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Domingo Soriano

Cuatro razones por las que los ricos no pagarán la fiesta de Sánchez

Nuestros políticos quieren transmitir la idea de que el Estado del Bienestar puede sostenerse sobre la espalda de unos pocos millonarios: y es falso.

Nuestros políticos quieren transmitir la idea de que el Estado del Bienestar puede sostenerse sobre la espalda de unos pocos millonarios: y es falso.
Una imagen de archivo de Puerto Banús, en Marbella, con decenas de yates atracados. | Cordon Press

Nos proponemos mejorar drásticamente la forma en la que opera nuestro estado de bienestar. Y queremos hacerlo al tiempo que reducimos el déficit público. (...) Lo que hay que hacer es acabar, de una vez por todas, con esas vías de evasión fiscal y de elusión fiscal de las grandes fortunas y las grandes multinacionales. Los ricos, pues lo siento, tienen que pagar más impuestos que los que pagan hasta ahora. Es más, mientras nosotros gobernemos van a pagar más que el resto. Porque lo justo, lo que mandata la Constitución, es que contribuya más el que más tiene.

En un debate de investidura muy político, este párrafo del discurso de Pedro Sánchez es probablemente de lo que más se ha hablado en la parte económica. Estaba hablando de mejorar el Estado del Bienestar y, al mismo tiempo de cerrar el déficit. Es decir, más gasto y menos números rojos. ¿Magia? No, el nuevo Gobierno de coalición cree que puede conseguirlo. Por eso, quiere dejar muy claro que su programa fiscal se basa en que paguen más los ricos, no vaya a ser que algún ciudadano corriente se pregunte si a él también le va a tocar.

De entrada, podríamos preguntarnos si esto es justo. Porque los ricos ya pagan más, muchísimo más que los no ricos. La frase de que "mientras nosotros gobernemos van a pagar más que el resto" es falaz, porque insinúa que esto es algo excepcional o que va a cambiar por las medidas de este Ejecutivo "de progreso". En realidad, es algo que ocurre siempre, en todos los países occidentales y con todo tipo de gobiernos, de izquierda y derecha. Pretender que el ciudadano crea que los ricos hasta ahora no pagaban tantos impuestos como el resto es un engaño.

Y no es el único engaño. Esa idea de que el Estado del Bienestar puede sostenerse sobre la espalda de unos pocos millonarios también es falsa. En numerosas ocasiones, nuestros políticos nos dicen que todos debemos pagar impuestos. Pero lo que quieren que creamos es que, en realidad, para la gran mayoría esto es más una especie de costumbre cívica, de prueba de ciudadanía, de demostración de nuestro compromiso con el resto, que una necesidad económica. Casi como el reciclaje: sí, debemos hacerlo, porque es lo que hacen los buenos ciudadanos... pero en realidad lo que nosotros aportamos son migajas: lo gordo, lo que paga realmente la sanidad, la educación y las pensiones, sale del bolsillo de los ricos.

Esta imagen no se corresponde, ni mucho menos, con la realidad. En todos los países occidentales (también en España) el grueso de la recaudación lo aporta la clase media. Porque los ricos pagan más por cabeza, pero son pocas cabezas. En general, los que sostienen el Estado del Bienestar son lo que conocemos como clase media-alta: familias con dos sueldos e ingresos algo por encima de la media. Ahí sí encontramos a millones de personas que pagan una parte considerable de sus ingresos en tributos. Luego puede discutirse si los ricos deberían pagar todavía más o cómo se gasta lo que se recauda. Pero insinuar que los ricos se han estado librando o que los nuevos gastos sólo recaerán en los millonarios es otra forma de populismo-demagogia.

Cuatro claves

Los ricos no pagarán la fiesta de Sánchez porque...

- Porque pueden... no pagarlo. Si alguien tiene capacidad para evitar un palo fiscal, ése es un rico. A un fontanero, un funcionario del Ministerio de Cultura o un periodista económico le subes los impuestos... y se lo traga. Tiene (casi) todo su patrimonio en su país, pocas opciones profesionales en el extranjero, dependencia de sus redes familiares y amistosas, quizás ni siquiera tiene conocimientos de otros idiomas, etc. Y lo mismo con las pymes: si el 95% de tus clientes viven en tu comarca, los impuestos a las empresas te fastidian, pero los pagas.

Un rico o una multinacional no se irán por un punto más o menos de IRPF o Sociedades, pero cada subida es un empujoncito. Y sí, pueden marcharse con relativa facilidad. Desde luego, mucha más facilidad que la que tendríamos usted o yo. Pueden irse o llevarse su patrimonio.

- Porque no pueden... pagarlo. Sánchez dijo que mejoraría el Estado del Bienestar y cerraría el déficit cobrando más a los ricos. Hagamos cuentas: la recaudación por IRPF para rentas de más de 150.000 euros asciende a 16.570 millones; Impuesto de Sociedades (todo Sociedades, grandes y pequeñas) son 32.176 millones; la suma del Impuesto de Patrimonio y el de Grandes Fortunas se queda en 1.852 millones; Sucesiones (un impuesto autonómico) se lleva 3.210 millones; y entre los tributos extraordinarios a la banca y las energéticas el Gobierno ha logrado (en un año de grandes beneficios en ambos sectores) 2.907 millones. En total, los "ricos" han pagado con la suma de todas estas figuras tributarias 56.715 millones. Pues bien, el déficit para este año previsto en el último Plan Presupuestario 2024 asciende, casi de forma exacta, a esa cantidad: a nosotros nos sale 56.987 millones (3,9% de déficit para un PIB nominal de 1,461 billones de euros). Es decir, para cerrar el déficit, incluso asumiendo que no se incrementa el gasto, habría que recaudar ¡el doble! a los ricos. ¿El doble? Eso supone doblar lo que pagan de IRPF (recordemos que en algunas CCAA los marginales ya están por encima del 50%) o Sociedades (¿tipo de Sociedades al 50% del beneficio?). No parece especialmente sencillo de lograr. Por eso decimos que, aunque quisieran, los ricos no podrían pagarlo. Pero es que, además, no quieren.

- Porque son.. pocos. Si a los países les fuera mal por tener muchos ricos, España sería un lugar más feliz. Lo hemos apuntado en numerosas ocasiones: si España tiene un problema con sus ricos... es porque no hay. Y esto no es efecto del Covid o la guerra o una caída de las bolsas. Es algo estructural. Por ejemplo, un par de años de la pandemia escribíamos lo siguiente sobre "el número de individuos que tienen más de un millón de dólares en bienes, excluyendo la vivienda habitual y algunos otros activos menores: en España en 2015 había 192.000 personas en esta situación, menos que en Holanda, Australia o Canadá, países todos ellos con una población inferior a la nuestra. Alemania, con 82 millones de habitantes por 47 de España, tiene 10 veces más millonarios".

Tras el Covid, la cosa no ha cambiado mucho. Si incluimos el Patrimonio Inmobiliario, en 2020, Holanda tenía casi tres veces más millonarios por mil habitantes que España, Suecia más del doble, Francia y Alemania un 50% más. Si algo nos caracteriza es que no tenemos demasiados ricos. Por eso, es tan complicado pensar que lo que no hay (o hay poco) va a soportar el cierre de un agujero como el de nuestro déficit.

- Porque no son... ricos. Bueno, sí lo son, pero no mucho. Los millonarios españoles tienen fortunas menores (de media) que sus compañeros de millón extranjeros. De entre los grandes países europeos, de la UE o no (Francia, Alemania, Italia... pero también Holanda, Suecia o Reino Unido y Suiza) España es, con diferencia, aquel en el que los grandes patrimonios son menos grandes. Los ricos en España tienen rentas inferiores a las de los ricos de sus vecinos y el valor de su patrimonio es inferior (algo que es todavía más acusado si no tenemos en cuenta el inmobiliario). De nuevo, una estadística que también es relevante a la hora de cobrar impuestos: el 1% de 10 millones es más que el 1% de 5 millones. Los dos son ricos, pero uno paga más. Que la prensa española siempre ponga de ejemplo a Amancio Ortega o Juan Roig no es casualidad: es que son los únicos ricos-ricos, de los de verdad (bueno, los únicos no son, pero casi).

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