Menú

El dato talismán del Ministerio de Economía desmiente a Calviño y niega la recuperación

Se trata de un dato complejo que anticipa entre 6 y 9 meses lo que está por venir en la economía. Y ese indicador está estancado.

Se trata de un dato complejo que anticipa entre 6 y 9 meses lo que está por venir en la economía. Y ese indicador está estancado.
La ministra de Economía y vicepresidenta primera en funciones, Nadia Calviño | EFE

Nadia Calviño asegura en todas partes que España mantiene un crecimiento "robusto". La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, de hecho, no ha dejado de afirmar que los datos españoles deben ser celebrados porque "permiten afrontar con confianza el complejo momento actual".

Pues bien, su propio panel oficial de indicadores avanzados —el que se supone que consulta cada mañana al llegar a su despacho— no se la cree. La síntesis de indicadores económicos que elabora su propio Ministerio incluye un índice de supuesto valor casi profético: el índice CLI (Composite Leading Indicators). Se trata de una especie de dato talismán que anticipa entre 6 y 9 meses lo que está por venir en la economía. Y ese indicador está estancado por debajo de los cien puntos, lo que indica que ni recuperación, ni robusta, ni confianza.

El indicador compuesto es uno de los más seguidos por los analistas. Se trata de un dato complejo que resume los principales indicadores económicos avanzados. El CLI está diseñado para anticipar señales que prevén los cambios de ciclo o de tendencia. Y es que su diseño le permite proporcionar información sobre futuras expansiones o contracciones económicas antes de que sucedan.

Y en España se encuentra de forma estable por debajo de los 100 puntos, lo que significa que no hay crecimiento robusto a la vista ni nada que se le parezca.

El Composite Leading Indicators es un indicador impulsado por la OCDE que combina datos con capacidad de anticipación de más de medio año como las horas semanales trabajadas; el promedio de solicitudes iniciales de desempleo; el número de nuevos pedidos de fabricantes de bienes de consumo y materiales; la velocidad de entrega de mercancía nueva; el número de nuevos pedidos de bienes de capital no relacionados con defensa; el número de nuevos permisos de construcción para edificios residenciales; la evolución de la Bolsa o, por poner otro ejemplo, hasta la oferta monetaria ajustada por inflación.
No es, por lo tanto, un buen indicador avanzada: es la combinación de los mejores indicadores avanzados. Y en España marca lo contrario de lo que vende Calviño, pese a que lo elabora su propio ministerio.

El último dato de Economía de este indicador refleja 99,8 puntos. Se trata de casi lo mismo que los 99 con los que cerró 2022 y menos que los 101,1 de 2021. Y, además, otros de los indicadores que lo acompañan apuntan a una tendencia similar: la contribución al PIB de la demanda nacional está en positivo en 1,8%, pero la de la demanda externa está en negativo con -1,4%. El consumo eléctrico está en -1,4% y la matriculación de automóviles, en positivo, es, sin embargo, más débil que la del segundo trimestre de 2022 -7,5% frente a un 10,1%-. La cifra de negocios de la industria marcó en junio un -8,9% y la de los servicios de un -1,4%. Y el crédito nuevo cerró julio con un preocupante -12,8%.

Y con todo eso, Calviño vuelve a tirar de optimismo antropológico. El mismo que exhibió cuando dijo que el covid tendría un impacto "poco significativo" en la economía española y registró el peor hundimiento desde la postguerra civil.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios