La nueva bandera que todo lo impregna en la UE es la de la "economía circular". Y dentro de ese mantra Bruselas ha plasmado las nuevas "reglas para hacer que los teléfonos y las tabletas sean más duraderos, energéticamente eficientes y más fáciles de reparar, lo que permite a los consumidores elegir de manera sostenible". Y el resultado, por lo visto, es que el nuevo móvil que debemos comprar es ninguno: tenemos que reutilizar, arreglar y reparar los viejos móviles que andan por casa. Todo un incentivo para el desarrollo tecnológico y el consumo.
La Comisión Europea ha propuesto "nuevas normas para ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas y sostenibles al comprar teléfonos móviles e inalámbricos, y tabletas, en virtud del actual Reglamento de Etiquetado Energético de la UE". ¿Y en qué consiste este paquete normativo? En varias cosas. La primera, que los móviles y tabletas "sean más eficientes energéticamente, duraderos y fáciles de reparar". Hasta ahí perfecto. El problema es que el objetivo pasa porque la elección del móvil "sea más circular" para "reducir nuestra huella de carbono, apoyar los modelos de negocio circulares y ofrecer los beneficios del Acuerdo Verde Europeo a los consumidores". Nada que ver con las necesidades, gustos y libre elección de los consumidores.
"Los teléfonos móviles y las tabletas producidos de acuerdo con estas reglas ahorrarán casi 14 teravatios hora en energía primaria cada año para 2030. Este es un tercio del consumo de energía primaria de estos productos en la actualidad. Las nuevas reglas también ayudarán a optimizar el uso de materias primas críticas y a facilitar su reciclaje". Es decir, que el objetivo es que se reutilicen y reciclen los móviles viejos, no que los nuevos sean la mejor opción tecnológica, personal y empresarial. De hecho, lo que se busca es que haya menos móviles nuevos.
Puntuación de reparabilidad
"Según el Reglamento de Etiquetado de Energía propuesto, los teléfonos inteligentes y las tabletas que se comercializan en el mercado de la UE tendrán que mostrar información sobre su eficiencia energética, la longevidad de la batería, la protección contra el polvo y el agua, y la resistencia a las caídas accidentales. Esta es también la primera vez que un producto colocado en el mercado de la UE tendrá que mostrar una puntuación de reparabilidad. Esto ayudará a los consumidores de la UE a tomar decisiones de compra más informadas y sostenibles y a fomentar el consumo sostenible", señala el texto de Bruselas.
Para ello, "los nuevos productos utilizarán las etiquetas energéticas de la UE a escala A-G existentes y conocidas, y la base de datos de toda la UE, el Registro Europeo de Productos para las Etiquetas Energéticas (EPREL) proporcionará información adicional sobre el producto.
Además, el Reglamento de Diseño Ecológico recientemente aprobado establece requisitos mínimos para que los teléfonos y tabletas móviles e inalámbricos se comercialicen en la UE". Y todo ello supondrá más costes que elevarán el precio de los móviles.
Porque los nuevos requisitos incluyen más "resistencia a caídas o arañazos accidentales, protección contra el polvo y el agua y uso de baterías suficientemente duraderas"; "normas sobre desmontaje y reparación, incluidas las obligaciones de los productores de poner piezas de repuesto críticas a disposición de los reparadores dentro de los 5-10 días hábiles, y hasta 7 años después del final de las ventas del modelo de producto en el mercado de la UE"; "disponibilidad de actualizaciones del sistema operativo durante períodos más largos: durante al menos 5 años después de que el producto se haya puesto en el mercado"; y "acceso no discriminatorio para los reparadores profesionales a cualquier software o firmware necesario para el reemplazo".