Nuevo golpe de la Comisión Europea al plástico bajo la bandera medioambiental. Tras la guerra a las bolsas de plástico, las pajitas o los platos y vasos de un sólo uso, Bruselas ha aprobado esta semana la norma que prohíbe la venta de microplásticos o productos a los que se le añadan microplásticos "intencionadamente y que liberen dichos microplásticos durante el uso". Uno de los más populares es la purpurina.
Según la propia Comisión, esta medida es positiva porque "evitará la liberación al medio ambiente de aproximadamente medio millón de toneladas de microplásticos". Los microplásticos "no se biodegradan y no se pueden eliminar. Se acumulan en los animales, incluidos los peces y los mariscos, y, en consecuencia, los humanos también los consumen como alimento", aseguran.
Bruselas define como microplásticos a "todas las partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros que son orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación". Desde la cosmética a los productos de limpieza. Esta calificación tan amplia hace que la lista de sectores y productos afectados por la nueva imposición europea sea muy larga.
Purpurina, prohibida en menos de 20 días
A continuación, algunos ejemplos de productos básicos en el día a día de los europeos que pasan a estar prohibidos:
- El material de relleno granular utilizado en superficies deportivas sintéticas, como la hierba sintética. Según la CE, es "la mayor fuente de microplásticos intencionales en el medio ambiente".
- Cosméticos en los que los microplásticos se emplean para usos múltiples como la exfoliación (microesferas) o la obtención de una textura, fragancia o color específicos.
- Detergentes, suavizantes, purpurina, fertilizantes, productos fitosanitarios, juguetes, medicamentos o productos sanitarios.
Las primeras medidas, como por ejemplo, "la prohibición de purpurina no adherente y microesferas, empezarán a aplicarse cuando la restricción entre en vigor, dentro de veinte días", señalaba la Comisión el pasado lunes, por lo que todavía queda menos "para que impidan entrar en Europa a este producto" aseguran desde el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) a Libre Mercado. "El stock que queda en las tiendas sí podrá venderse" añaden.
"En otros casos, la prohibición de venta se aplicará después de un período más largo para dar a las partes afectadas tiempo para desarrollar alternativas y aplicarlas. Cuando esté debidamente justificado, se aplicarán excepciones y períodos transitorios para que las partes afectadas se adapten a las nuevas normas" señala Bruselas. Ante la desaparición en Europa de un producto tan popular como la purpurina, muchas dudas asaltan a los ciudadanos. Una de las preguntas más frecuentes es qué ocurrirá con la ropa o los accesorios que tengan purpurina incorporada. Desde AIMPLAS explican que "ahora lo que hay que analizar es el nivel de adhesión a la prenda, y si es correcto, no debería haber problema y se podría comercializar".
Decepción entre los vendedores
En la compañía Canal Toys, que comercializa purpurina suelta en España, se muestran decepcionados con la medida. "En este caso, como en muchos otros, asistimos a un proceso donde las decisiones de la Unión Europea no vienen avaladas por la certeza científica, sino por la capacidad de presión de algunos lobbys que obtienen reconocimiento y notoriedad social gracias a este tipo de iniciativas. Hace ya algún tiempo se prohibió la presencia de ftalatos en el plástico utilizado para fabricar juguetes por un probable riesgo de contribuir a ser origen de futuras reacciones cancerígenas, aun cuando todos los materiales utilizados en hospitales para administrar medicamentos por vía sanguínea continuaban utilizándolos. ¿Eran más peligrosos los ftalatos de un juguete que los que se proyectaban directamente a la sangre de los pacientes de hospital?" se preguntan
La ausencia de purpurina en su negocio "hará menos atractivas algunas actividades creativas y los niños perderán la oportunidad de jugar con algo que, tradicionalmente, se ha considerado divertido, pero lejos de este aspecto, creo que su incidencia será infinitamente menor que otras medidas que nos han limitado nuestra habilidad para producir y diseñar productos a precios más competitivos y razonables como fue el caso de la prohibición de los ftalatos" añaden. Eso sí, "pronto podremos ofrecer alternativas a ese valor de juego utilizando otras sustancias o sustituyendo esos efectos con posibilidades tecnológicas que ofrezcan la misma o similar satisfacción" añaden. Para el cliente esto es "algo decepcionante, pero estoy convencido que sabremos darles alternativas pronto" concluyen.