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España, crónica del desastre de la despensa mundial del aceite de oliva

España es el primer exportador mundial de aceite de oliva, el tercer producto agroalimentario más exportado por nuestro territorio.

España es el primer exportador mundial de aceite de oliva, el tercer producto agroalimentario más exportado por nuestro territorio.
Envasado de aceite de oliva | Europa Press

La producción de aceite de oliva en España se ha hundido hasta niveles no vistos desde hace décadas. La campaña agrícola 2022-2023 ha sido tan exigua que ha puesto en jaque tanto al sector del aceite como a los asfixiados consumidores, que están viendo como los precios de este producto no dejan de subir. En el supermercado, las botellas de este preciado oro líquido ya rondan los 10 euros el litro.

La razón de esta crisis no es otra que la falta de aceite debido a la nefasta cosecha pasada. "La campaña ha sufrido dos crisis. La primera, el excesivo calor cuando el olivo estaba en flor, que ha hecho perder la flor. Y si no hay flor, no hay fruto. La segunda, la falta de lluvias en primavera y en otoño que tampoco ha logrado surtir al riego de apoyo", explica el director de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Pico.

Esta situación ha provocado un desastre en el campo que se ha traducido en una reducción de la producción de aceite hasta las 663.000 toneladas, menos de la mitad que lo que se produjo el año pasado y muy por debajo de las campañas de años anteriores donde en todas se sacó adelante más de un millón de toneladas. "En 30 años no habíamos visto una producción tan baja de aceite de oliva y eso que, desde entonces, se venido plantando muchos más olivos" lamenta Pico.

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Radiografía del sector del aceite

Esta situación, unida al aumento general de los costes de producción como combustibles o fertilizantes, está sumiendo en una grave crisis a la llamada despensa mundial del aceite, como se ha apodado a nuestro país. España es el primer exportador de este producto del planeta y el aceite de oliva representa el tercer producto agroalimentario más exportado por nuestro territorio, con más de 150 países de destino. De hecho, las ventas al exterior suponen en torno al 65% de su comercialización total, según los datos del Ministerio de Agricultura.

El olivar abarca 2,75 millones de hectáreas de las cuales 2,55 millones pertenecen a olivar de almazara (93% del total de olivar). El cultivo está presente en 15 de las 17 comunidades autónomas con una distribución centro-sur y este de la península. Andalucía es la reina de la producción con 1,67 millones de hectáreas y concentra, fundamentalmente en Jaén, su tan característico "mar de olivos".

¿Seguirán subiendo los precios?

Según los cálculos de Asoliva, "la producción de la próxima campaña se prevé similar a esta, aunque no podemos decir que los precios vayan a seguir subiendo porque es una cuestión de oferta-demanda". Pico apunta que "en los países del exterior (con precios del aceite de oliva mucho más elevados que los de España) tienen mayor acceso a otros aceites vegetales, como el de coco, colza, o aceites más baratos, como el de Marruecos, por lo que podrían dejar de comprar el producto español si los precios siguen al alza" algo que también podría ocurrir en el caso del cliente nacional, que ya ha comenzado a sustituir el aceite de oliva por el de girasol y puede seguir ampliando el abanico. Por tanto, una caída de la demanda por la disminución del consumo podría bajar los precios, sin embargo, no sería una noticia buena para el sector.

Por otro lado, la organización agraria ASAJA ya ha alertado de que, a no ser que este otoño sea lluvioso, el precio del aceite seguirá subiendo debido al descenso generalizado de la producción en todo el país y la falta de stock.

Mientras arranca la nueva campaña agrícola del aceite, en numerosas cadenas de supermercados se están dando situaciones insólitas como la de que las botellas y garrafas de este codiciado producto ya se vendan con alarma de seguridad.

Tal y como confirman las propias empresas instaladoras de alarmas, el desorbitado precio del aceite ha aumentado tanto el afán de los delincuentes por hacerse con el revalorizado producto como el interés de las grandes cadenas de todo el territorio nacional por protegerlo. Como si se tratara del mejor de los licores.

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