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Ribera usa la presidencia de la UE para amargarnos el té y el café: encarecerá el envase exigiendo que sea biodegradable

El acuerdo establece pautas que incluyen la imposición de multas a los productores y "exigencias adicionales sobre la gestión de residuos".

El acuerdo establece pautas que incluyen la imposición de multas a los productores y "exigencias adicionales sobre la gestión de residuos".
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en el Consejo de Ministros de Energía de la UE en Bruselas | EFE

La nueva norma ultraecologista de la UE se centra en el "envasado y residuos de envases". La ha impulsado la presidencia de la UE de turno que ostenta Pedro Sánchez y, para este área concreta, ejecuta Teresa Ribera. Y el Consejo ya ha adoptado una posición de negociación sobre las nuevas normas con el fin de que el embalaje sea "más sostenible en la UE". Y afectará hasta a las bolsas de té, que se encarecerán para ser biodegradables, y las cápsulas de café, si lo decide cada Estado.

El acuerdo alcanzado bajo el impulso de Ribera es aún un mero "enfoque general", pero la decisión parece clara con el fin de avanzar hacia una "propuesta de reglamento sobre envases y residuos de envasado". "El objetivo es hacer frente al aumento de los residuos de envases generados en la UE, al tiempo que se armoniza el mercado interior de envases e impulsar la economía circular", señalan desde la UE.

Según la UE, la situación es muy preocupante porque "cada europeo generó 190 kg de residuos de envases en 2021. Y esta cifra crecerá casi un 20% en 2030, si las cosas siguen igual". Claro, es lo que tiene el comercio on line.

La nueva propuesta "considera el ciclo de vida completo del embalaje. Establece requisitos para garantizar que el embalaje sea seguro y sostenible, exigiendo que todos los envases sean reciclables y que se minimice la presencia de sustancias preocupantes. También establece requisitos de etiquetado para mejorar la información del consumidor", señala una comunicación de Bruselas. La propuesta pretende "minimizar la generación de residuos de envases, estableciendo objetivos vinculantes de reutilización, restringiendo ciertos tipos de envases de un sólo uso y exigiendo a los operadores económicos que minimicen el embalaje utilizado", dice la Comisión. Y todo eso implicará nuevos costes.

"Una vez que el embalaje se convierte en residuos, la propuesta de reglamento tendrá como objetivo garantizar que los envases se recojan, clasifiquen y reciclen al más alto nivel posible". Y, con este objetivo, establece pautas que incluyen la imposición de multas a los productores y "exigencias adicionales sobre la gestión de residuos, al tiempo que garantiza que los Estados miembros tengan suficiente flexibilidad para mantener los sistemas existentes que funcionen bien".

"Las nuevas normas reducirían los envases innecesarios al exigir a los fabricantes e importadores que se aseguren de minimizar el peso y el volumen de los envases, a excepción de los diseños de envases protegidos", explica el documento de la UE.

Además, el "texto establece nuevos objetivos de reutilización y rellenado para 2030 y 2040. Se aplican diferentes objetivos a los electrodomésticos grandes, los paquetes para llevar alimentos y bebidas, las bebidas alcohólicas y no alcohólicas (excluyendo el vino), los envases de transporte (excluyendo los envases utilizados para mercancías peligrosas o equipos a gran escala y los envases flexibles en contacto directo con los alimentos) y los envases agrupados". Es decir casi todo, menos lo que ya cumplía el requisito.

"Los envases de cartón están exentos de estos requisitos. Se ha introducido una nueva posibilidad para que los operadores económicos formen grupos para cumplir con los objetivos de reutilización de las bebidas".

Y entre los puntos más llamativos se encuentran las bolsitas de té. "El Consejo también ha acordado que las bolsitas de té y las etiquetas adhesivas de las frutas y hortalizas deben ser compostables (biodegradables produciendo dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa en un periodo de tiempo controlado), introduciendo la opción de que los Estados miembros exijan que otros envases (por ejemplo, cápsulas de café y bolsas de plástico ligeras) sean compostables en condiciones específicas". Ni el té o el café se salvan.

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