carbono" avanza Bruselas señalando al cemento o al aluminio. Además, advierten de que "se prevé ampliar este mecanismo a más sectores en el futuro".
Hasta 250 euros por hogar
Esade ha elaborado un estudio que alerta de que este nuevo mecanismo amenaza con encarecer todavía más los productos que entran a Europa. En el caso de España, el impacto sería de unos 100 euros por hogar y año, o un 0,3% sobre el gasto total. "Sin embargo, el efecto, varía mucho en función de las diferencias en la cesta de la compra: los hogares con mayor poder adquisitivo sufren más el aumento de los bienes de transporte, mientras que los de menor poder adquisitivo deben su mayor gasto a los alimentos y al mobiliario y equipamiento" apuntan.
"El efecto agregado es progresivo: los hogares de menor renta soportarán menos carga fiscal que los de mayor renta. Este efecto progresivo se amplifica en zonas con población más dispersa, donde los hogares de mayor renta pagarán más. Por comunidades autónomas, las más ricas presentan un impacto mayor" avanzan. Concretamente, el gasto extra por hogar asociado al CBAM supone menos de 50 euros entre los hogares del 20% más pobre, mientras que supera los 250 euros entre los hogares del top 10%.
"Sin embargo, el simple hecho de que los hogares con mayor capacidad económica soporten un mayor sobrecoste derivado del CBAM nos dice poco acerca del impacto redistributivo final que este supone, puesto que, debido a la desigualdad que existe en el gasto de los hogares, era esperable que aquellos con un mayor gasto soportasen un mayor sobrecoste en términos absolutos. Para ofrecer una imagen más adecuada de su impacto distributivo, calculamos el porcentaje que supone el sobrecoste derivado del CBAM sobre el gasto total del hogar, de nuevo por deciles de gasto equivalente." matiza Esade.
Golpe a la industria y la metalurgia
En lo que respecta a la competitividad industrial, Esade ha calculado que, en el sector manufacturero, los productos finales sufrirían incrementos de precio de hasta el 7-8%, aunque con algunas excepciones que podrían ver elevados sus costes hasta en un 20%.
El estudio también avisa de que los sectores más expuestos a los mercados internacionales, como la industria automovilística y la metalurgia serían los más afectados por el CBAM, con un impacto agregado de más de 2.500 millones de euros. En el sector agroalimentario los efectos serían más moderados, con subidas de precio por debajo del 1% para la mayoría de productos.