Los niveles de paro que registra España duplican el promedio europeo y nos convierten en uno de los países desarrollados con peores indicadores de ocupación y actividad laboral. Esta circunstancia nos obliga a buscar soluciones, lo que a su vez nos conduce inevitablemente a hablar de creación de empresas, un aspecto frecuentemente olvidado en el debate sobre la creación de empleo.
El empleo no nace del aire: lo crean las empresas. De hecho, aunque parte de nuestros ocupados (unos 3 millones de trabajadores) están a sueldo de las Administraciones Públicas y sus distintas instancias y organismos, la creación de riqueza que financia tales estructuras proviene de la actividad privada, de modo que dichos empleos también se generan indirectamente merced al valor añadido que aportan las empresas.
Para tener un mercado laboral comparable al de nuestros vecinos europeos, España debería tener alrededor de 1 millón de parados o, en el peor de los casos, en torno a 1,5 millones de desempleados. Sin embargo, la cifra oficial nos habla de 2,8 millones de desempleados, mientras que los números reales, sin maquillaje estadístico, rondan los 3,4 millones de personas sin empleo.
Nos faltan, por tanto, alrededor de 2,2 millones de puestos de trabajo. Y, si queremos generar esos 2,2 millones de empleos y compararnos al fin con Europa, entonces necesitamos favorecer la creación de empresas capaces de soportar esas nuevas ocupaciones laborales. Sin embargo, las estadísticas muestran que este indicador no avanza por buen camino.
El dato simplificado: 15.000 empresas menos
Si atendemos a los datos que publica la Seguridad Social, encontramos que España tenía 1.346.629 empresas a cierre de 2018, año en que Pedro Sánchez llegó al poder a través de una moción de censura. En cambio, si revisamos los últimos datos publicados, que se corresponden a noviembre de 2023, hallamos que el número de empresas inscritas ha bajado a 1.331.640 mercantiles. Hay, pues, 15.000 sociedades menos que al comienzo del mandato del actual presidente.
En el gráfico siguiente se puede comprobar que el periodo de su antecesor en el cargo, el popular Mariano Rajoy, estuvo marcado por un aumento progresivo de la cifra de empresas registradas en la Seguridad Social, que pasaron de 1.222.111 a 1.346.629 entre los años 2012 y 2018, un aumento neto equivalente a crear 124.518 nuevas compañías. Tal desempeño contrasta desfavorablemente con el descenso de 15.000 sociedades apreciado de 2018 a 2023.
Si calculamos el desempeño que arrojan ambos periplos de gobierno, encontramos que la época de gobierno de Rajoy arroja la creación de un promedio de 17.788 nuevas empresas por año, mientras que el tiempo de Sánchez se corresponde con la destrucción media de 2.498 empresas por ejercicio. Lo vemos reflejado en el gráfico que se presenta a continuación:
El dato completo: 49.000 empresas menos
Sin embargo, estos datos son incluso peores cuando revisamos la estadística ampliada que ofrece la propia Seguridad Social una vez se incluyen otros regímenes especiales. Dicha serie se elabora con los códigos de cuenta de cotización (CCC) de todo tipo de sociedades y compañías que se dan de alta ante la Administración. Pues bien, dicho análisis revela que el número total de empresas ha pasado de 1.493.233 en 2018 a 1.444.195 en 2023 (datos de octubre). Esta comparativa supone una caída de 49.038 empresas desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa.
De nuevo, la comparativa con el mandato de Rajoy resulta sangrante para el actual gobierno, puesto que la serie CCC muestra que el periodo del presidente popular concluyó con 97.185 mercantiles más. Así, mientras que en los años de Rajoy se habrían constituido una media de 13.883 sociedades por curso, la etapa de Sánchez arrojaría una caída promedio de 8.173 empresas por ejercicio. Lo vemos detallado en la siguiente tabla de datos y resumido en los gráficos que la acompañan:
Obviamente, la destrucción del tejido productivo que está viviendo España incide directamente en la capacidad de generar empleo de nuestra economía. De hecho, sabiendo que el tamaño medio de trabajadores por empresa asciende a 5 asalariados por firma, podemos calcular el daño estructural que ha causado el mal comportamiento de la economía bajo gobierno de la izquierda.
De entrada, la desaparición de 49.038 empresas lleva aparejada la pérdida de un potencial de 245.190 empleos. Además, al no mantenerse el ritmo de creación de nuevas compañías observado bajo gobierno de Rajoy, se han dejado de crear 83.298 compañías, lo que a su vez tendría un impacto equivalente a 416.490 puestos de trabajo. En términos agregados, la destrucción de empresas ha hecho que nuestro país tenga alrededor de 661.680 empleos menos.