El plan de reducción masiva de emisiones está lanzado. Afecta al transporte por carretera, por aire y por mar. Y en el sector de transporte marítimo incluye un peculiar permiso anticompetencia: el de que las pequeñas navieras lleguen a acuerdos con las grandes para poder soportar los costes del cambio de buques. Se ha abierto la puerta a la concentración del sector y con permiso de la UE. La competencia no vive sus mejores tiempos.
El plan aparece definido en una reciente comunicación de Bruselas. Allí se relata "cómo se descarbonizará el transporte marítimo". Y se explica que "la extensión del ETS de la UE al transporte marítimo y FuelEU Maritime, en conjunto, mejorará el atractivo y la viabilidad económica de los buques más eficientes energéticamente y de los combustibles y tecnologías de bajo GGEI". Pero este cambio tecnológico tendrá un coste. Porque el Reglamento Marítimo FuelEU "promoverá la adopción de combustibles renovables y bajos en carbono a través de un objetivo de reducciones graduales de la intensidad media anual de GEI de la energía utilizada a bordo por los buques".
Todo ello, será aplicable "a los buques superiores a 5.000 GT que realicen escala en los puertos de la UE, cubriendo las emisiones de CO2 y la energía utilizada, respectivamente, en los puertos de la UE, dentro de la UE y la mitad de las emisiones/energía utilizada en viajes internacionales".
Los objetivos del mandato FuelEU se determinan en función de un valor de referencia que refleja la intensidad media de gases de efecto invernadero de la energía utilizada a bordo por los buques en 2020. Y la reducción de estas emisiones tendrá que ser "en los siguientes porcentajes: 2 % para 2025; 6 % para 2030; 14,5% para 2035; 31 % para 2040; 62 % para 2045; 80 % para 2050".
Bruselas no esconde el golpe que supondrá está adaptación tecnológica y sus costes al transporte por mar: "Dado que se necesitará una flexibilidad especial para la transición energética en el transporte marítimo, FuelEU incluye disposiciones específicas para ayudar a los operadores a cumplir". Y, en particular, "un mecanismo de agrupación voluntaria dará la posibilidad a los operadores de agrupar su equilibrio de cumplimiento con uno o más buques, lo que permitirá recompensar a los "primeros en movimiento" al tiempo que permitirá que los buques con menos opciones de cumplimiento continúen operando y demostrar el cumplimiento a través de la participación en un grupo".
Pero eso supondrá, obviamente, una mayor capacidad de compensación entre buques para los grupos más grandes, lo que llevará a una ventaja competitiva y a que grupos pequeños no tengan más salida que entregarse a los grandes reduciendo la competencia y provocando una concentración del sector. Y, como último efecto, una subida de precios por la pérdida de competencia.
"A nivel mundial, las medidas europeas ayudarán en el desarrollo de las futuras medidas técnicas y basadas en el mercado de la Organización Marítima Internacional (OMI) para la descarbonización del transporte marítimo", explica sin más la UE.