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Un conductor español paga 327 euros en impuestos por tonelada de CO2, "cuatro veces el precio europeo"

El consejero delegado de Repsol destacó la carga fiscal que ya soportan los combustibles ante la posibilidad de más tasas verdes.

El consejero delegado de Repsol destacó la carga fiscal que ya soportan los combustibles ante la posibilidad de más tasas verdes.
Una persona llena el depósito de su coche con gasolina este viernes en Logroño. | EFE

En medio de las negociaciones para un nuevo gobierno y la posibilidad de que Sánchez y Díaz repitan y creen nuevos impuestos, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, habló esta semana de las tasas que ya soporta su sector poniendo en duda la estrategia de la fiscalidad verde con la excusa de la transición energética.

En un foro con otros empresarios del sector organizado por El Economista, Imaz respondió con una cifra cuando le pidieron que se posicionara sobre los impuestos que podrían nacer en los próximos cuatro años. "Simplemente un dato hoy. Hoy el automovilista español, el que llena su depósito con estas magníficas compañías, BP, con Cepsa, con nosotros o con otras, está pagando en impuestos 327 euros por cada tonelada de CO2 que emite a la atmósfera, cuatro veces más que el precio europeo del CO2".

Imaz aludía a los impuestos que ya soportan los combustibles y que suponen aproximadamente un cuarenta por ciento del precio total. Tomando como referencia el precio de un litro de gasolina este verano (entre 1,7 y dos euros), la parte que de este importe suponen el IVA (21%) y el impuesto especial sobre hidrocarburos (26%) y las emisiones de C02 por litro (2,35 kilos) se pagaría en impuestos, por tonelada de C02, entre 290 y los más de 300 euros de los que hablaba el consejero. Una cantidad que, señaló Imaz en su intervención, es cuatro veces superior al coste real del CO2 que se está emitiendo, en alusión al precio de los derechos de emisión por tonelada de CO2, que ronda los 80 euros.

"Busquemos otro tipo de razones para subir impuestos pero no nos amparemos en el CO2", señaló Imaz, que avisó de que desde Europa se está "montando un sistema que nos lleva a precios más altos". Muy crítico con la forma en que la UE está emprendiendo la transición verde, reclamó a Bruselas "estabilidad" en la política energética, "predictibilidad" y "neutralidad tecnológica", sin "restricciones ni prohibicionismos" porque nadie sabe qué tecnología destacará en 2050. Como ejemplo puso que la demanda de gas y petróleo en España se ha mantenido prácticamente sin cambios desde 2001.

"La energía no es clima"

El consejero dijo estar de acuerdo con que "hay que seguir descarbonizando" pero reclamó una visión general que haga posible la "competitividad" y la "seguridad del suministro" además de la descarbonización. Al próximo gobierno, le pidió poner el foco en la "competitividad" y el precio ante unas familias ahogadas por las facturas y una industria con dificultades para competir: "La energía no es clima, no es transición ecológica, es más cosas" y "tiene que estar focalizada a ser más competitiva".

Tras denunciar cómo la escalada del precio del gas ha llevado a terceros países a pasarse al carbón con lo que "las emisiones han subido", Imaz ha reclamado "abordar todos los aspectos" de este proceso. "Hay que aumentar la producción de gas; suena a herejía, pero es así", dijo tras señalar que si a "las entidades financieras se les ahoga para que no financien el gas y las infraestructuras", la inversión baja, la producción se resiente y la demanda sigue subiendo, los precios seguirán escalando "a niveles imposibles".

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