Fedea ha publicado un interesante documento elaborado por el prestigioso economista Ángel de la Fuente en el que se evalúa la salud financiera de la Seguridad Social. Los datos expuestos en el trabajo son demoledores, puesto que ponen de manifiesto la enorme brecha que existe entre el volumen de ingresos y el nivel de gastos de la Seguridad Social.
Como recuerda De la Fuente, "hasta hace relativamente pocos años, las prestaciones de la Seguridad Social se financiaban enteramente con las cotizaciones sociales (…). Desde 2010, sin embargo, esta fuente de ingresos ha tenido que complementarse, cada vez en mayor medida, con aportaciones directas del Estado (…) destinadas fundamentalmente a cubrir el creciente déficit".
En su conjunto, los ingresos y los gastos han crecido con fuerza a lo largo del periodo analizado, pero el incremento de los primeros (+58%) ha sido mucho menor que el de los segundos (+83%), de modo que se ha producido "un importante deterioro del saldo presupuestario del sistema, que ha pasado de un superávit de 12.600 millones en 2005 a un déficit esperado de 6.400 en 2023".
Eso sí: las cifras oficiales nos brindan "una imagen engañosa de la evolución de la salud financiera del sistema pues el deterioro de su saldo presupuestario en base a sus recursos propios se ha mitigado mucho gracias al fuerte incremento de las transferencias del Estado". De ahí la importancia del ejercicio que ha hecho Fedea, separando el grano de la paja para arrojar luz sobre la verdadera salud financiera del sistema.
Así, si nos centramos en el déficit básico del sistema (el registrado antes de tales transferencias), el déficit habría aumentado en 61.000 millones de euros entre 2005 y 2023, el equivalente a 5 puntos del PIB". A fecha de hoy, "el déficit básico alcanza hoy niveles preocupantes, en torno al 4% del PIB, lo que supone unos 2.500 euros anuales por trabajador ocupado".
Esta circunstancia queda perfectamente reflejada en los cuatro siguientes gráficos, en los que se recoge el comportamiento de los gastos, los ingresos y el saldo presupuestario de la Seguridad Social. Resulta evidente, con un mero vistazo, que el sistema de pensiones es cada vez más difícil de sostener:
Asimismo, De la Fuente ofrece un cálculo de la evolución de la deuda de la Seguridad Social (que pasa de ser inexistente en 2015 a alcanzar los 99.235 millones en 2023) y del Fondo de Reserva (una "hucha" que ha pasado de manejar 33.904 millones en 2015 a apenas 4.401 en 2023). Lo vemos en el cuadro y el gráfico que siguen:
Como ha explicado Libre Mercado, las decisiones que está tomando el gobierno de Pedro Sánchez en todo lo referido a las pensiones están empeorando notablemente el agujero de la Seguridad Social, hasta el punto de que las previsiones de gasto a corto, medio y largo plazo desbordan claramente la capacidad de ingresos por cotizaciones del sistema y alumbran un mañana en el que las medidas impositivas dedicadas a cubrir el déficit de las pensiones no dejarán de ir en aumento.
Los cálculos disponibles señalan que los pensionistas actuales cobran un 30% más de lo que han aportado al sistema. De hecho, para que las cuentas entrasen en equilibrio sería preciso recortar las prestaciones por un monto medio equivalente a 150 euros por jubilado. A este problema que ya se manifiesta en el presente hay que sumarle el impacto futuro del envejecimiento demográfico, que reducirá el número de trabajadores y aumentará el de pensionistas, agravando el problema.
Sin embargo, a pesar de todas las advertencias formuladas por organismos como el Banco de España, el Ejecutivo de PSOE y Podemos sigue tomando medidas que agravan el problema, como la indexación al IPC, que añadirá 9.000 millones de gasto adicional durante el próximo ejercicio.